El peor gobierno, cada vez peor – 7 de octubre 2022

No descubro nada si digo que para una gran mayoría de los argentinos, este es el peor gobierno de la historia democrática. Hay cientos de razones para agregar que, cada día que pasa, la mala praxis, las peleas internas y las ideas jurásicas hunden un poco más a la cuarta administración kirchnerista. Hoy es un día especialmente negro. Cuesta encontrar cual es la situación más dramática. Si ponemos la lupa en el ciudadano de a pié, la actualidad dice que la emboscada y la represión en el bosque de La Plata ilumina los costados más nefastos. “El peronismo no reprime”, mintió Cristina hace poco. Yo le diría que todo lo contrario. El peronismo es el partido que mayores responsabilidades tuvo en los crímenes atroces de la ultra izquierda montonera de Firmenich y la ultra derecha de la tripe A de López Rega. Pero anoche, en la cancha de Gimnasia y Esgrima todos pudimos ver, en vivo y en directo, como la policía de Axel Kicillof se cansó de meter balazos de goma, gases lacrimógenos y palazos a los ciudadanos indefensos, atrapados y sin salida en estadio. Hubo un muerto, mucos heridos, familias enteras en pánico por un operativo represivo de una ferocidad y descontrol inédito. El gobernador que no gobierna no tuvo más remedio que echar de su cargo al responsable de ese operativo. Pero la oposición citó al ministro Sergio Berni para ser interpelado en el Congreso. Responsabilizan a Berni por esa pesadilla y le piden la renuncia. Hasta La Cámpora y el cristinismo duro quieren que Berni se vaya pero a él lo sostiene Cristina. Hay una versión dice que todo esto empezó con barras bravas y delincuentes que son apañados por el falso progresismo K y que se potenció por una factura que los policías le pasaron al gobernador. Hace varios días que sectores de la policía se vienen quejando por los bajos salarios y el alto nivel de carga horaria en el trabajo. Hubo acuartelamientos parciales después de la muerte de dos policías en un accidente mientras tripulaban sus motocicletas. Sus compañeros, indignados dijeron que hacía muchas horas que no dormían producto de la mala organización policial y de los adicionales que tienen que hacer para juntar un sueldo digno. La versión es que esa bronca contenida, en forma repudiable e irresponsable, la desplegaron anoche con el salvajismo represivo. Hay mucho que investigar todavía. Un delirante como Jorge Rachid, asesor de Kicillof, le echó la culpa al PRO y dijo que “le tiraron un muerto a Kicillof” como parte de una avanzada golpista. Es el mismo irresponsable que dijo que el laboratorio Pfizer pedía los recursos naturales argentinos. Un desquiciado ideológico.
Si seguimos mirando la pésima gestión del gobierno desde el llano del ciudadano común, hay que decir que la inseguridad es un fantasma que los aterra y que sigue creciendo sin parar. Sobre todo en el conurbano bonaerense. Pero el otro enemigo brutal es la inflación galopante. Tritura los salarios y desespera a mucha gente que padece el 100% de inflación para este año que duplica a la que dejó el gobierno de Macri.
Como si esto fuera poco, el poder, además de no solucionar ninguno de los problemas, complica más las cosas con sus enfrentamientos internos. El mamarracho de coalición que inventó Cristina para ganar la elección hace que su gestión sea una máquina de cometer errores y de expulsar ministros y funcionarios. Todavía tienen más de un año de gobierno por delante y la lista es asombrosa. Se fueron de sus carteras María Eugenia Bielsa que denunció que el gobierno kirchnerista había robado, Ginés González García, Marcela Losardo, Roberto Salvarezza, Sabina Fréderic, Nicolás Trotta, Daniel Arroyo, Felipe Solá, Luis Basterra, Matías Kulfas, Daniel Scioli, Martín Guzmán, Silvina Batakis y Santiago Cafiero, que pasó de la jefatura de gabinete a la cancillería. Ahora hay que sumarle a Elizabeth Gómez Alcorta y a dos que están en capilla: Claudio Moroni porque la Cámpora dice que su gestión es mala y Juanchi Zabaleta que necesita volver a su distrito para recuperar el poder que le está comiendo, también La Cámpora.
Gómez Alcorta es una de las peores funcionarias que tuvo este gobierno. Apadrinada por Horacio Verbitsky y Juan Grabois, no generó un solo hecho concreto para evitar y combatir los femicidios. Gastó fortunas en seminarios de discusión teórica e ideológica y en empleados militantes innecesarios. Fue abogada de dos delincuentes condenados por la justicia como Facundo Jones Huala y Milagro Sala. Y sigue apoyando sus actos de violencia y corrupción. Sigue militando a estos sectores extremos que se esconden entre los pliegues del peronismo tradicional. Un caso muy parecido es el de Sabina Fréderic, la ex ministra y actual funcionaria de “Cascos Blancos”. Ambas defienden a los victimarios y no les importan las víctimas. Zaffaroni al palo. Fréderic responsabilizó del operativo para desalojar a los usurpadores en Villa Mascardi a los propietarios legítimos de esas tierras. Los acusó de “ser racistas y tener intereses rentistas inmobiliarios”. Ni una palabra contra los que violaron la ley y fueron detenidos en forma in fraganti en medio de la toma. ¿También renunciará Fréderic? El día que instalen el socialismo chavista que tanto admiran, van a poder multiplicar esas expropiaciones. Por ahora, Argentina se mantiene en un régimen capitalista, democrático y republicano y se respeta la ley y la propiedad privada y se condena todo hecho de violencia o de justicia por mano propia. Y los que cometen delitos son delincuentes. No importa su camiseta partidaria, su religión ni su raza. Es simple: el que delinque es delincuente. Pero miran todo a través de la estrechez de su ideologitis. Están inflamados de consignas que no les permiten ver la realidad con ambos ojos. Por eso son incapaces de condenar las violaciones a los derechos humanos en Venezuela o Nicaragua y la persecución feroz a los homosexuales en Cuba o los crímenes que se cometen con las mujeres en Irán. Da vergüenza ajena. Los colectivos feministas copados por el cristinismo y la izquierda y las funcionarias del gobierno, fueron incapaces de decir una sola palabra de apoyo a la gran revolución femenina crece en Irán. Las matan, las castigan latigazos en las calles por no usar correctamente el velo, las encarcelan la policía de la Moral y para ellas no pasa nada. Es inmoral que decidan ser cómplices de los asesinos y torturadores. Pierden todo tipo de autoridad para denunciar cualquier violencia contra la mujer. Ni siquiera fueron capaces de nombrar al ex gobernador tucumano José Alperovich. Es la persona con mayor poder en la Argentina en pleno juicio por violación y abuso sexual a su sobrina. Pero, ya se sabe. El cristinismo potenció lo peor del peronismo. A los amigos, todo y a los enemigos, ni justicia. Y eso hace que el peor gobierno, sea cada vez peor.