Se cae de Maduro – 10 de julio 2017

Leopoldo López se entregó con las manos en alto. Tenía un bolsito con ropa y una imagen de la Virgen de Coromoto, la patrona de Venezuela que le había dado su esposa Lilian Tintori.
Leopoldo López había cometido el pecado de exigir libertad para sus compatriotas asfixiados por el chavismo y en esa lucha perdió su propia libertad.
Fue a parar a la prisión militar de Ramo Verde y se convirtió en una bandera de resistencia a la narco dictadura que se está en una crisis terminal.
Noventa y dos antichavistas tuvieron que dar la vida. Fueron asesinados en su mayoría con balazos en la cabeza o en el pecho por los militares que sostienen la tiranía. Pero el combate corajudo y pacífico de miles y miles de venezolanos durante 100 días logró que Leopoldo López regresara a su casa. No está en libertad. Tiene prisión domiciliaria y un brazalete electrónico, pero pudo volver a ver a sus hijos. Leopoldito no lo recordaba en su casa. Su padre fue detenido cuando él tenía apenas 6 meses. Lo recibió descalzo, con un abrazo y un pijama del hombre araña que en el pecho tiene escrito la palabra “Héroe”, justo lo que muchos venezolanos dicen de su padre. Manuelita tiene 6 años y se colgó del cuello de su padre y no lo soltó ni un minuto.
En los últimos tiempos, para Leopoldo López, la cárcel fue una doble tortura. La privación de la libertad y la oscuridad absoluta que hoy le dificulta la visión.
Ayer su mujer, que fue su voz y sus ideas en el exterior, pidió por la libertad de todos los presos políticos. Muchas pancartas hablan de 431 detenidos por el régimen jurásicamente estalinista. Pero el Foro Penal venezolano dice que hay 1141 personas encarceladas por ser disidentes. Está prohibido pensar distinto en Venezuela. O mejor dicho, está prohibido pensar.
Leopoldo López se asomó emocionado e hizo girar la bandera de Venezuela sobre su cabeza como queriendo desparramar su felicidad. Me hizo acordar de aquella mujer anónima del pueblo que se paró solita delante de una tanqueta militar blindada de la Guardia Nacional Bolivariana que llaman, “Rinoceronte”. Aquel gesto que sacudió al mundo volvió a mi memoria. Es el símbolo de la lucha por la libertad y en contra de todo tipo de opresión y autoritarismo. Un individuo, una ciudadana que le pone el pecho a las balas y a los uniformes. Igual que en aquella plaza de Tiananmén en China, en 1989, cuando otro anónimo se plantó delante de los tanques.
Leopoldo López está en su casa y no fue por una concesión graciosa de lo que la iglesia venezolana caracterizó lisa y llanamente como “dictadura militar” pese al silencio del Papa Francisco. Leopoldo López fue excarcelado producto de las protestas multitudinarias callejeras que no aflojaron en tres meses y el apoyo internacional de presidentes como Mauricio Macri o ex presidentes como José Luis Rodríguez Zapatero. Es bueno que los argentinos nos miremos en el espejo de Venezuela porque hacia allí nos quisieron llevar y aún nos quiere llevar Cristina. De hecho, casi todo el abanico político argentino repudió a Nicolás Maduro, menos el kirchnerismo más extremo que tiene como modelo al modelo venezolano. Luis D’Elía, incluso, llegó a decir que Maduro, un payaso ignorante sostenido por las Fuerzas Armadas, debía fusilar a los opositores. Esa es la democracia en la que creen. La de los tiros para silenciar la palabra.
Pero hoy, insisto, el gobierno se cae de Maduro. Ya hay más de 120 militares presos porque entre ellos también hay patriotas que se niegan a masacrar a su pueblo. La mismísima fiscal general, Luisa Ortega Díaz hoy muestra su disidencia y es perseguida pese a que fue una chavista rabiosa hasta hace muy poco. Hay hambre y muerte por las calles. Las instituciones fueron tomadas prisioneras por Maduro y su tropa.
Leolpoldo López fue condenado a 14 años de prisión en un juicio que fue una farsa absoluta. Hasta el fiscal Franklin Nieves, tuvo que huir a los Estados Unidos después de decir que “todas las pruebas habían sido inventadas”.
Leopoldo tiene 46 años y un carisma muy particular. Viene de una familia poderosa económica y políticamente. Eso le permitió convertirse en licenciado en Sociología y Ciencias Económicas en la universidad de Ohio y hacer una maestría en Políticas Públicas en Harvard. Fue dos veces alcalde de Chacao. Es un gran deportista y eso le permitió soportar las catacumbas en las que estuvo preso. El básquet y la natación fueron fortaleciendo sus músculos para deleite de sus compañeras de militancia. Tiene tatuado en su pierna el mapa de Venezuela y dice que también lo tiene grabado en su mente y en su esperanza. Hoy es el líder del partido Voluntad Popular y junto a Henrique Capriles de Primero Justicia, son los dos líderes políticos más reconocidos.
La oración de la Virgen de Coromoto que López escondió entre sus ropas es bastante mágica respecto de sus plegarias. En una parte dice: “Queremos colocar muy cerca de tu corazón nuestras necesidades, deseos, luchas y logros. En este momento de nuestra historia, te pedimos que mires a estos tus hijos que caminan en valle de lágrimas y consuélalos mostrándonos siempre a tu Hijo. Te consagramos nuestra Patria Venezuela, con todos sus hijos, con sus familias, con los que sufren y son olvidados”.
Tal vez algún oyente piense que el tema de Leopoldo López está fuera del radar de los intereses de los argentinos. Yo creo todo lo contrario. Las relaciones carnales que Néstor y Cristina tuvieron primero con Hugo Chávez y luego con Nicolás Maduro nos obliga al análisis de una situación que es como si ocurriera en la patria chica de la Patria Grande. Hablo de esa alianza de hierro que fue abonada con algo de ideología revolucionaria pero con mucho dinero cargado de corrupción.
Prestamos de dinero a tasas del 15 % que nos perjudicaron muchísimo. La valija de dólares negros de Antonini Wilson que llegó para la campaña de Cristina. Los negociados de Julio de Vido con el tema petrolero y los barcos que nadie sabe cuántos fueron ni cuanto nos costaron. Y las coimas que hubo que pagar con la maquinaria agrícola. Y Claudio Uberti que no sabe no contesta.
? Se acuerda de la embajada paralela de los negocios y negociados? La encabezó Claudio Uberti que fue eyectado del gobierno porque había dejado los dedos pegados por todos lados y porque lo primero que hizo cuando llegó en el avión con Antonini fue llamar a Néstor Kirchner.
La semana pasada los matones del chavismo entraron al Congreso a palazos limpios contra los diputados opositores y con capuchas para cubrir sus rostros. Llenaron de sangre y vergüenza el recinto sagrado donde se votan las leyes. Ahora tuvieron que aflojar y liberar a Leopoldo López. Es un paso adelante para la democracia y un retroceso para los violentos.
La rebeldía siempre es sana. Nadie debería rendirse frente a un ejército opresor interno. Hay que ponerse de pié y no dejarse arrodillar por los autoritarios.
Para construir un país para todos. Para repudiar a los salvajes. Para vivir en paz. Para la libertad…