¿Las PASO indultaron a Cristina? – 19 de agosto 2019

Cristina asegura que el resultado de las primarias fue una suerte de indulto popular para ella y para el estado mayor de la corrupción que está preso y espera ser liberado el 28 de octubre a la mañana, si es que se repite el triunfo kirchnerista en las urnas.
Cristina dice que semejante diferencia de votos, es una demostración de que la mayoría de la gente no cree que ella haya sido la jefa de una asociación ilícita para saquear al estado. Esta idea de que más de 11 millones 660 mil argentinos votaron por la inocencia de Cristina es seguramente uno de los sub productos más peligrosos para las instituciones y la ética republicana. Cristina quiere creer que esos compatriotas la están indultando porque compraron sus mentiras de que la exitosa abogada que nunca ganó un juicio, pero lo perdió varias veces, es una perseguida política. Sería nefasto para el futuro inmediato de la Argentina que esto fuera así. Que sus votantes le hayan perdonado todos sus pecados y delitos. Que con el sobre en la urna hayan querido decir: “Fuerza Cristina, anda por todo y esta vez no te quedes a mitad de camino”.
Yo creo que hay supuestos que no son ciertos. Pero veremos.
El primero, que la elección ya está resuelta y que no hay ninguna posibilidad de que Macri logre remontar la cuesta. Yo creo que los partidos hay que jugarlos hasta el último minuto y que nunca hay que cantar victoria antes de tiempo. Claro que es muy difícil el desafío para Macri. Pero nada es imposible. ¿Que necesita? Que vayan a votar dos millones de personas que no votaron en las PASO y que más de un millón 150 mil voten a Macri- Pichetto y que menos de 100 mil voten a Los Fernández. Eso los lleva a una segunda vuelta y ya se sabe que a las segundas vueltas las carga el diablo.
Insisto: es difícil, pero no imposible. Y de última una buena actuación de Juntos por el Cambio, si no le alcanza para ganar, va a meter senadores, diputados y algún intendente más y eso siempre es bueno para el equilibrio democrático. Ya comprobamos que el kirchnerismo en el poder es dañino, corrupto y autoritario. Pero el kirchnerismo sin controles republicanos es muy peligroso para la paz social.
Nadie tiene la bola de cristal ni puede adivinar el futuro. Si el 27 de octubre, la contundente diferencia se mantiene y gana Cristina, a nuestro bendito país le esperan días muy oscuros. Se quedarían casi con la suma del poder público. El poder ejecutivo a cargo de Alberto. El senado presidido por Cristina. Mayorías en el senado y casi casi en diputados. Y como si esto fuera poco, insisto, si los números se repiten, podrían tener el manejo del Consejo de la Magistratura que designa y destituye jueces y mantendrían una Corte Suprema de Justicia con amplias simpatías por el peronismo y con las gobernaciones de la inmensa mayoría de las provincias.
Ya están preparando leyes y una catarata de designaciones y para volver a copar la justicia. La ex presidenta de Justicia Legítima, María Laura Garrigó de Rébori está al mando del tema en el Instituto Patria. Tiene la ayuda de Alejandra Gils Carbó y el ex juez supremo, Eugenio Zaffaroni. Estudian indultos, leyes de amnistía, rechazos a la presión preventiva y la ley del arrepentido y castigos a los jueces y fiscales que se atrevieron a investigar y castigar a los integrantes del gobierno más corrupto de la historia democrática.
A mi criterio esto es lo más grave que podría ocurrir. Que se interprete el voto como un vale todo y como un borrón y cuenta nueva. No creo que los casi 12 millones de argentinos que votaron a Cristina crean que ella es inocente y que su banda nunca se robó ni un centavo del estado. Por eso el voto fue tan oculto y vergonzante. Porque la gente no es tonta. Sintieron en carne propia el rigor del aumento de la desocupación y la pobreza, pero saben que estaban votando a ladrones de estado. Por eso no lo confesaban ni a los encuestadores y muchas veces ni a sus amigos.
Da vergüenza ajena, la opinión del director del diario “El Mundo” de España. Francisco Rosell escribió que esto ocurre “cuando los pueblos aman y votan a sus propios ladrones, a los que cometieron el latrocinio y son indulgentes con la corrupción del peronismo”.
Es demoledor. Yo entiendo a aquella persona que tuvo que cerrar su comercio asfixiado por los impuestos, las tarifas y el derrumbe del consumo. Yo comprendo a ese compatriota que perdió su puesto de trabajo. No se puede ser implacable ni inflexible con los que sufren. Entiendo que hayan votado con desesperación. Pero no puedo ocultar que esos votos que se multiplicaron por miles, van a abrir las puertas de la cárcel para que salgan en libertad, casi como héroes Julio de Vido, Lázaro Báez, Cristóbal López, Julio López, Amado Boudou, Ricardo Jaime, Roberto Baratta, Milagro Sala, Marcelo Balcedo, el Caballo Suárez, el Pata Medina, entre otros delincuentes y mafiosos y que los empresarios de los cuadernos y Cristina o Máximo, dejen de ser molestados por la justicia y sus causas sean guardadas en un gigantesco freezer como si fuera el cementerio de la honradez en la Argentina.
Billetera mata galán. O heladera mata honradez. Andrés Malamud dice que la lucha contra la corrupción puede ayudar a voltear a un gobierno pero no a entronizarlo en las urnas.
Por eso muchos jueces, fiscales, arrepentidos colaboradores, políticos honestos y periodistas independientes, están preocupados. Porque fueron valientes a la hora de llevar luz y verdad para lograr el juicio, castigo y condena que se merecen los que robaron fortunas.
Algunos están demorando resoluciones y los expedientes quedan en los cajones de Comodoro Py. Otros están tramitando la jubilación. Pero hay otros que van a resistir. Que son valientes y tienen las manos limpias, las uñas cortas y la frente alta.
Los magistrados ya tomaron nota de lo que plantearon en su momento los kirchneristas más fanáticos y hasta el propio Alberto que actúa de moderado.
Mempo Giardinelli recitó la propuesta de la agrupación Manifiesto Argentino: en ese espacio quieren un servicio de justicia y un Poder Judicial, casi una oficina menor que puedan manejar a gusto. Sospecho que semejante nivel de atentado a la Constitución Nacional, no pasa ninguna instancia, salvo que reformen la Carta Magna, como han propuesto para tirar abajo uno de los pilares de la independencia de poderes.
Francisco Durañona no anduvo con vuelta y fue a los bifes: propuso aumentar los miembros de la Corte y poner militantes de La Cámpora. Derecho viejo y sanseacabó.
Zaffaroni dijo que tiene que estudiar un poco mejor los temas para no hacer algo tan burdo. Pero su objetivo también es liberar a sus compañeros de militancia y a muchos de los presos por crímenes o hechos de inseguridad que él define como “víctimas del sistema capitalista”. Por eso en las cárceles, en la elección del 11 de agosto, la fórmula kirchnerista ganó por afano.
Alberto apuntó con nombre y apellido sin que se le caiga la cara de vergüenza. Dijo que los doctores Julián Ercolini, Claudio Bonadío, Martin Irurzun, Gustavo Hornos y Juan Carlos Gemignani que firmaron barrabasadas iban a tener que dar explicaciones sobre lo que habían escrito. Y como si esto fuera poca intromisión sobre otro poder, Alberto planteó que se iban a revisar los fallos de lo que llamó “el festival de las prisiones preventivas”.
Respeto todos los votos y todas las ideologías. No creo que los que ganan una elección tengan razón o que el pueblo nunca se equivoque. Pero mayorías circunstanciales no cambian mis convicciones. Respeto los votos pero no a los delincuentes ni a los autoritarios y patoteros. No cuestiono que mucha gente en su angustia económica haya votado a los que dejaron la bomba de tiempo abajo del sillón de Rivadavia. Pero estoy seguro que la historia también va a decir que muchos de esos compatriotas hicieron bien en tener vergüenza por ese voto. Porque fue para avergonzarse. Darle el indulto popular a Cristina es una de las degradaciones institucionales más graves de la historia. Es castigar a los decentes y premiar a los corruptos. Y así no se puede construir una sociedad mejor ni más justa. Quisieron salir de Guatemala y caímos en Guate peor.