Messi, Hebe y Wiñazki – 6 de junio 2018

La selección argentina de fútbol cedió a la extorsión de un grupo de fanáticos y fue felicitada por los terroristas de Hamas. Los victimarios quemaron camisetas y hasta una bandera argentina. Nunca se había apretado tanto a un equipo deportivo argentino. El odio racial y el antisemitismo producen verdadera monstruosidades.
Los jugadores se rindieron ante el miedo, como dijo Marcelo Birmajer quien contó que Serrat y Sabina, también fueron amenazados, en su momento, pero ejercieron su libertad y cantaron sin problemas. Finalmente, la magia de Messi con la pelota no va a jugar en Israel. Los jugadores tampoco podrán concretar su rito de pasar por el Muro de los Lamentos para dejar un papel escrito con una esperanza. Ese es el hecho concreto. La noticia triste, pura y dura. Pero como siempre, hay por lo menos dos posturas frente a esta situación. La racional, expresada según mi humilde opinión por una columna imperdible de nuestro compañero de esta radio, Miguel Wiñazki y la irracional encarnada por Hebe de Bonafini que dijo que si jugaban en Jerusalem, iban a contribuir “a la matanza de palestinos y a cargar con esa culpa”. Es cierto que Bonafini es una militante del despropósito pero llegó a decir también, en un video que le envió a los jugadores y que viralizó, que Jerusalem pertenece a los palestinos.
Miguel Wiñazki, periodista y filósofo tituló su texto de la siguiente manera: “Ya podemos abolir el fútbol y levantar la copa mundial de la hipocresía”. Y dice asi:
Se suspendió el partido de fútbol entre Argentina e Israel en Jerusalém después de una protesta de militantes por las acciones del Estado Judío ante Palestina.
Cabe imaginar entonces que, para ser coherentes, la Selección no jugará en Rusia, porque desde el Kremlin se decidieron las incursiones militares en Siria en complicidad con el tirano Bashar Al Assad que determinaron la muerte de miles de ciudadanos de ese país.
Tampoco deberíamos jugar entonces ante Islandia, porque fuerzas de ese país conformaron las alianzas que invadieron Irak y Afganistán a sangre y fuego.
Tampoco contra Nigeria en protesta por las atrocidades perpetradas por el colectivo terrorista Boko Haram ante miles de víctimas, mujeres en su mayoría.
Por supuesto, hay que evitar Croacia, en solidaridad con los serbios quienes no convalidan la brutalidad croata en la guerra que los enfrentó y que mató a tantos: claro que los serbios tampoco fueron santos ni mucho menos.
NI hablar de las pasadas alianzas croatas con los nazis.
Hay que advertir que no jugaremos contra España, por los enclaves coloniales en Ceuta y Melilla, por las verjas electrificadas en estos sitios que matan inmigrantes.
Tampoco contra Francia por sus políticas históricamente colonialistas ni contra Arabia Saudita por la opresión en ese país contra las mujeres ni contra Brasil, que encarceló a Lula, y por su pasado esclavista que no cede del todo habida cuenta de la discriminación que sigue existiendo…
En rigor, y por supuesto según esta línea de conducta, tampoco la Selección debiera presentarse jamás a jugar en Palestina; la franja de Gaza está dominada por el grupo terrorista Hamas, y en guerra con la Autoridad Palestina que gobierna Cisjordania
No juguemos con nadie. Ni con nosotros mismos que ni siquiera podemos lidiar con nuestros casos de corrupción.
Podemos abolir el fútbol, convertirnos en faro moral, y levantar la copa mundial de la hipocresía universal.
Brillante lo de Miguel. Firmo al pié y le agrego Venezuela, Cuba e Irán. Con ellos tampoco se juega.
Por su parte Hebe de Bonafini no sorprendió a nadie con su postura extrema. Hace mucho que viene trabajando para los antidemocráticos.
Hace mucho que, en su delirio autoritario y mesiánico, Hebe de Bonafini habla en nombre del pueblo, de la patria y de Cristina.
Le recuerdo que acaban de confirmar su procesamiento por “partícipe necesaria del delito de defraudación a la administración pública por administración fraudulenta.” No creo que le preocupe. Una vez llamó a tomar el Palacio de Justicia y llamó “turros” a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia. Un claro acto de incitación a la violencia colectiva y la sedición.
Autoritaria como siempre pero rechazada como nunca, fue Nora Cortiñas, presidenta de Madres de Plaza de Mayo- Línea Fundadora la que la puso en su lugar: “Ella le dio el pañuelo blanco al general Milani y a Aníbal Fernández”. Quien fuera el máximo jefe del Ejército de Cristina hoy está preso acusado de haber cometido delitos de lesa humanidad y ningún kirchnerista tuvo la honradez intelectual de la autocrítica.
Todas las autorizaciones para transferir los 748 millones de pesos a la Fundación sueños compartidos, llevan la firma de Julio De Vido. Y en muchos casos eran reasignación de fondos y por lo tanto tienen la firma de Cristina. Ella fue la que utilizó a Hebe, la que le colocó la camiseta partidaria y la que dio la orden para que le entregaran ese dinero negro que ensució los pañuelos blancos con la corrupción de estado.
Su procesamiento por desviar fondos es una vergüenza para todo el movimiento de derechos humanos. Porque Sergio Schoklender, a quien Hebe también definió como su hijo, confesó que es cierto que faltan cataratas de dinero. Y que se gastaron en actos para candidatos kirchneristas, en afiches para Amado Boudou y Abel Fatala y en mantener la radio o la universidad de las Madres en lugar de construir viviendas que era el destino original de esa fortuna que pagamos todos los argentinos y sobre todo los más pobres. Por eso Hebe fue procesada. Su respuesta fue bien escatológica. Le dijo al juez que la procesó que se “metiera la citación en el culo”.
Es un escupitajo a la justicia digno de alguien que no cree y nunca creyó en la democracia republicana y si apostó a los juicios musolinianos en la plaza pública y a agraviar a todo los que pensaran distinto. Es muy grave que hayan procesado a Hebe. Porque un juicio oral y público la puede llevar a la cárcel. ¿Se imagina esa foto de Hebe rodeada de gendarmes o policías y hasta esposada? Recorrería al mundo y levantaría una gran reacción adversa.
Es que Hebe todavía es considerada una valiente luchadora por la aparición con vida de sus hijos y de todos los desaparecidos. Ella y las madres fueron claves para quebrar a la dictadura. Porque lo hicieron de forma pacífica. Al estilo David y Goliat. Fue pañuelos contra fusiles. Eso le dio prestigio. Porque fue el símbolo de una mujer común que fue muy golpeada por el golpe. Pero es tanto el cambio de Hebe que de golpeada pasó a ser golpeadora de la normas y la convivencia en legalidad y golpista en tanto apuesta a derrocar al actual gobierno democrático.
Es la misma lógica patotera y jurásica de sus admirados Fidel Castro y Hugo Chávez.
Yo no creo ni digo que Hebe se haya enriquecido como Néstor, Cristina, Báez o Julio de Vido. Digo que ella y solo ella fue la responsable de darle alas de ángel a un demonio como Schoklender.
Después fue un vale todo. Hebe quemó todo su prestigio. Hebe insultó varias veces al Papa Francisco hasta que finalmente Bergoglio la recibió y puso la otra mejilla. Y se la pasó elogiando al General Milani y maltrató a la madre del soldado desparecido Agapito Ledo que era una madre de plaza de Mayo en La Rioja. Celebró el atentado de los terroristas de estado de Bin Laden contra las Torres Gemelas que asesinaron 5 mil personas en un segundo, las acciones del narcoterrorismo de las FARC, o los homicidios de la ETA, los del tiro en la nuca como dice Serrat.Y así podría seguir la larga lista de actitudes estalinistas y agresivas. Durante una discusión con Horacio Verbitsky, Bonafini cayó en un antisemitismo despreciable y lo acusó de ser “judío y además sirviente de los Estados Unidos y estar a sueldo de la Fundación Ford”. Al presidente Macri lo trató varias veces de Hitler y Mussollini.
Es triste, doloroso y repudiable todo lo que pasó con la selección argentina. Hubo de todo, menos fútbol y convivencia. Pero Hebe de Bonafini fue goleada por la sensatez y la democracia republicana.