La República derrotó a Grabois. (Por ahora) – 29 de octubre 2020

Sonó un tiro para el lado de la justicia. La razón republicana derrotó al peligroso y violento resentimiento de Juan Grabois.
A pesar de la complicidad suicida del gobierno de los Fernández, la valiente jueza entrerriana Carolina Castagno, con rigurosidad y ajustada a derecho, puso las cosas en su lugar. Fue grave todo lo que ocurrió en el terreno de la familia Etcheverehe. Tuvo un alto impacto entre los productores agropecuarios y la mayoría levantó la guardia, porque ve venir una versión recargada de la 125. Una 250, como la bautizó Jorge Lanata.
Juan Grabois, como si estuviera en la clandestinidad de los 70, envió un video de 13 minutos donde acusó a medio mundo de delitos terribles, sin prueba alguna. Lo más preocupante para la sociedad es el nivel de mesianismo que exhibe. Se lo comió el personaje. Se cree que está a punto de bajar de la Sierra Maestra. En cualquier momento comete un desastre mayor. Lo más inquietante para el gobierno es que critica a Alberto Fernández, y los gobernadores Bordet y Kicillof por ceder a los poderes fácticos y apostar a “desalojos represivos fascistas donde dejaron casillas destrozadas y gente humilde lastimada en una sociedad criminalmente desigual y excluyente”.
Grabois dijo que el estado no duda en reprimir a los pobres y permite que el grupo Clarín ablande jueces, sacerdotes e impulsores de políticas impopulares y represivas bajo el poncho del gobierno popular”
Finalmente, otra vez se colgó de la sotana del Papa Francisco y lo citó textualmente en un fragmento de una encíclica donde Bergoglio afirma que “el derecho de propiedad, es un derecho secundario”. Gravísimo por donde se lo mire. Grabois no hace más que repartir odio y acumular pólvora retórica.
Semejante delirio, le permitió a Dolores decir, también en forma desafiante que ella no se iba a ir de la toma y que la iban a tener “que sacar muerta” de la propiedad.
Producto de la irresponsabilidad de Grabois, muchos de los invasores hicieron papelones que demostraron que en su vida habían agarrado una pala. Se filmaron fingiendo que trabajaban en una huerta y era bajo un árbol y en medio del pasto del jardín de la casa. Del ridículo no se vuelve. Dolores, la hermana súbitamente revolucionaria que le abrió la puerta a los usurpadores, dijo que ella les donaba la parte que le correspondía del campo. Pero le demostraron, con los papeles en la mano que no podía donar lo que no era de ella. Había vendido sus acciones en la sociedad a cambio de una fortuna. Es decir que mintió. Dijo que le habían falsificado la firma y mintió por segunda vez. Salió el escribano y confirmó que él había certificado aquella firma. Entonces Dolores, mintió por tercera vez. Dijo que la habían extorsionado para que firmara.
Todo fue una farsa. Los funcionarios nacionales apoyando una acción demencial. Alberto, Cafierito y Axel justificando todo como un problema de una familia de ricos. Un jueguito frívolo de clasismo berreta que ahora se le puede volver en contra al gobierno.
Hoy Patricia Bullrich estuvo presente apoyando la propiedad privada y la ley. Ayer, Miguel Pichetto, también puso el cuerpo en el lugar y le pidió al Papa Francisco que “frenara a su protegido Grabois” que estaba perjudicando a toda la Argentina y al sector productivo más competitivo del país.
Tarde, muy tarde, demasiado tarde, hasta monseñor Mario Poli tuvo que salir a diferenciarse de Grabois. Es que el aventurerismo resentido de este muchacho lleva de las narices al gobierno nacional que le dio lugar en sus listas de funcionarios y legisladores. Incluso, ya le dije, Grabois cuenta con una ministra de su agrupación: Elizabeth Gómez Alcorta, abogada de Milagro Sala, Fernando Esteche y Facundo Jones Huala y está todo dicho.
No hay que perder de vista a Juan Grabois. Recuerdo que Alberto Fernández, en su programa de tele le dijo a Viviana Canosa que a Juan Grabois “lo demonizan” y que “no es nada de lo que dicen”. El que se acuesta con chicos, amanece mojado.
Hebe de Bonafini piensa todo lo contrario. Hace unos días dijo que la toma no correspondía y que Grabois “no le gusta para nada”. Nadie puede decir que Bonafini sea una oligarca que apoya a Etcheverehe. Sin embargo hace poco, caracterizó a Grabois como “un caradura y un tipo bastante desagradable”. Reconoció que tuvo “un disgustillo” con él aunque no quiso aclarar los motivos y lo fustigó por algo muy de fondo: “No me gustan las personas que tienen clientes en lugar de compañeros. Muchas veces la gente, no sabe para va a las marchas. Se preguntan entre ellas y al final, reciben una bolsa de comida”.
¿Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma? Juan Grabois es la persona que Francisco más quiere en la Argentina. Es como el hijo que no tuvo. El Santo Padre se lo dijo a gente que también tiene mucha confianza y afecto con él.
¿Qué hizo Grabois para merecer estar en el centro del debate político pese a que tiene bajos niveles de representación y una modesta capacidad de movilización?
Sus apariciones estelares siempre son de alto impacto.
Grabois, en su acto de apoyo a las tomas, anticipó que iban a venir “dos, cinco, veinte Guernicas más”. Es de los pocos que entra sin golpear al Instituto Patria, a la Casa Rosada y al Vaticano.
En su momento, rodearon varios countries en la provincia de Buenos Aires o entraron a los empujones a la playa de estacionamiento de Canal 13 y TN. Siempre con un discurso de lucha de clases que no va en línea con la alianza de clases que promueve el peronismo históricamente. Los gobernadores y los intendentes no lo pueden ni ver, pero no se animan a decirlo públicamente.
Otro de sus minutos de fama los logró al proponer una reforma agraria con expropiación de tierras. Arrancó proponiendo entregar 50 mil parcelas a campesinos para que la tierra sea del que la trabaje pero no dijo quien decide que tierras serán arrebatadas a sus propietarios. Muchos sugirieron que empezara por uno de los máximos terratenientes de la Argentina. Se llama Lázaro Báez y Cristina lo conoce muy bien. La cantidad de hectáreas de las que se apropió ilegalmente Lázaro es trece veces el tamaño de la Capital Federal. Podría por empezar por ahí.
El “Proyecto Artigas” podría rebautizarse “Proyecto Lázaro”. Es un aporte que hago.
Grabois no cree que Cristina haya robado nada. Dice que es una perseguida política porque está a favor de los pobres y por eso la acompañó en un par de declaraciones testimoniales que Cristina tuvo que hacer en Tribunales como parte de los múltiples procesamientos que tiene, casi todos por corrupción y enriquecimiento ilícito. Como si fueran guarda espaldas de la fe, Grabois y Eduardo Valdés, el ex embajador de Cristina en el Vaticano, acompañaron a la ex presidenta a Comodoro Py.
Grabois se abraza y habla en las tribunas con Máximo Kirchner. Logró colocar dirigentes de su Frente Patria Grande como la joven estudiante Ofelia Fernández y el economista Itaí Hagman.
Antes de las elecciones, con un tuit, Grabois le recomendó a Florencia Kirchner que se quedara en Cuba y que no volviera porque acá la iban a meter presa para perjudicar a su madre.
Vamos a decirlo con todas las letras: Juan Grabois es un soldado del Papa y de Cristina. Duerme en Santa Marta y fue asesor de Bergoglio como miembro del Consejo Pontificio hasta hace muy poco.
De todos modos, Grabois es tan incontrolable y fabulador que, tal como le dije, además de Hebe, desde Julio de Vido a Guillermo Moreno (otro amigazo del Papa) pasando por Horacio Verbtisky fueron muy duros con él.
El reo, ex ministro de Planificación, De Vido lo trató de ser “un vigilante y ortiva que me da asco”. Grabois le contestó: “Ni yo soy vigilante ni vos héroe de la resistencia peronista. Somos millones los que queremos que Cristina vuelva pero sin corruptos”. Más allá del oxímoron, porque Cristina es la jefa de los corruptos, hay que decir que Guillermo Moreno también salió con los tapones de punta contra Grabois. Fue casi una interna vaticana. Y eso que todos, Moreno, el padre de Grabois y el Papa se forjaron en la ideología blindada de Guardia de Hierro, del peronismo derechoso de los 70.
Moreno dijo que Grabois era “un ortiva (palabra de moda) una mala persona, mal compañero y un buchón idiota que no es peronista”. Grabois contragolpeó con ironía “Moreno cacarea como una gallina, pero perdió todas las batallas, perdió contra Clarín, por ejemplo”,
Con Verbitsky la cosa es directamente feroz. Grabois dice que el jefe informal de los servicios de Cristina está bancado “por la Fundación Ford y el British Council” y que es “un botonazo decadente y un gorila mitómano”. Ahí hay mucha bronca porque Verbitsky en su momento, denunció que el Papa Francisco, cuando era Jorge Bergoglio, entregó a dos sacerdotes jesuitas a las catacumbas de la dictadura que finalmente los asesinaron.
En los finales del gobierno de Macri, durante otro hecho de violencia que protagonizó Grabois al frente de los vendedores ambulantes senegaleses tuvo un discurso jurásico y muy poco representativo: “el gobierno creó un clima de odio y persecución contra los trabajadores y los humildes. Está volviendo el fascismo y la xenofobia”.
Se supone que la militancia cristiana de Juan Grabois debería llevar propuestas de diálogo y paz a un polvorín y no antorchas para que todo vuele por los aires.
Yo defino a Grabois como un peronista kirchnerista, chavista y papista pero en la revista de la Universidad de San Martin lo caracterizaron como “de formación marxista con influencias católica y peronista”. Son de esos personajes que enamorados de sí mismos no se rinden y redoblan la apuesta. Veremos cuál es su próxima provocación. No creo que falte mucho. Es católico, pero su religión es el fanatismo.