El secretario millonario de Kirchner – 3 de agosto 2018

A esta altura de los acontecimientos, política y judicialmente, lo más importante es comprobar si el Senado de la Nación, dominado por el peronismo desde 1983, va a permitir que la justicia allane la vivienda y el despacho de Cristina. Y después, vamos a ver si acceden a otorgar el desafuero, paso previo para que la ex presidenta sea detenida por el juez Claudio Bonadio. Ella es la jefa de toda la mafia y la asociación ilícita monumental montada para saquear al estado. La vice presidenta Gabriela Michetti ya pidió una sesión especial. Veremos qué resultado tiene.
Pero en los cuadernos de la corrupción K aparece nombrado con mucha frecuencia un personaje clave para establecer donde está el dinero de las coimas. Hablo de Héctor Daniel Muñoz, el gordo, como le decía Néstor Kirchner cuando ambos vivían. Lo primero que llamaba la atención de esa relación era el maltrato al que lo sometía el ex presidente. Muñoz había comenzado como cobrador del estudio jurídico del matrimonio presidencial en Río Gallegos y siempre era objeto de manoseos, “luchitas” como Néstor les decía, y cachetazos brutales que le dejaban las mejillas rojas a Muñoz. Hay muchas anécdotas tragicómicas. Le tocaba la cola en público y lo humillaba. En un viaje fue famoso cuando entró a su habitación del hotel y se le tiró encima mientras dormía en plena madrugada: “Dale levántate y búscame las pastillas que me duele la espalda”, le dijo Kirchner ante un secretario casi sometido a la esclavitud. Aquí aparece la gran duda. Muñoz murió de cáncer pero millonario como casi todo el entorno de los Kirchner. No se sabe si le robaba a Néstor lo que Néstor robaba o Kirchner lo utilizó como testaferro para blanquear más de 65 millones de dólares con compras de propiedades en Miami y Nueva York como si fuera un jeque árabe. Tal vez ahora esa investigación pueda encaminarse con más datos. Porque las fortunas de dinero sucio que le llevaba Roberto Baratta (igual que José López en la obra pública o Ricardo Jaime, en el transporte) las recibía Néstor en persona o en su defecto Daniel Muñoz. En Olivos, en la Casa Rosada o en el departamento de Recoleta donde vivía el matrimonio revolucionario, nacional y popular. Un día Muñoz se hizo el canchero delante de Miriam Quiroga, la amante de Néstor.
Le mostró los bolsos que transportaba y le dijo que la plata se pesaba, porque era tanta, que era imposible de contar. Como dice la popular: la levantaban en pala. Todo ese dinero que le robaron a los argentinos y que falta en hospitales, cloacas, rutas, jubilados, viviendas, energía y escuelas conforma el modelo de corrupción más grande y grave de la historia de la democracia. Y uno de los más amplios del mundo. Más de 12 años robando en todos los ministerios. Existen pero es difícil encontrar algún funcionario honesto.
Muñoz entró al gobierno con 14 mil pesos y un viejo WW Gol usado. Se retiró como un magnate con empresas en las Islas Vírgenes británicas y en Delaware de Estados Unidos, ambos guaridas para los piratas fiscales. Por eso tuvo tantas propiedades en Capital, Mar del Plata, Neuquén, cabañas de alquiler y en Estados Unidos una colección de departamentos de altísima gama en los mejores edificios y uno de 13 palos verdes en uno de los lugares más caros y exclusivos de Manhattan. ¿Escuchó bien, el correveidile de Néstor entre los 65 millones de dólares se compró un departamento que costó 13 millones en Plaza Hotel de Nueva York. Según los Panamá Papers, Muñoz utilizó los servicios del tristemente célebre estudio jurídico de Mossack Fonseca y según una investigación del Miami Herald, sus inversiones superaron los 65 millones de dólares.
Repito la gran pregunta: ¿Era dinero que Muñoz le robó a Néstor o era dinero de Néstor que Muñoz invirtió como testaferro? Tuvo como cómplice a su esposa, Carolina Pochetti que en un momento se desprendió de algunos inmuebles y los repartió entre la familia de su tío, el ex gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta.
Hoy todo está más claro y la justicia puede investigar con las manos libres. El fiscal Carlos Stornelli tiene dos causas en donde Muñoz está hasta las manos. La de los cuadernos del chofer y la del enriquecimiento ilícito con las propiedades en Estados Unidos. En ambos casos tiene la colaboración de la UIF (Unidad de Investigación Financiera) que ya hizo los pedidos correspondientes para recuperar esos valores invertidos en Estados Unidos.
Daniel Muñoz era mucho más que el secretario privadísimo primero de Néstor y después de Cristina. Era el que recibía los bolsos y las valijas repletas de dólares o billetes de 500 euros para que no ocuparan tanto lugar, los contaba, los pesaba, los ordenaba y los trasladaba para esconderlos. En viajes bisemanales a Santa Cruz o a las cajas fuertes y bóvedas de esta ciudad. Mariano Federici, el titular de la UIF ya envió un mapeo riguroso de todos los movimientos bancarios e inmobiliarios con la esperanza de que todo se aclare y se recupere el dinero.
La justicia podría citar a Carolina, la viuda de Muñoz, para que explique como hicieron semejante fortuna en tan poco tiempo y desde el estado. Ella reclama ese dinero como propio. Como no podía ser de otra manera, también sumaron a las empresas a Franco, el hijo de ambos. Además tenían otros cómplices, los dueños de una inmobiliaria en Mar del Plata llamada Ortiz Liz Mar.
Como casi todas las denuncias, la doctora Elisa Carrió había hecho punta. Incluso el tema de que Muñoz y Víctor Manzanares, el contador de los Kirchner, actualmente preso, eran socios en dos playas de estacionamiento ubicadas en Malabia 1741 y Amenábar 1934.
Muñoz empezó llevando el teléfono de Néstor y terminó llevando sus bolsos del delito. Como dijo anoche el diputado Fernando Iglesias, hablaban de la redistribución de la riqueza y se la terminaron repartiendo entre amigos. ¿Hasta cuándo la Argentina va a seguir soportando que la jefa de la mafia más dañina de la Argentina siga en libertad como si nada. Ya tiene 5 procesamientos, tres elevaciones a juicio oral y cientos de testimonios, pruebas e indicios que certifican que este país fue destruido por un terremoto de corrupción. Nunca se cometieron tantos delitos juntos en forma sistemática. Y nunca hubo tantas pruebas para que sus responsables sean condenados. Suena patético y ridículo que Evo Morales hable de persecución de la derecha y del imperio. Hubo una maquinaria, una industria de la cleptocracia autoritaria. No es ideológico este tema. Es ético. Los ladrones son ladrones y deben ir presos sin que nos importe su camiseta partidaria. Siempre hubo corrupción en la Argentina, pero los Kirchner la elevaron a la categoría de sistema de gobierno. Muchos ministros de los 12 años, muchos ex funcionarios que hoy levantan el dedito, deberían repudiar con más contundencia esto que pasa si es que quieren tener un futuro político. No hemos escuchado por parte del peronismo no K definiciones contundentes respecto del nuevo tipo de Republica que tenemos que fundar. Tal vez porque algunos fueron cómplices, otros por una mal entendida lealtad partidaria. Veremos. Lo único cierto es que no podrán edificar un nuevo peronismo ni una nueva oportunidad de gobernar si no se dice claramente que Cristina fue lo que fue y que no quieren más mafias dentro de ese partido. Por ahora han sido muy tibios. Por ahora el que calla otorga. Tienen la gran oportunidad de dar vuelta la página, de barajar y dar de nuevo. Tienen que permitir con sus votos que Cristina sea allanada y desaforada para que pueda ir presa. Y aprobar la ley de extinción de dominio para el país recupere todo lo robado. Veremos si están a la altura de la historia o siguen reptando entre el barro.