Los impresentables de Cristina – 18 de mayo 2017

La grieta ahora se instaló puertas adentro del peronismo. Esa fractura social expuesta que los Kirchner le produjeron a la sociedad, ahora la tienen en su propia casa. Hay un sector mayoritario del Partido Justicialista, sobre todo los que tienen poder y votos porque gobiernan municipios y provincias, que no quiere compartir espacio con lo que me gusta denominar como “Los impresentables de Cristina”. Tienen nombre de murga. Los Impresentables de Cristina. Y son una murga, pero no de artistas de variedades, payasos y saltimbanquis que alegran la vida, sino una murga de delincuentes que amargan la vida. Hay un denominador común: tienen un amplio rechazo de la sociedad que los coloca en los primeros puestos de la tabla de posiciones de imagen negativa. Además, todos se esconden debajo de la pollera de Cristina para seguir mojando del pancito del poder.
Los más notorios son Amado Boudou y Luis D’Elía. Fueron los primeros patos de la boda que los intendentes bonaerenses no quieren tener cerca y mucho menos compartir una lista de diputados con ellos. Dicen que son piantavotos, salvavidas de plomo, que no aportan nada, solo problemas y se convierten en el centro de los ataques del resto de la ciudadanía. Pero Amado que ya no es tan amado y el patotero Luisito no son los únicos de esta formación carnavalesca y careta. Son los abanderados, los que con su actuación pública se han convertido en todo lo que la inmensa mayoría de los argentinos rechaza. Pero hay que sumar a Aníbal Fernández, Martín Sabbatella y Fernando Esteche, entre otros “impresentables”.
Todos han sido avalados por Cristina. Sin ella no serían nada. Y con ella son la síntesis de lo que no debería ser un político.
Amado Boudou es un malandra de estado, un vivillo que no dejó delito por cometer a lo largo de toda su vida. Desde piratearle la mitad de un auto a su ex esposa hasta falsificar sus documentos y dar como domicilio a un médano. Siempre la trampa, siempre por izquierda, nunca por el camino ético ni respetando la ley. Ahora va camino al juicio oral por el intento de robarse la fábrica de billetes. Es muy conocido el caso Ciccone. Con su banda, la Mancha de Amado que integran Vandenbruele y Nuñez Carmona, armaron una asociación ilícita para apoderarse de la empresa luego de haberla sometido a un hostigamiento feroz desde el estado para quebrarla. Aquí hay un agravante que los kirchneristas no le perdonan. Ese era un botín de guerra de Kirchner. Néstor fue el autor intelectual del proyecto y le encargó a Amado que lo ejecutara. Lo que pasó es que, una vez que Néstor murió, Amado Boudou dijo “papita pa’l loro” y se apropió de lo que Néstor se quería apropiar ilegalmente. Ni hablar del robo que junto al gobernador Gildo Insfran le hicieron al pueblo pobre de Formosa. Una coima de casi 8 millones de pesos para refinanciar la deuda de la provincia. La consultora que actuó también fue la Mancha de Amado que entregó la factura número 3 de una empresa sin oficinas ni empleados. La factura número 1 y 2 habían sido anuladas por haber sido mal confeccionadas. Que curioso. Cobraron la coima en el banco en efectivo y en dólares y le devolvieron dos millones a un funcionario de Insfrán. Todos robaron a los formoseños. Amado fue elegido siempre por Cristina. Por eso llegó a vice incluso con la oposición de Néstor. Fue un liberal de Alsogaray y hoy se siente un revolucionario del chavismo K. Es el jefe de “Los impresentables de Cristina”.
Su lugarteniente es Luis D’Elia. Tienen un altísimo desprestigio bien ganado. Un rechazo social inmenso. Tomó una comisaría en el barrio de La Boca. Agarró a trompadas a un manifestante del campo. Llamó a fusilar disidentes. Llegó un momento en que toda su familia, su esposa y sus hijos cobraban sueldos del estado. Es el vocero informal de Irán en la Argentina y es consecuente con su antisemitismo. No pudo explicar algunos negocios con combustibles y camiones que regentean amigos suyos. Enojado ayer le dijo a los intendentes que no lo pueden ni ver: “Que se vayan con Randazzo: no necesitamos a estos forros para ganar las elecciones”. Claro que D’Elía confía, ruega, mejor dicho, para que se presente su jefa Cristina como candidata, porque solo no puede ganar las elecciones ni del centro vecinal de su barrio.
Ariel Sujarchuk que es el intendente de Escobar dijo que “Boudou y D’Elía son el límite”. Y Sujarchuk no es un derechista amigo de Macri. Es un fiel verticalista de Cristina. El contragolpe de D’Elía fue escatológico y grosero como siempre pero contra Martín Insaurralde: “No sos peronista ni kirchnerista. Sos un hijo de puta al servicio de los peores intereses. La querés vetar a Cristina y no te animas. Fuiste a la embajada de los Estados Unidos a pedir instrucciones.”
Máximo Kirchner quiso hacer una reunión amplia, mostrando la unidad partidaria en la provincia de Buenos Aires y no consiguió que se sumaran un grupo grande de intendentes. Amado Boudou se fue enojado por exigencia de estos dirigentes que aún asi, no fueron a la convocatoria del comandante de La Cámpora, el príncipe Máximo.
Por eso le digo que la grieta se instaló adentro del peronismo. Hasta ahora nadie se animaba a cuestionar a estos muchachos bancados por Cristina. Pero hoy la necesidad tiene cara de hereje. Para mantener sus intendencias y ganar las elecciones de octubre, muchos han comprendido que el último mensaje de las urnas fue basta de violentos autoritarios y de corruptos.
El caso más claro es el de la fórmula que llevó al peronismo a una de sus peores derrotas de la historia: Aníbal Fernández y Martin Sabbatella. Ellos fueron bendecidos por Cristina y por eso los tres fueron los mariscales de la derrota. Fueron derrotados por María Eugenia Vidal pero también perdieron en sus propios distritos: Aníbal en Quilmes y Sabbatella en Morón. Era tan pobre su nivel de representación que hasta en el lugar en donde nacieron y fueron intendentes los repudiaron en las urnas. Son datos. Nadie los quiere cerca. También son considerados piantavotos por intendentes que ganaron con comodidad sus comicios. Quieren renovar las caras, limpiar la imagen, sacarse de encima a los más repudiados por los ciudadanos de a pié.
Aníbal se incineró en el altar de Cristina defendiendo lo indefendible. Diciendo que la inseguridad era una sensación, que en Alemania había más pobres que en Argentina y una sarta de estupideces más. Pero además tiene cosas muy graves que explicar ante la justicia. Su relación con el triple crimen de la efedrina, la estafa a los más humildes que fue el plan Qunitas, y un nivel de vida que no se corresponde con sus ingresos, entre otras causas. Hasta el Papa Francisco se movió para que Aníbal no fuera consagrado gobernador de Buenos Aires. La gente de la Iglesia siempre lo vinculó al narcotráfico.
De Fernando Esteche está todo dicho. Acaba de dejar la conducción de Quebracho para abrazar definitivamente al cristinismo. Es uno de los encapuchados con palos y molotov que más violencia generó en los últimos diez años. Ya estuvo preso por eso. Tuvo que pedir disculpas cuando en un sincericidio brutal llamó a derrocar al gobierno de Macri en una clara actitud golpista y autoritaria. Es otro de los delegados de Irán en la Argentina. Es el más peligroso de Los Impresentables de Cristina.