CFK jefa y De Vido cajero – 12 de junio 2017

Son insaciables. No tienen límites. Nunca hubo en la Argentina de la democracia una asociación ilícita para saquear el estado con la bulimia por el poder y el dinero que evidenció el cártel de los K. Cristina es claramente la jefa y Julio de Vido el cajero o el recaudador, como usted quiera.
Instalaron durante más de 12 años una mega corrupción de estado absolutamente inédita por su magnitud, profundidad y extensión territorial. Casi no hay sector del estado donde no hayan robado. Casi no hay funcionario que no esté investigado, procesado o directamente preso.
Las últimas imágenes del naufragio son el hotel Waldorf que Cristina mantuvo oculto debajo de su alfombra y la granada de negocios sucios de Odebrecht cuyas esquirlas de excrementos ensuciaron a toda la banda de Julio de Vido.
Vamos por partes. La cadena hotelera de los Kirchner sumó un nuevo eslabón. Margarita Stolbizer y Silvina Martínez denunciaron en el programa de Luis Majul esta nueva mancha más al tigre kirchnerista. El riguroso fiscal Gerardo Pollicita tiene toda la información en su poder. Y los delitos se ven con bastante claridad. Osvaldo “El Bochi” Sanfelice compró el hotel Waldorf de la calle Paraguay al 450. A diez cuadras de la casa rosada donde se planificaban las estafas y a 20 de La Rosadita, donde se contaba el dinero negro y se lo enviaba a guaridas fiscales. Al Bochi, el hotel de 120 habitaciones, le costó casi el doble de todo su patrimonio declarado. No pidió créditos, no se sacó varias veces la lotería como José Ottavis, no se sabe de dónde sacó la plata para comprarlo. Si se sabe que “El Bochi” es socio de Máximo en la inmobiliaria, que casi es su segundo padre y que se trata de una pieza intercambiable en todo el rompecabezas de los negociados de los Kirchner y los empresarios cómplices que pagaron coimas disfrazadas de alquileres de departamentos y habitaciones. Casualmente en este caso se verificó el mismo mecanismo de lavado de dinero de coimas. Lázaro Báez y Cristóbal López fueron los principales clientes del hotel Waldorf. Por eso esto es una ampliación de la denuncia de la causa Hotesur, donde se investigan las ilegalidades cometidas en los hoteles Alto Calafate y Los Sauces. Claramente el Bochi en el Waldorf, actúa como testaferro de Cristina. La pregunta es ¿Cuándo va a ir preso? En qué momento va a sentarse a tomar mate en la cárcel junto a su amigo Lázaro Báez y el resto de los cómplices de la estafa de la obra pública.
¿Y Cristina? ¿Qué más hace falta para probar su culpabilidad? ¿Cuántas pruebas son necesarias para que la conductora del Frente para la Valija tenga su correspondiente juicio, castigo y condena. La ex presidenta se defendió a través de las redes sociales de una manera tibia y sin dar un solo argumento creíble. Escribió: “fake news, falsa información. Sube la mortalidad infantil le quitan prestaciones a discapacitados. Sinvergüenzas”. Y eso es todo. No alcanza para nada. Por eso la justicia, ya mismo, tendría que citar en forma urgente a Bochi Sanfelice y allanar sus comercios y propiedades para descubrir de dónde sacó semejante fortuna para comprar un hotel.
Lo de los 100 millones de dólares de Odebrecht era la crónica de un delito anunciado. Es un análisis simple: Si Odebrecht pagó coimas y retornos en todo el mundo para conseguir obras públicas. Y si en estas pampas pusieron la friolera de 100 palos verdes para beneficiarse con 4.500 millones de pesos en sobre precios, la pregunta de quien cobró esa fortuna debajo de la mesa ya tenía respuesta. Según la documentación de la justicia de Estados Unidos, hay 42 involucrados pero la banda de Julio de Vido está completa. Sus lugartenientes fueron; José López y Ricardo Jaime, que están presos y Roberto Baratta que era el más caro y José María Olazagasti, su mano ultra derecha. Este personaje nefasto y maltratador conocido como “El Vasco”, fue el que inventó el pingüino gigante inflable que llevaba a las marchas y el que luego fue colocado entre los espías de los servicios de inteligencia para colaborar con Oscar Parrillitudo que también está en la lista de los que recibieron el dinero ilegal de Odebrecht.
Para ser ecuánimes e independientes en la información, como corresponde a nuestro oficio, también hay que decir que Iecsa, la empresa que fuera de Angelo Calcaterra, primo del presidente Macri, también cae en la volteada porque su máximo gerente, Javier Sánchez Caballero figura en la lista de los que recibieron coimas de la gigantesca empresa brasileña. Ellos fueron socios de Odebrecht en el soterramiento del Sarmiento.
De Vido, al parecer está en la lista de la justicia brasileña bajo el apodo de “Duvidoso”. Figura que cobró un millón de dólares. Y De Vido aparece en todos los expedientes donde se investigan hechos delictivos: la embajada paralela con Venezuela, los barcos de combustible con sobreprecios, la valija de dólares bolivarianos de Antonini Wilson, la tragedia de Once donde está procesado, las pesadillas compartidas de Hebe y Schoklender, la triangulación a través de las universidades para entregar subsidios sin control a artistas y productoras, entre ellas la de su esposa y la mujer de Guillermo Moreno y prácticamente, toda la obra pública donde se recibió de licenciado en retornos. Ahora se sumó una nueva denuncia. En Bariloche hay 400 casas que no se construyeron y el dinero que se envió cayó en un agujero negro o en los bolsillos de los que manejaron la chequera.
No nos podemos olvidar que los generales de esta operación se reunieron en dos ocasiones en la Casa Rosada: Marcelo Odebrecht que hoy está preso, condenado a 19 años y Cristina que por ahora está en libertad, aunque no sabemos hasta cuándo.
El premio al caradura, el Martin Fierro a la truchada, se lo lleva Ricardo Jaime, corrupto confeso. Hay un mail de Manuel Vázquez, su secretario de retornos, en el que reclama por una demora en el pago de la coima. Faltó que agregara: ya no se puede confiar en nadie.
Los delatores premiados que vomitaron información para salvarse ellos, involucraron al Corcho Rodriguez y a Carlos Ben, ex titular de AYSA, entre otros. Aportaron nombres, fechas, montos de las propinas, es decir de las coimas y hasta los bancos a donde se giró ese dinero.
La jefa de la oficina anticorrupción, Laura Alonso se presentó como querellante en todas las causas que involucren a Odebrecht. Dice lo obvio: que las coimas se concentraron en el ministerio del tesorero don Julio.
Está claro que fue una corrupción descomunal y que la jefa es Cristina y el cajero, Julio de Vido. La corrupción con K no tuvo límites. Una voracidad nunca vista. Es que los Kirchner fueron y son insaciables. No hay plata que les alcance. Y no habrá cárceles que alcancen.