Moyano se pintó la cara – 17 de octubre 2018

El presidente Mauricio Macri dijo hoy en Chubut que nadie se puede creer por encima de la ley, ni puede prepotear a los demás.” Una verdad fundacional de la democracia. Una editorial del diario La Nación anuncia que hay un nuevo gremio: el de los sospechados de corrupción que amenazan con un paro general contra la justicia.
Graciela Ocaña fue la persona que más cantidad de votos recibió en las últimas elecciones. Es conocida por su honradez y su lucha incansable contra todo tipo de corrupción. Es una de las dirigentes que más denunció y con mayor cantidad de datos al clan Moyano. Eso le trajo varios problemas graves. Amenazas mafiosas y hasta el insulto público de “cucaracha”. Por supuesto que el colectivo “Ni Una Menos”, copado por el cristinismo, no dijo una palabra en solidaridad con la diputada agredida. Ayer la entrevisté y definió con mucha claridad lo que está sucediendo con Moyano. Dijo que se pintó la cara. Y tiene razón. El desafío a las instituciones democráticas y a un poder del estado que hicieron los moyanistas y sus aliados kirchneristas solo tiene antecedentes en el levantamiento de los carapintadas durante el gobierno del doctor Raúl Alfonsín. Por supuesto que hay diferencias: la banda de Aldo Rico estaba armada y pertenecían al Ejército. Los carapintadas del moyanismo comparten la matriz ideológica de la ultraderecha peronista de los 70, donde Hugo se forjó denunciando zurdos y montoneros y sobre todo, esta actitud de ponerse por encima de la ley de prepo, como dijo el presidente de la Nación. Y si hablamos de armas, no son elementos extraños entre estos muchachos pesados que se atrincheran y extorsionan a la justicia para evitar ir a la cárcel. El chofer de Pablo, él tristemente célebre Madonna Quiroz fue el que disparó su pistola cuando se trasladaron los restos de Perón. Son homéricas las guerras a balazos limpios con sus históricos rivales del gremio de los albañiles. Y en el accionar de las barras bravas de Independiente, aparecen en varias escuchas, menciones a la utilización de armas de fuego para apretar gente. Por lo tanto, no son los fusiles de los carapintadas pero son muchachos de armas llevar. Culatas, guardaespaldas y una organización de vigiladores privados cuyos propietarios pertenecen a la familia Moyano.
El poderoso clan Moyano apuesta a un quiebre institucional. Tienen una gran capacidad de daño con movilizaciones y paros que pueden paralizar al país.
Tiene razón Jorge Fernández Díaz cuando dice que la actual contradicción fundamental es entre democracia o mafia.
Por eso extraña que casi la totalidad de los dirigentes sindicales y de la oposición a Cambiemos hayan apoyado las amenazas de rebelión de Moyano o no hayan dicho una sola palabra de repudio. La excepción fue el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey que dijo que si los Moyano lo atacan, eso quiere decir que está en el camino correcto. Urtubey comprende que Hugo y su banda tienen un nivel de imagen negativa y desprestigio social que es un salvavidas de plomo para cualquier espacio que lo quiera sumar a sus filas. Por ahora el concubinato político es con Cristina. No los une el amor sino es espanto a ir presos. Ambos tienen que explicar ante la justicia los delitos que cometieron y sin embargo denuncian que son “perseguidos políticos”. Intentan salvarse de la cárcel. Los Moyano tienen 8 causas judiciales graves en marcha y Cristina seis procesamientos, dos con prisión preventiva, un pedido de desafuero y el año que viene pasará más tiempo en los juicios orales que en su banca de senadora por la minoría.
Por eso no extraña que los Hugo Yasky o Pablo Micheli con bajo nivel de representatividad y alto nivel de respaldo a Cristina, hayan estado en la primera línea de defensa de Pablo, al que apodan “El Salvaje”, y que está acusado de asociación ilícita y lavado de dinero en sociedad con Pablo Bebote Alvarez, el jefe de la barra brava de Independiente.
Pero sorprende que hasta los tibios y presuntamente racionales burócratas de la CGT como Héctor Daer y Carlos Acuña hayan sido cómplices de la movida contra la justicia. El comunicado de la central obrera fue directamente espantoso y antidemocrático. Repitieron la mentira de la persecución política, aseguraron que Pablo Moyano es inocente y las causas judiciales “son infundadas y de trámite express”. ¿La CGT pone las manos en el fuego por Pablo y Hugo Moyano? ¿Cómo sabe que son inocentes?¿De dónde sacaron que son investigaciones express? Es todo lo contrario. Son causas que tienen años. En la de Independiente ya están detenidos compañeros de la comisión directiva de Pablo como Noray Nakis. Está preso su histórico guarda espaldas, el Polaco Petrov y el delincuente confeso de Bebote Alvarez. Me extraña que la CGT haya quedado tan pegada a Los Moyano. Pregunta con intención: ¿El Pata Medina, el Caballo Suárez y Marcelo Balcedo también son presos políticos o son delincuentes que le robaron a los propios afiliados de sus gremios para vivir como millonarios? Ni que hablar del vaciador de la bancaria, Juan José Zanola o de José Pedraza, preso por el asesinato de un militante de izquierda.
No todas son buenas noticias para Pablo. Mañana será recibido en Ezeiza como la caricatura de Perón. Pero lo espera el valiente fiscal Sebastián Scalera para indagarlo y la apelación que hará ante la Cámara para que revisen la medida del juez Luis Carzoglio de dejar en libertad al heredero de Hugo Moyano. El magistrado, un impresentable militante peronista, denunció graves amenazas de muerte a su esposa y a él, pero atacó a los diarios Clarín y La Nación y responsabilizó de filtraciones a un funcionario honrado e íntegro como el procurador general de la provincia, el doctor Julio Conte Grand.
Tanto el padre como el hijo están involucrados. Tienen que explicar ante la justicia porque contratan a empresas de su propiedad para ser proveedores del gremio que conducen. Ni una licitación, ni una compulsa de precios. Nada. Legalidad cero.
Moyano dijo que él sabe que contratar a su esposa Liliana Zulet es más barato y mejor para los trabajadores. Y cualquiera sabe que así no se manejan los dineros públicos. Es una absoluta falta de transparencia que abre las puertas de las coimas, sobre precios, corrupción y lavado de dinero. Todo eso está investigando la justicia.
El kirchnerismo y muchos, no todos, pero muchos dirigentes sindicales, hablan en nombre de los pobres, de los descamisados, de los grasitas, del pueblo trabajador y acusan al resto de la humanidad de ser insensibles explotadores de derecha que solo quieren hacerse más ricos.
Y yo creo que hay una oligarquía sindical en la Argentina que no tiene autoridad moral para hablar en defensa de los pobres ni de los trabajadores. Porque muchas veces perjudican a los afiliados al gremio para beneficiarse ellos y porque hay muchos, insisto, no todos, que son magnates que no pueden explicar como hicieron su fortuna.
Yo no estoy en contra de los delegados, ni del gremialismo honrado. Lo valoro como instrumento democrático de defensa de los más débiles en el capitalismo muchas veces salvaje que solo piensa en la codicia y la rentabilidad. Le digo más: admiro a aquellos gremialistas honrados que defienden a sus compañeros de los atropellos patronales.
Pero los que violan la ley deben ser castigados con todo el peso. Deben ir a la cárcel como corresponde. Para que los argentinos decentes sepan que hay premios y castigos. Y que aquellos que no robamos, ni cobramos coimas y que pagamos nuestros impuestos no somos unos boludos. Somos ciudadanos que hacemos lo que corresponde.
El día que los pueblos sean libres, la política será una canción, decía León Felipe. Me permito parafrasearlo: el día que los sindicalistas sean honestos la democracia se habrá consolidado.
Honestidad y libertad son los pilares de la Argentina que se viene. Se lo digo más simple: Moyano y Cristina son un emblema de lo peor de la Argentina. De un pasado nefasto que no debe volver. En eso creo. Lo digo acá en la radio, en la tele y en donde pueda. Se lo resumo: Moyano se pintó la cara. Es mafia o democracia.