Boudou, el delincuente idolatrado – 10 de mayo 2022

El Honorable Senado de la Nación dejó de ser tan honorable por unas horas.
Todavía no lo puedo creer, pero un delincuente como Amado Boudou fue ovacionado en una sala donde se estaban recordando los diez años de la sanción de la ley de identidad de género.
“Histórico”, dijo la locutora cuando ingresó como si fuera una estrella de rock o un prócer de la democracia. “Ídolo”, le gritaron desde la platea. “Te amamos, Amado”, se escuchó como un escupitajo a la honestidad.
Sigo sin poder creer como el fanatismo de la inflamación ideológica hace que la gente vea solo lo que quieren ver.
Amado Boudou, ha sido condenado por coimero y corrupto a 5 años y 10 meses de prisión por 16 jueces y con sentencia firme hasta de la Corte Suprema de Justicia. No es una opinión de un periodista independiente o de un opositor político. La justicia lo encontró culpable de haber cometido un delito grave como funcionario y por eso, además lo condenó a inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Se quiso quedar con Ciccone, la fábrica de hacer billetes. Y eso fue claramente probado por la justicia y reprobado por la ética republicana. Sin embargo estaba allí como si fuera un revolucionario. Una bandera idolatrada. Me produjo tanta indignación que me dio por parafrasear la marchita correspondiente: “Aquí está la bandera idolatrada/. El malandra que Cristina nos dejó /Cuando triste la patria estafada /A Boudou su tropa ovacionó.”
Es increíble que la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans”, le haya ofrecido presidir el acto.
Lo primero que hizo fue chuparle las medias a Cristina. El caradura dijo que creía haber sido el mejor vicepresidente pero que la actual lo había superado.
Después castigó la gestión del ministro Martín Guzmán y nuevamente fue el más aplaudido. La señal que mandan a la sociedad es de terror. Sigan robando, muchachos, total no pasa nada. Necesitamos más transparencia y honradez y adulan a un ladrón de estado. Lo elevan a la categoría de ídolo.
Es como si el cristinismo hubiera cambiado la frase de Perón y ahora los únicos privilegiados no son los niños, son los delincuentes.
Cuando juró Boudou se enteró que Dios y la Patria lo podían demandar. Y la patria lo demandó. Sin embargo tiene una gran hinchada en el equipo de Cristina. Ayer le dije que algunos muchachotes de La Cámpora, la guardia de hierro de Cristina, lo quieren poner de ministro de Economía en las sombras. Asumir no puede porque, como le dije, está inhabilitado de por vida, pero puede monitorear a algún títere como hace Cristina con Alberto. Sería nefasto desde lo ético y desde lo técnico. Avanzarían a fondo contra las libertades individuales y la propiedad privada.
Hace unos días, un fallo vergonzoso de un juez amigo de Formosa, lo sobreseyó en la causa de las coimas del gobierno de Gildo Insfrán. Pocas causas tienen tantas pruebas. Hasta hubo una confesión explícita de Alejandro Vandenbroele que fue el que retiró en una valija los dos millones de dólares del banco.
Todos los estafadores de la cleptocracia K, empezando por Cristina, tienen la misma excusa. Dicen que son perseguidos políticos por el poder económico y los medios, todos se hacen las víctimas del Lawfare.
Para protegerlo, en su momento, Cristina ordenó una maniobra sin antecedentes. Expropiar una empresa para encubrir a un delincuente de estado como Boudou que se la quiso apropiar. Fue un descarado saqueo a todos los argentinos. Un latrocinio a cielo abierto.
Una mojada de oreja y humillación a todos los argentinos honrados que cumplen con la ley.
Amado Boudou, a esta altura, es el nombre de la impunidad obscena y el apellido del privilegio repugnante.
De todas maneras, todos los argentinos le pagamos una jubilación de privilegio de más de 700 mil pesos. Es insólito lo de Boudou. No puede ser funcionario por ladrón y estafador, pero si puede cobrar la mega jubilación de la casta gobernante. ¿Se acuerda de la opinión del actual presidente, Alberto Fernández?
Conviene recordarlo. En su columna del diario “La Nación” del 30 de mayo de 2014, titulada “Game Over”, hay un respaldo absoluto a la justicia y una crítica severa a Boudou que recién había sido llamado a indagatoria.
El actual presidente escribió que “Todas las excusas dadas por él hasta aquí se han ido desvaneciendo con la misma velocidad con la que el agua se escapa entre los dedos. Boudou ya no tiene coartadas. Los argentinos saben cuánto ha mentido en su alocada carrera por escapar de los hechos que se le atribuyen”.
En otro párrafo que tiene una impresionante actualidad, Alberto dice: “Fue sorprendente escuchar las voces del oficialismo que avalaron sus dichos y lo exculparon del hecho que se le atribuye. Tan fuerte fue la defensa organizada desde el poder, que hasta una ley de la Nación, impulsada por la mismísima presidenta, acabó por expropiar la empresa Ciccone para hacer más compleja la investigación de la maniobra… Tratando de preservarlo, Cristina no dudó en involucrar al parlamento argentino en el más grave encubrimiento que se recuerda: la expropiación de Ciccone”.
Alberto dice que Cristina ordenó el más grave encubrimiento que se recuerde con Boudou.
Este texto es demoledor. Parece escrito esta mañana y sin embargo fue redactado hace apenas 8 años por el actual presidente. Creo que está todo dicho. Boudou fue y es un delincuente idolatrado. Y así nos va.