¿Gana Macri o vuelve Cristina? – 3 de abril 2019

¿Macri gana y logra su reelección?
¿Cristina puede volver?
¿A Lavagna le alcanza?
Todavía falta mucho tiempo y muchas definiciones, pero se puede conjeturar que las tres inquietudes pueden tener respuestas positivas.
Macri tiene posibilidades de ganar igual que Cristina y Lavagna viene un poco de atrás pero con buen ritmo de crecimiento. Así de parejo y enrarecido, está el panorama electoral hacia el 27 de octubre donde los argentinos elegiremos mucho más que un presidente, vamos a optar por un sistema de gobierno democrático y republicano o por el regreso del chavismo cleptocrático.
¿Está confirmado que los tres van a ser candidatos?
En el caso del presidente Mauricio Macri está confirmado en un 95%. Dejo un pequeño margen por si apareciera un cisne negro, alguna hecatombe económica, una corrida feroz que lo dejaría con mucha fragilidad y carente de credibilidad. Solo en ese caso extremo que no se ve a la vista, Cambiemos apelaría a lo que se conoce como el Plan “V”, con “ve” corta que es la inicial del apellido de María Eugenia Vidal. Ninguna persona sensata vaticina ese escenario.
Cristina Fernández de Kirchner se maneja con el misterio de su silencio prolongado. Por lo tanto nada está confirmado de su boca. Pero según mi análisis político ella intentará ser presidenta por tercera vez porque aun perdiendo, todos serían beneficios para ella y su familia y no tendría casi ningún costo en el corto plazo. Si llegara a ganar, todas las causas de mega corrupción de estado se congelarían como el glaciar Perito Moreno y la tendencia en la justicia se revertiría: los que criticamos a Cristina podríamos ir presos.
La única incógnita que hay que despejar es que pasa si Florencia, su hija al parecer enferma, sin fueros y con posibilidades de ir presa, le pide que abandone la política y que ambas se refugien en Cuba donde nadie las va a molestar. Esa variante que tiene que ver con lo familiar, tiene una carga subjetiva que es muy difícil de predecir. Pero parece ser el único motivo que llevaría a Cristina a dar un paso al costado.
Roberto Lavagna avanza lento pero seguro. No va a participar de las internas obligatorias de Alternativa Federal. Ya tiene decidido seguir construyendo algo más amplio y luego, con las encuestas en la mano convencer a Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey para que desistan de sus candidaturas.
¿Qué chances tienen los tres principales candidatos de ganar según la foto de hoy?
Aclaro que es según la foto de hoy porque la vida económica se mueve con velocidad y para bien o para mal, todo puede cambiar. Eso va a ser desequilibrante en la última curva, 48 horas antes de las elecciones, cuando el ciudadano más independiente y menos politizado tome su decisión.
Macri y Cristina tienen como principal ventaja un núcleo duro de votantes que puntos más o menos anda entre el 25% y el 30%. Y tienen la desventaja de que la imagen negativa de ambos es superior a la imagen positiva. Esto significa que mucha gente va a votar en contra de… Para que no gane Macri o para que no gane Cristina. Ese dato no habla bien de la calidad democrática que nos supimos conseguir y hace muy difícil el trabajo de los encuestadores porque hay mucho voto oculto o vergonzante. En las reuniones son pocos los que se atreven a decir y defender al voto a ella o a él. Sin embargo medio país por lo menos votará por alguno de los dos.
La ventaja de Lavagna es que su imagen negativa es baja y tiene poco rechazo. De hecho, muchos votantes de Cristina pero sobre todo de Macri, lo tienen como segunda opción de voto. El problema de Lavagna es su bajo nivel de conocimiento. Estuvo mucho tiempo alejado de los grandes escenarios. Eso lo piensa combatir con candidatos muy populares tanto en Buenos Aires donde podría desembarcar Marcelo Tinelli como en la ciudad donde hay varios como el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio o el de San Lorenzo, Matías Lammens.
Veamos cuales son las fortalezas y debilidades de cada candidato.
Mauricio Macri se consagró presidente con 13 millones de votos. Es el argentino más votado de la historia. Hay un concepto que dice que el que votó a alguien alguna vez tiene más posibilidades de volver a votarlo. Si lo votó, es porque no lo odia. La gran pregunta es cuantos le darán una segunda chance. Porque también es cierto que hay más de 3 millones de ciudadanos que votaron a Macri por rechazo a Cristina que hoy están económicamente peor que en el 2015 y están desilusionados o directamente con bronca. Pertenecen a la clase media media. Son pequeños comerciantes, profesionales jóvenes, trabajadores independientes, plomeros, carpinteros que trabajan mucho con las changas y que están asfixiados por los impuestos, sacudidos por la inflación y la caída del consumo y los tarifazos. Este grupo social es el árbitro de las elecciones. Ellos conforman el fiel de la balanza. Pero es casi imposible medir con encuestas que es lo que van a hacer.
Si la mayoría renueva su compromiso con Macri porque le cree y piensa que vendrán tiempos mejores, es muy probable que haya Macri para 4 años más. Pero hay un número importante que miran con simpatía a Roberto Lavagna o que por castigo piensan en votar en blanco. Si esa idea es mayoritaria, sería letal para las posibilidades de Cambiemos. Aprobaría la asignatura pendiente de entregar el mando en tiempo y forma, cosa que no ocurre hace 90 años con un gobierno no peronista pero fracasaría en la continuidad que está reclamando para atravesar el túnel que hoy muestra la oscuridad de todos los indicadores económicos como malas noticias.
Suben la inflación, el dólar, las tasas, la pobreza, la desocupación y la indigencia. Es seguramente el peor momento de Cambiemos. Y pese a todo mantiene un piso de casi un tercio del electorado. Ese es un activo grande. Los capos de Cambiemos dicen que si mejoran un poco las cosas con los 140 millones de toneladas de la cosecha record, el turismo interno, Vaca Muerta y el litio del norte, van a estar seguro en la segunda vuelta.
El radicalismo tiene en sus filas sectores por ahora minoritarios que quieren emigrar hacia Lavagna. Están reclamando mayor protagonismo en las listas y en las decisiones de gobierno. No creo probable que un radical acompañe a Macri como candidato a vice. Veremos si esa fisura se puede sellar o finalmente se profundiza.
Del lado de Cristina, dicen que el país se cae a pedazos y va de mal en peor. Dicen que los datos malos de la crisis económica se van multiplicar y que eso va a dejar a Macri, desnudo y sin chance de ganar. Y que no le van a alcanzar las buenas imágenes y fortalezas electorales que tienen tanto María Eugenia Vidal en la provincia, como Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad. En las últimas encuestas, la caída de Macri arrastró también a Vidal y Larreta pero ambos siguen siendo dos candidatos muy competitivos. ¿Son ellos los que van a sostener la candidatura de Macri o es Macri el que los va a hundir en la derrota? No sabemos.
El cristinismo tiene un gran problema. Su jefa demora el anuncio de su decisión y la logística de la campaña se atrasa demasiado. Hay varios candidatos dando vueltas pero ninguno acusa peso en la balanza. Solo Cristina retiene ese tercio kirchnerista. Encima tiene 11 procesamientos y 5 pedidos de prisión preventiva, uno de ellos confirmado por la Corte Suprema y va a pasar más tiempo en el banquillo de los acusados que en la banca del senado o en los escenarios de campaña.
Roberto Lavagna trata de expresar a los argentinos que quieren saltar la grieta. Se propone construir un frente con el socialismo de Lifschitz, el radicalismo disidente y el grupo de Stolbizer. Confía en que las elecciones PASO van a demostrar que tiene más apoyo que el resto de los peronistas no k. No quiere saber nada con Macri ni con Cristina porque dice que son los jefes que promueven la grieta. Sumaría a la iglesia con quien tiene excelentes relaciones. Se autotitula centro progresista y no va a impulsar investigaciones sobre la corrupción pero jura que tampoco va a interferir para bloquear a la justicia. Su programa es el del peronismo tradicional, con modelo productivo y de consumo y crecimiento y con racionalidad para seguir en el mundo capitalista y alejarse de Venezuela y de Cuba. Muchos creen que a Lavagna no le va a alcanzar la nafta y que solo podría ser un buen ministro de Cristina. Eso lo dijo Juan Grabois que planteó un oxímoron: “Que vuelva Cristina, pero sin corruptos”. Pero ella es, claramente la jefa de la corrupción.
Todavía son fotos, retazos sueltos de lo que hay. Esto es lo que hay. Veremos que puede construir cada uno. ¿Pueden ganar Macri o Cristina? Si. ¿Puede terciar Lavagna? Si. De nosotros depende el rumbo que tome la Argentina.
De nosotros depende el tipo de país que vamos a construir. Como siempre, de nosotros depende la democracia.