El general César Milani, el preferido de Cristina, el amigo de Hebe de Bonafini y el socio de Guillermo Moreno fue procesado por enriquecimiento ilícito.
El juez Daniel Rafecas en un escrito de más de 500 páginas precisó que el militar no puede justificar el origen del dinero que utilizó para comprar una mansión de 1.150 metros cuadrados en el barrio de La Horqueta.
La noticia es una granada al corazón del relato cristinista cuyas esquirlas explican la relación del máximo espía uniformado con la dictadura y varios personajes tenebrosos del terrorismo de estado.
Vamos primero con algunos datos básicos.
La gran denuncia la hizo Jorge Lanata por canal 13.
El juez Rafecas también embargó a Milani por 5 millones de pesos. Se trata de un magistrado que le hizo varios favores importantes al gobierno anterior y por eso está en la mira en el Consejo de la Magistratura.
Milani hizo dibujos contables muy truchos que hacen dudar hasta de su capacidad profesional en el mundo de la inteligencia y el espionaje. Todas las mentiras que utilizó para justificar su patrimonio fueron fácilmente descubiertas.
Para empezar simuló de una manera grosera un préstamo de 200 mil dólares que le hizo su gran amigo, el capitán retirado Eduardo Enrique Barreiro.
Que Milani se enriqueció en forma ilícita no tengo dudas. Parece que la justicia tampoco. Pero yo quiero poner el foco en otro lado. Porque Milani fue elevado a la categoría de general nacional y popular, casi un libertador bolivariano y chavista por parte de Cristina. Lo defendieron como si se tratara de San Martin frente a rigurosas acusaciones tanto del periodismo independiente como de algunos organismos de derechos humanos.
Y digo algunos organismos de derechos humanos porque otros como el que encabeza Hebe de Bonafini también sobreactuaron y compraron ese buzón negro creyendo que era rojo. La presidenta de las Madres de Plaza de Mayo se cansó de elogiarlo y le dedicó la tapa a una entrevista que le hizo para la revista de la agrupación. Asi como en su momento endiosó a Sergio Schocklender pese a las advertencias de la gente que la quería, Bonafini se abrazó a Milani como si fuera un Hugo Chávez criollo. Y no quiso escuchar nada ni a nadie.
Ni siquiera a Marcela Brizuela de Ledo, la madre de plaza de mayo de la Rioja que acusaba a Milani de la desaparición de su hijo, el soldado Agapito Ledo.
Pero para Hebe, todo era una operación de Clarín. Su fanatismo la lleva una y otra vez a negar lo evidente. Que Néstor y Cristina fueron grandes corruptos, que Sergio Schocklender hizo sus negociados y que Milani fue un violador de los derechos humanos y un ladrón.
El conscripto Ledo era asistente personal de Milani en Tucumán. Un día desapareció y nunca más se su supo nada. Milani firmó un certificado de que Ledo había desertado. Los compañeros de Ledo lo desmintieron terminantemente. Hay una investigación en Tucumán que Milani viene gambeteando y postergando con chicanas legales. Pero quien era su superior, Eduardo Sanguinetti, un sanguinario capitán está preso desde hace 3 años por este y otros casos.
Tiempo atrás, un ex diputado tucumano presentó pruebas de las extrañas muerte de 3 soldados más en situaciones similares.
Como si esto fuera poco, Milani apareció en el Nunca Más riojano en operativos de secuestros a militantes populares. Y eso que recién era subteniente. Hizo una carrera rápida el muchacho. Lo más triste es que Bonafini dijo que todo era un invento de Lanata para ensuciar a Cristina.
Pero hay otras cosas igualmente graves.
El capitán Eduardo Enrique Barreiro también fue procesado y embargado por ser partícipe necesario de la estafa de Milani. Fue su cómplice porque jamás le prestó los 200 mil dólares que, según ellos, era para comprar la casona de La Horqueta. Fue todo una mentira. Pero eso demuestra la gran amistad de Barreiro con el general emancipador de Milani. ¿Quién es Barreiro? Está preso porque fue condenado dos veces a prisión perpetua por graves violaciones a los derechos humanos. El ex integrante del Batallón 601 de Comunicaciones de City Bell y otros integrantes de un grupo de tareas asesinaron a un matrimonio y secuestraron a sus tres hijos. La nena más grande de 12 años fue torturada durante 3 meses en el Regimiento de La Tablada y luego en el campo de concentración El Vesubio.
Este criminal de estado es uno de los mejores amigos del “progresista” Milani. ¿Raro no? Pero esto no es todo. Milani fingió que Barreiro le prestó 200 mil dólares pero además truchó un documento para hacer aparecer como que le había vendido su departamento de la calle Moldes. ¿A quién le compró esa propiedad el general libertario Milani? A otro amigo que conoció en La Rioja, el comodoro Luis Fernando Estrella, un verdadero fascista en todo el sentido de la palabra fascista. Fue condenado por haberse levantado en armas contra la democracia en tres ocasiones. Un golpista de alma. Hecho y derecho. Hecho y ultraderecho, mejor dicho. Dos veces contra Isabel Perón, en una como jefe del estado mayor del brigadier Jesus Capellini en lo que fue el primer paso del golpe de Videla. Y otra vez acompañando a los carapintadas de Seineldín. Estrella, fanático de la Falange de Fe fue amigo del nazi criollo Ramón Camps y conoció a Milani cuando era el jefe de la base aérea de Chamical en La Rioja. A él le compró el departamento de la calle Moldes que luego dice que vendió pero no vendió a Barreiro. Todos criminales de lesa humanidad.
Y hay dos cosas para seguir investigando. Una denuncia sobre varias propiedades del Ejército que estaban encubiertas para ser preservadas en su tarea de espionaje, que fueron vendidas en forma secreta e ilegal durante el mandato de Milani. Y la otra es su gran amistad con el coronel Marcelo Oscar Granitto, quien atentó contra la democracia en el levantamiento de Seineldín y se auto proclamaba como una suerte de justiciero para terminar con todo vestigio de marxismo en la Argentina. Un energúmeno que calificaba de esa manera a periodistas democráticos, a La Coordinadora del radicalismo o al peronismo renovador de entonces.
Ya son demasiados los amigos del general César Milani que en su momento hubieran matado sin problemas a Cristina y a Hebe de Bonafini.
No puedo decir lo mismo de su actual socio comercial, Guillermo Moreno. En aquellos tiempos militaba en la derecha dura del peronismo enfrentada a los Montoneros. Por lo tanto aquel Moreno y aquel Milani tenían el mismo enemigo. Hoy tienen un par de negocios para comercializar salchichas y Moreno empuja a Milani para que sea candidato del peronismo. Tal vez siguiendo la marchita cuando dice “Perón/Perón/ que grande sos/ Mi general/ cuanto valés.
Milani representa la máxima claudicación del kirchnerismo en el tema de los derechos humanos donde tantas falsedades y relatos quisieron instalar.
El teniente general don Cesar Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani,
experto en inteligencia hoy es empresario en chacinados y embutidos. Tal vez haya encontrado su lugar en el mundo antes de que la justicia lo condene a la cárcel. Por ladrón y por golpista. A pesar de sus amigas Cristina y Hebe que no saben no contestan y miran para otro lado.