Volvieron mucho peores – 16 de noviembre 2021

Volvieron mucho peores. Por eso
perdieron 5 millones 200 mil votos en dos años, un record histórico. Como precisó Carlos Pagni, el gobierno de los Fernández perdió el 40% del apoyo en las urnas que habían logrado en el 2019.
Es porque volvieron mucho peores en todo sentido. Sus trucos y mentiras cada vez engañan a menos gente.
Otra vez el ataque a los periodistas por parte de 67 chorro. En su momento hacía daño e intimidaba. Ahora produce pena. Es un mecanismo oxidado que dispara balas de fogueo.
Otra vez Amado Boudou al frente de una brigada chavista que propone copar la justicia y los medios de comunicación. Un soberano delincuente, condenado por 20 jueces y confirmado por la Corte Suprema, es el gurú ideológico de Alicia Castro, Gabriel Mariotto y Mempo Giardinelli. Es tragicómico. Dan pena. Están envejecidos en sus ideas y en su metodología. Le juegan por izquierda a Alberto y tienen como manifiestó liminar el discurso de Fernanda Vallejos, la que incitó a un golpe blando contra el presidente al que insultó de arriba abajo. Mequetrefe y ocupa, es lo más suave que le dijo. Atrasan.
Otra vez, otro delincuente de actitudes violentas y mafiosas como Pablo Moyano, lleva de las narices a los gordos millonarios de la CGT. Amenazan con escarmientos, patotas y bloqueos. Moyano ataca a la derecha como si el fuera un sindicalista clasista y trosko.
Otra vez las mentiras groseras pero dichas desde lo más alto del poder y en la cara de la gente. Un presidente que convoca a un acto para celebrar una derrota monumental a la que llama victoria genera preocupación e inquietud social porque no sabemos en qué planeta está perdida su cabeza. Los hechos son sagrados y las opiniones son libres. Alberto podría haber dicho que los que no votaron el proyecto de Cristina están equivocados, son gorilas o lo que le plazca. Son opiniones. Pero decir que ganaron la elección es un delirio. Porque la realidad fría e implacable de los números dice que Juntos por el Cambio sacó dos millones de votos más que el oficialismo. ¿Me escuchó bien? No es que el gobierno perdió sobre la hora por un penal mal cobrado. Perdió por goleada: casi 9 puntos de diferencia lo que traducido son dos millones de votos. ¿Cómo se llama eso?
Esto es lo más riesgoso que ocurrió hasta ahora. Porque si Alberto niega los datos objetivos, no podrá resolver absolutamente, nada. Si no reconoce que 9 millones de argentinos le bajaron el pulgar, va a seguir en el mismo rumbo equivocado que lo trajo hasta este fracaso colosal. Dicen los médicos que si no se reconoce la enfermedad es imposible encontrar el remedio adecuado. El doctor Facundo Manes utilizó un término de la neurología. Lo describió como “anosognosia”.
Y si no se reconoce una derrota tan contundente, la palabra del presidente se devalúa hasta el precipicio, se consolida como un jefe de estado autoritario que ignora los pronunciamientos populares y queda encerrado en sus propias falsedades. Alberto, Cristina, y Massa perdieron en sus distritos y además lograron batir el record del peor resultado del peronismo en 11 elecciones legislativas y 9 presidenciales. Nunca antes el justicialismo había sacado el magro 33,57% de los sufragios. La peor actuación anterior a esta fueron las parlamentarias del 97 donde consiguieron el 36,37%.
¿Qué van a celebrar mañana? ¿Qué perdieron 5 millones 200 mil votos en dos años?¿ Que perdieron el domingo por 2 millones de votos? ¿Qué perdieron el quorum en el senado por primera vez en 38 años? ¿Qué perdieron en 15 provincias, incluidas las cinco con mayor cantidad de habitantes? Repito, ¿Qué van a celebrar mañana? ¿Qué perdieron?
Será la marcha de la derrota malversada en victoria. El acto del autoengaño. Siguen en la línea de la más repudiable actitud antidemocrática de Cristina que se negó a ceder los atributos del mando a Mauricio Macri. Ella jamás felicitó al ganador. Solo le dio vuelta la cara de asco que puso. No felicitan a los vencedores porque creen que los vencedores son ellos. ¿Será una psicópata como dijo Alberto el 8 de diciembre de 2016?
Siguen en la línea de la más repudiable negación de la verdad como cuando mintieron y malversaron las cifras de la inflación e intervinieron el INDEC a punta de ametralladora, o dijeron que la inseguridad era una sensación o que en Alemania había menos pobres o que en Suiza todo era más aburrido.
Decir que ganaron cuando perdieron es poner en tensión la institucionalidad republicana. ¿Estará Alberto en su sano juicio?, se pregunta millones de argentinos. ¿Necesitan terapia de grupo?, como dijo el diputado Negri. ¿Son tan caraduras que Aníbal propuso la reelección de Alberto?
Volvieron mucho peores. Ya dejaron libres a más de 20 funcionarios kirchneristas corruptos. ¿Harán un patronato de liberados kirchneristas?
El que apuesta a la mentira, pierde.
El propio Roberto Feletti aseguró que el pueblo se había pronunciado y habían sido derrotados. Victoria Tolosa Paz dijo que saludó a Diego Santilli porque “reconoció” el resultado. Coco Silly, fanático cristinista hasta hace 15 minutos, los llamó cabezas de termo por su dogmatismo ciego, incluso Gabriela Cerruti habló de empate en la provincia de Buenos Aires. Paco Durañona, ultra k y ex intendente de Areco se preguntó con el mapa electoral a mano si eran un movimiento nacional o un partido del AMBA.
Solo Alberto llamó a festejar la victoria y se habló encima. No sabe que solo la verdad nos hará libres. Y que 7 de cada diez argentinos ya se dieron cuenta: volvieron mucho peores. El rey está desnudo. Y la reina también. Nunca es triste la verdad. Lo que no tiene es remedio.