Las cacerolas por De Vido – 6 de julio 2017

Gracias a Juan José Campanella me enteré que las cacerolas pueden sonar por Julio de Vido en particular y por la falta de justicia en general. El recordó a través de twitter una marcha que ya estaba convocada para el jueves 3 de Agosto al Palacio de Tribunales ubicado en Talcahuano 550. La consigna es “Sin justicia no hay República. Todos somos Argentina y 3-A”. En un tuit anterior, el realizador cinematográfico más importante de la historia argentina, había escrito textualmente: “Que el juez Rodríguez no convalide el desafuero sería la provocación necesaria para otro 1-A, esta vez 3/8. Define las elecciones”. La participación de Campanella en las redes sociales comprendió que el caso de Julio de Vido, el cajero histórico de los Kirchner, el licenciado en sobreprecios, coimas y corrupción, puede ser un parte aguas. Un antes y un después. De Vido no es un coimero más. Es un escalón antes de Néstor y Cristina. Es una pieza clave en la cleptocracia que desde que Kirchner llegó a la intendencia de Río Gallegos, produjo la más grande asociación ilícita para saquear el estado de la que tengamos memoria en democracia. El bisturí del fiscal Carlos Stornelli tocó un nervio clave y por eso los grupos de tareas del cristinismo salieron a levantar la excusa de los fueros parlamentarios y de la persecución política. Stornelli pateó el tablero porque fue al hueso. Pidió el desafuero y la prisión para el cajero. Para el jefe de operaciones de la maquinaria del delito kirchnerista. Y eso hizo sonar todas las alarmas. Por eso, como si se tratara de una película sobre la mafia napolitana (en este caso santacruceña) reaccionaron con rapidez y contundencia la omertá del silencio y la protección que intenta blindar a los acusados de haberle robado millones y millones al pueblo trabajador y a los compatriotas más necesitados. Como estamos hablando de mafia estatal, Elisa Carrió dijo esa frase brutal donde se preguntaba si no lo iban a matar antes. Porque De Vido es el lava jato. De Vido sabe todo. Quienes pagaron coimas, quienes cobraron, cuanto les tocó a Néstor y Cristina y quien se quedó con el resto. Es el que lleva los libros de contabilidad desde hace más de 20 años. Es el ministro eterno. El que nunca se fue del lado de los Kirchner y cuando amagó con hacerlo, recibió una amenaza de Cristina: de acá te vas preso o muerto.
Por eso es tan importante que el juez Luis Rodríguez pida el desafuero. Por eso es tan importante el proyecto sorpresa que tiene Sergio Massa que quiere tratar el desafuero de Julio de Vido antes que el juez lo pida. Acá le voy a hacer unos números muy sencillos. El bloque del Frente para la Victoria tiene 72 integrantes. Para frenar el desafuero y convertir a la Cámara de Diputados en un aguantadero, necesitan 86 votos. Es decir que en teoría le faltarían 14 cómplices. Pero la cosa no es tan fácil. Cristina perdió poder y ya no maneja tan fácilmente a la tropa. Le doy un dato. Hace un año la justicia pidió autorización para allanar un departamento de Julio de Vido. Fue una prueba de fuego para saber cuántos estaban dispuestos a levantar la mano e incinerarse por De Vido y Cristina. ¿Sabe cuántos le hicieron el aguante a don Julio? Solamente 49 diputados. ¿Se entiende? Voy de nuevo. Son 72, necesitan 86 pero en su momento a la hora de la verdad solo lo bancaron 49. Se puede decir sin temor a equivocarse que De Vido está más cerca de la cárcel que de la libertad. Que está más cerca de la prisión de Ezeiza que de su mansión de lujo berlusconiano de Zárate. Salvo que el juez Luis Rodríguez mire para otro lado como ya miró una vez y la deje pasar. Es un magistrado designado por Cristina y en otra ocasión ya sobreseyó a De Vido por una causa por enriquecimiento ilícito. ¿Le dará el cuero para volver a protegerlo? ¿Tendrá espaldas políticas suficientes frente a las pruebas abrumadoras que aportó el fiscal y hablan de un choreo directo de 260 millones de pesos y un desvío de 26 mil millones destinados al complejo Rio Turbio?
Turbio es De Vido. Y si el juez llega a cajonear el pedido de Stornelli, el cacerolazo con movilización que tuiteó Campanella podría convertirse en una protesta masiva de amplios sectores de la población que tienen una sola bandera: “que los ladrones vayan presos y que devuelvan la plata”. Eso significa la consigna: “Sin justicia no hay República”. Veremos cómo sigue la película de terror que protagonizan Julio de Vido como el lobo estafador y Cristina, como la abuelita del bosque de Caperucita. Que cuentas bancarias tan grandes tienes. Que patrimonio tan grande tienes. Que cadena de hoteles tan grande tienes. No es un cuento de niños. Estamos hablando de la realidad y del horror y la indignación que nos provoca la familia que más delitos cometió desde el estado y desde el retorno de la democracia.
Fue muy interesante la propuesta que ayer hizo en estos micrófonos el secretario seguridad de la Nación, Gerardo Milman. Dijo que si Julio de Vido cree que es víctima de una persecución política y que es inocente, se debería presentar ante la justicia y pedirle al presidente de la Cámara de Diputados su propio desafuero. Como lo haría cualquier persona de honor y de bien. Para no enchastrar ni convertir en cómplices a sus compañeros. Si es que todavía le quedan compañeros. Para no ensuciar sus valores y su ideología si es que alguna vez tuvo valores e ideología más allá de la bulimia por el poder y el dinero.
Una pregunta chicanera: ¿Y Cristina? No dice nada. De Vido no merece ni siquiera un tuit. ¿Hay un silencio cómplice o el que calla otorga? El peronismo le soltó la mano a De Vido. ¿Y el kirchnerismo? ¿No tiene miedo que prenda el ventilador y hable? Elisa Carrió tiene autoridad para hablar sobre esto. Primero porque hace 13 años fue la primera en denunciar a De Vido como el cajero. Segundo porque su propio patrimonio es un ejemplo de austeridad republicana. Y tercero porque acaba de decir que Julio de Vido debe ir preso porque puede obstruir la investigación y eso es motivo suficiente. Tiene contactos y complicidades históricas con jueces y fiscales. Puede mover cielo y tierra para poner palos en la rueda y hasta fugarse como lo hizo su cuñado el “Mono” Miniccelli que hace 8 meses que está prófugo.
Julio de Vido inventó un sistema de corrupción que utilizó a las universidades para triangular el dinero sucio y gambetear los controles. Eso también habla de su falta de escrúpulos. Así como los Kirchner utilizaron a los derechos humanos de escudo para poder robar a cuatro manos, De Vido repitió el esquema pero con las universidades públicas, otrora ámbitos sagrados, alta casa de estudios era la forma de nombrarlas. Hoy muchas entraron en la mugre de la corrupción de estado. De los delitos de lesa indignidad.
Julio de Vido está procesado por asociación ilícita por el juez Julián Ercolini porque favoreció a Lázaro Báez con contratos de obra pública vial. También está procesado por el siniestro ferroviario de la estación Once y por contratos para comprar trenes obsoletos y en desuso. Además está cercado en la causa por entrega de subsidios al combustible.
El cacerolazo con movilización a Tribunales previsto para el 3 de agosto es una respuesta ciudadana y pacífica. Solo piden justicia.
Por eso invadiendo y parafraseando a Ernest Hemingway, a su novela y al poema inspirador de John Donne vale la pena decirle a Julio De Vido :” Nunca preguntes por quién doblan la cacerolas que son las campanas de la protesta ciudadana”. Doblan por ti, don Julio.