El que le robó a los Kirchner – 23 de noviembre 2022

El juez Julián Ercolini procesó, con prisión preventiva, a uno de los testaferros del Cártel de Los Pingüinos Millonarios. Se trata del mexicano Isaac Esparza que funcionó como titular de varias sociedades destinadas a lavar por lo menos 70 millones de dólares.
La causa es un desprendimiento de la de los cuadernos de las coimas K e involucra principalmente al secretario privado de los Kirchner, Daniel Muñoz que falleció en mayo del 2015.
Muñoz fue un integrante clave del Cartel de los Pinguinos enriquecidos en forma ilegal y colosal. Hablo de Rudy Ulloa Igor, Julio de Vido, Roberto Baratta, José López, Lázaro Báez y Cristóbal López, entre otros patagónicos amigos, cómplices, empleados y socios del matrimonio Kirchner.
Muñoz era un petiso, rubio y gordito, muy parecido al humorista británico Benny Hill. Pero no era ningún gil. Por lo menos él se creía muy vivo. Conoció a los Kirchner cuando entró a trabajar como cobrador a su estudio jurídico. Se podría decir que siempre tuvo ese rol, el de cobrador. Porque fue el principal recaudador de fondos de coimas del gigantesco sistema de corrupción que instalaron los Kirchner. Muñoz era el encargado de recibir los bolsos, valijas y mochilas cargados de dólares y euros sucios, esconderlos en el sur y luego lavarlos. Todos los caminos llevaban a Muñoz que, en casi todos los casos atendía en el departamento de Recoleta donde vivió el matrimonio presidencial y en donde todavía vive Cristina. Cuando Muñoz se incorporó al gobierno nacional, declaró como único patrimonio un VW Gol modelo 99. Cuando se murió, según el cálculo de Víctor Manzanares, el arrepentido ex contador de los Kirchner, Carolina Pochetti, la viuda de Muñoz tenía alrededor de 200 millones de dólares, invertidos en su mayoría en empresas y propiedades lujosas. ¿Escuchó bien? Doscientos millones de dólares. De un Gol modelo 99 a la fortuna propia de un magnate. La gran pregunta de ese momento fue si semejante riqueza era de Néstor y Muñoz actuaba solo como testaferro de su jefe o si Muñoz, se la había robado durante tantos años apostando al dicho del que le roba a un ladrón tiene 100 años de perdón. De todos modos eso da una magnitud del total robado al pueblo argentino. Está claro que fueron los patrones del mal de Santa Cruz.
Muñoz era muy maltratado por Néstor. Era una costumbre del ex presidente, manosear el trasero o empujar o directamente pegarle un cachetazo a sus colaboradores de menor rango. Muñoz la ligaba siempre. Incluso le pegada delante de los periodistas.
El océano de billetes viajaba en el avión presidencial, algo que el propio piloto confirmó y en el aeropuerto nadie se atrevía a revisar la camioneta en la que se llevaban los bolsos a la casa de María Ostoic, la madre de Néstor.
En su impunidad absoluta, llegaron a comprar un hotel flotante de 5 estrellas que navegaba por el Lago Argentino.
El matrimonio Muñoz compró
5 terrenos en el bellísimo archipiélago de Turks and Caicos. Están al lado del lujoso hotel Amanyara y tenían pensado construir un resort para millonarios vip. Es que las 40 islas que pertenecen a Gran Bretaña tienen una barrera de coral de 14 millas y un hermoso mar cristalino.
Por esto y por las propiedades que compraron en Miami y en Nueva York, intervino el FBI y las cosas se están poniendo más complicadas para el entorno de los K y para la propia Cristina. Porque la inquietud principal es: ¿De dónde sacaron los Muñoz esos 30 millones de dólares? ¿Y de dónde sacaron los Kirchner, semejante opulencia casi de jeque árabe? Corrupción. Coimas. Lavado. Delincuencia de estado. Esas son las respuestas y al FBI no le pueden ir con el cuentito ese de que los persiguen por ser revolucionarios.
Era tanto el dinero que también pudieron comprar en Argentina empresas del rubro petrolero, inmobiliario, de insumos farmacéuticos y en Miami hasta un supermercado. La frutilla del postre, la cima de la delincuencia, es que se atrevieron a comprar dos departamentos en el legendario Plaza Hotel, en la 5ta avenida, en el corazón de Nueva York. Uno de ellos les costó 14 millones de dólares. Es un lugar reservado para las grandes figuras del mundo del espectáculo como Mick Jagger, Marlene Dietrich, Marilyn Monroe, o Frank Sinatra, entre otros. Hasta ese lugar llegó el secretario privado de Néstor y Cristina Kirchner.
Manzanares le contó a la justicia, es decir que figura en el expediente de su declaración, que cuando murió Néstor y llegó al aeropuerto Daniel Muñoz, había varios desesperados de codicia que se peleaban por lo que llamaban “las llaves del tesoro”, donde estaba guardado el producto de la corrupción de estado.
El juez Claudio Bonadío escribió que “esta era una organización criminal liderada por Cristina para recaudar fondos ilegales” y tal vez por eso, la ex presidenta dijo “menos mal que se murió Muñoz”. Todavía no se habían arrepentido ni Carolina Pochetti ni Víctor Manzanares. Ella estuvo 4 meses presa. Y el estuvo como testigo protegido hasta que renunció y se fue a Rio Gallegos donde pidió perdón públicamente a Dios, a su familia y al pueblo argentino”.
Muñoz, fue un cadete con traje y corbata, un corre ve y dile con 200 millones de dólares. Solo en la Argentina K podía ocurrir eso. Nunca trabajó de nada que no fuera secretario de Néstor. Por eso digo que Daniel Muñoz, se enriqueció como por arte de mafia.