Ecos solidarios – 6 de octubre 2017

Este domingo es el día del estudiante solidario y se cumplen 11 años sin justicia para las 10 víctimas del siniestro vial que enlutó el corazón del colegio Ecos.
Yo le digo sin justicia y es información de hace un año que agrega tristeza a la tristeza. Suma impunidad y angustia al agujero negro de la muerte joven. Aunque ustedes no lo crean, la Corte Suprema de Santa Fé dejó prescribir la causa. No hay culpables. No hay victimarios, solo víctimas que no descansan en paz.
Ya pasaron 11 años. Los padres y los amigos y familiares formaron “Conduciendo a Conciencia” y todos los años realizan un recital solidario en homenaje a los chicos y a la maestra. Este domingo a partir de las 14 hs, en la calle Sarmiento, en el Centro Cultural Konex van a estar recibiendo las donaciones a cambio de las entradas. Actúan Los Auténticos Decadentes, entre otros grupos de rock. Recomiendan llevar leche en polvo, azúcar, yerba, aceite, arroz, lata de tomates. Y si no van el domingo cualquier día pueden aportar ropa, zapatos, calzado, juegos.
Es una manera de tener siempre el recuerdo y hacer un homenaje a nueve pibes y una profesora que murieron en medio de la ruta, cerca de Santa Fe. Un camión conducido por un chofer borracho que venía haciendo zigzag los chocó de frente. Volvían de darle una mano generosa a una escuela muy humilde del Chaco y por eso el día de la tragedia, también es el día del estudiante solidario. La bandera que los chicos colgaron en el micro decía: “Sabernos juntos nos hace más fuertes”. Allí murieron Nico, Justina, Delfina, Federico, Daniela, Benjamín, Julieta, Lucas, Juli y la profe, Mariana.
Hace 11 años que sus padres y amigos vienen luchando para que se haga justicia y para evitar tantos siniestros viales tan siniestros. Ese genocidio encubierto que se lleva 5 mil vidas por año. Formaron “Conduciendo a conciencia” y pudieron hacer mucho pero todavía es mucho lo que les falta. Uno de las personas que más cerca estuvo y que más les puso el hombro fue el flaco Luis Alberto Spinetta que, dolorosamente, también se les fue y se nos fue. Ese genio almendrado que tanto extrañamos siempre consolaba a los padres con la misma frase: “nuestro destino es ser semilla”. Hubo recitales en el Luna Park. Esas semillas sembraron otros recitales que juntaron donaciones para los que más necesitan. Siempre con las remeras con la inscripción de esa consigna integradora que dice: “Todos fuimos, todos somos, todos podemos ser”.
Son los ecos de aquella tragedia que les provocó a los padres el dolor más grande que cualquiera pueda imaginar. Siempre se dice que es tan terrible el desgarro que ni siquiera existe una palabra para nombrarlo. Los chicos que pierden a sus padres son huérfanos. Pero los padres que pierden a sus hijos ¿Qué son? Fantasmas a los que les robaron para siempre la capacidad de ser felices. Corajudos seres humanos con un agujero negro en el corazón. Miradas que ya no tendrán chispas de alegría en los ojos. ¿Cómo se puede nombrar esas heridas en carne viva sin caer en los alaridos? ¿Cómo se puede seguir viviendo? No hay una única respuesta. Pero la respuesta que encontraron los padres de los chicos del colegio Ecos fue seguir el ejemplo de sus hijos y sembrar solidaridad para cosechar una sociedad más justa. En eso creían sus hijos y en eso creen sus padres. En transformar la tragedia en solidaridad. Sus hijos habían ido a una escuelita muy humilde del Chaco para transformar la tragedia de la pobreza y la marginalidad en solidaridad que ponga en movimiento los mejores valores de los seres humanos. Sus padres siguen el camino que los hijos le marcaron. Estos también son padres paridos por sus hijos.
En homenaje a ellos el flaco Spinetta y León Gieco compusieron un tema llamado 8 de octubre que dice:” Abrazo y corazón/mi grito es el de tu voz/viento y libertad/mi huella es la de tu andar/ fuego y fragilidad/ lágrimas de tu humedad/luna y bendición/ mi brillo es el de tu sol.
Esos chicos perdieron sus vidas en la ruta, atrapados entre el micro que los transportaba y el camión sin habilitación que los chocó de frente y que era conducido por una persona que estaba borracha. Su viaje podría haber sido pura celebración, baile nocturno y paseo turístico. Y no hubiera estado mal. Todos tienen derecho a divertirse. Pero ellos eligieron el camino de crecer como seres humanos dándole una mano a sus semejantes. Ayudando para ayudarse. Haciendo el bien sin mirar a quien. Ofreciendo su corazón. Para decirnos que no todo está perdido. Los padres quieren que toda esa energía solidaria se siga canalizando porque es la mejor forma de reencontrarse con sus hijos. Multiplicar la solidaridad. Transformar la tragedia en luz.
Es increíble que la causa haya prescripto como si nada hubiera pasado y pasó lo peor.
Hoy la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires está impulsando la tolerancia cero en el alcohol para manejar. Ya hay seis provincias argentinas y tres países de la región que lograron bajar los siniestros viales con esa medida. De 0,5 gramos de alcohol en sangre permitidos, bajarlo a cero para los conductores. Córdoba, Salta, La Rioja, Neuquén, Entre Ríos y Tucumán marcan el camino. Brasil, Paraguay y Uruguay, también. Hay que modificar el Código de Tránsito y transporte. Dos copas y media de vino, dos chopp de cerveza o una medida de whisky ya te dan el 0,5% que es el máximo permitido. Eso te hace estar en un estado eufórico y con reacción más lenta. Por eso son tan buenas las campañas que dicen que el que maneje no tome o el que tome no maneje. En la Ciudad de Buenos Aires hay un control de alcoholemia que da positivo cada dos horas. La mayor cantidad de muertos en accidentes viales son menores de 35 años.
Hace unos años, Cristina, que es la madre coraje de Delfina me enseñó algo muy profundo. Me dijo que los padres también pueden heredar a sus hijos y aprender de ellos. Y es lo que ella siente después de la muerte de su hija menor. Delfina tenía 16 años y ya era muy conocida y premiada por sus poemas. Estaba a punto de publicar su primer libro. Cristina lo publicó y le puso como título el de su último poema. Es estremecedor y premonitorio: Tiempo efímero. Tal vez en esas dos palabras, tiempo efímero, esté la explicación de todas nuestras angustias y de todos nuestros abismos. Tal vez el aire fresco de ese poema le permita seguir respirando a Delfina y a todos sus compañeros. Aunque la muerte nos separe. Aunque la justicia no se haga eco y no sea justicia. Hoy los familiares de la tragedia del colegio Ecos utilizan la “Oración a la justicia de María Elena Walsh para expresar sus reclamos. Dice así: Señora de los ojos vendados
Que estás en los tribunales
Sin ver a los abogados,
Baja de tus pedestales.
Quítate la venda y mira
Cuánta mentira.
Actualiza la balanza
Y arremete con la espada
Que sin tus buenos oficios
No somos nada.
Lávanos de sangre y tinta
Resucita al inocente
Y haz que los muertos entierren
El expediente.
Espanta a las aves negras
Y aniquila a los gusanos
Y que a tus plantas los hombres
Se den la mano.
Ilumina el juez dormido,
Apacigua toda guerra
Y hazte reina para siempre
De nuestra tierra.
Señora de ojos vendados,
Con la espada y la balanza
A los justos humillados
No les robes la esperanza.
Dales la razón y llora, Porque ya es hora.