Cristina viene por todo – 16 de abril 2019

Nadie puede decir que fue tomado por sorpresa o que no se la esperaba. Nadie puede decir que no le avisamos: el chavismo autoritario y cleptocrático de los K viene por todo. No me diga que no se acuerda de aquella promesa dicha en voz baja en Rosario. Fue histórica.
Durante algún tiempo era una utopía, una expresión de deseo, una amenaza. Hoy la caída en la imagen de Mauricio Macri y el aumento de la intención de voto de Cristina lo hace posible. Remarco esto. Digo posible. No digo seguro. Hace 5 meses era imposible el regreso de Cristina al poder. Hoy es posible. Ese es el tamaño de la bomba que dejaron y que Macri no supo o no pudo desactivar. Esa es la dimensión del daño cultural y social que hizo el kirchnerismo y que Cambiemos no supo reparar. Después del acto de Avellaneda y de sus discursos, queda claro que la boleta electoral en la provincia de Buenos Aires del 27 de octubre va a ser: “Cristina presidenta/ Axel Kicillof gobernador y Máximo Kirchner diputado nacional”. “Ni sectarios ni excluyentes, camporistas solamente”, podrían cantar. Pero la verdad es que esos tres candidatos son los que mejor miden en las encuestas en cada una de sus categorías. Es una boleta muy competitiva que ese día puede ganarle a la de Macri y Vidal. Le recuerdo un par de cosas para que vea la urgencia que tiene Cambiemos para revertir esta situación. Cristina puede ganar ese día de la primera vuelta y generar un terremoto económico en los mercados y en la dolarización de las carteras como respuesta al miedo que genera la posibilidad de que la jefa de la asociación ilícita que saqueó el estado vuelva al sillón de Rivadavia. Todavía no es para nada seguro que Cristina gane en segunda vuelta. Ya se sabe que a los balotajes los carga el diablo. Hasta puede ganar Macri la presidencia. Pero Cristina, ya habrá logrado dos triunfos impresionantes: aumentar la cantidad de diputados que llevará su bloque a un número cercano a los 90 y sacar de la cancha a la figura política no peronista con más futuro, como es la gobernadora María Eugenia Vidal. ¿Sabe porque? Le recuerdo que en la provincia no hay segunda vuelta. Y que Kicillof retiene la inmensa mayoría de votos de Cristina. Con un solo voto más que el de Vidal, el ex ministro de Economía que no medía la pobreza para no estigmatizar a los pobres, se quedará con la gobernación. ¿Se imagina lo que eso significa para el país y para el futuro? Es un horizonte de terror. María Eugenia Vidal a su casa y Kicillof gobernador. El chiquitín se juega la vida y por eso no para de recorrer la provincia diciendo que Macri te corta la cabeza y que Vidal te pone una curita porque son lo mismo.
Axel la llama despectivamente “María Eugenia Virtual” porque solo aparece por tuiter o en helicóptero y se esconde de la gente en una base militar.
Kicillof se define peronista arriba del escenario sin explicar cuando dejó de ser marxista cristinista y dice que los planes neoliberales de Cambiemos son los mismos de Martínez de Hoz y de Domingo Cavallo, pero no reconoce que fue colaborador del ex ministro cordobés y padre de la convertibilidad.
Llega a tanto su fanatismo para pegar a Vidal con Macri que cae en el delirio: Dice que María Eugenia tiene escondidos los remedios que le faltan a los bonaerenses. Parece una broma macabra. Una locura que no tiene explicación pero en su afán de ensuciar a la dirigente con mejor imagen de la Argentina dice una brutalidad sin más fundamento que sus anteojeras ideológicas.
Se da cuenta del nivel de falsedad y mentira. ¿Cuál sería el motivo o el beneficio de Vidal para “esconder” los medicamentos a los jubilados? Solo Kicillof y su sicoanalista lo saben.
Hay varios planes que el cristinismo tiene pensado ejecutar de inmediato, apenas asuma el 10 de diciembre, si es que esa tragedia ocurre. Veamos:
a) Expropiar los medios de comunicación que según ellos persiguieron a Cristina y su banda.
b) Liberar a todos los presos que ellos denominan “políticos” y recibirlos como héroes en la Casa Rosada. Sería una grotesca caricatura de lo que sucedió en 1973, cuando Héctor Cámpora abrió las puertas de las cárceles para que salieran los Montoneros al grito de “a la lata/ al latero/ libertad a los compañeros”.
c) Copar la justicia para siempre mediante dos mecanismos simultáneos. Por un lado, aprovechar la potencia política del triunfo y el número de diputados y senadores para ampliar el número de integrantes de la Corte Suprema y colocar allí “militantes nuestros que sea audaces y nos respondan sin las timideces que tuvieron otros”, en referencia al doctor Raul Zaffaroni que no se atrevió a quemar su prestigio por Cristina aunque ahora diga que Amado Boudou es inocente y lo argumente en los tribunales. Este copamiento de la Corte lo anticipó Francisco Durañona, pre candidato a gobernador por Buenos Aires y actual intendente de San Antonio de Areco.
El otro instrumento para ponerle a la justicia la camiseta de Cristina es impulsar una reforma Constitucional y que los jueces sean elegidos por el voto popular. Van a poner en comisión a toda la justicia y con su mayoría en el Consejo de la Magistratura van a destituir a los Claudio Bonadio y a otros jueces y fiscales que ellos consideran herramientas de Macri, Trump y de los medios hegemónicos.
Los cristinistas no tienen vergüenza ni estómago para mentir y niegan haya existido lo que gran parte de la justicia tiene probada como la corrupción más colosal producida en democracia. Se han convencido que todo es mentira y que Cristina es una santa y que nadie robó un centavo. Una negación del tamaño de El Calafate.
Alberto Fernández con la cara de piedra todavía sostiene que Cristina no es una ladrona…
Muy suelto de cuerpo y de lengua dice esto pese a las decenas de testimonios bajo juramento ante la justicia con pruebas testimoniales de su contador, Víctor Manzanares y de varias personas de su íntima confianza como José López, Claudio Uberti, Carolina Pochetti, viuda de Daniel Muñoz y siguen las firmas.
La estrategia es decir que no hubo corrupción y que hay persecución política pese a que hasta el FBI llama “cleptocracia”, es decir el gobierno de los ladrones, a la investigación sobre los más de 60 millones de dólares que Daniel Muñoz y su banda compraron en Estados Unidos en propiedades de alta gama. Axel en aquel discurso afiebrado de Avellaneda llegó a decir que “la única cloaca importante que construyó Cambiemos fue la de Comodoro Py”.
En el escenario del acto de Avellaneda estaban todos: Roberto Baradel, Hugo Moyano, Martin Sabbatella, Emilio Pérsico, los seguidores de Juan Grabois y Daniel Scioli, entre otros. Escondieron a algunos como Sergio Berni o Aníbal Fernández pero el cierre contra Macri y la justicia estuvo a cargo del príncipe heredero, Máximo Kirchner. Uno veía ese tren fantasma y se preguntaba seriamente por el país van a construir o destruir si llegan de nuevo al poder.
De entrada, Máximo, castigó al ministro Nicolás Dujovne que, según el doblemente procesado por corrupción, tuvo que dejar su vaso de whisky de la tele y que se convirtió en un provocador que se vanaglorió de someter al hambre a su pueblo y que la gente no reaccionara. “Pero vamos a reaccionar el 27 de octubre en las urnas”, aseguró.
Después, en la misma línea de su madre y de Kicillof dijo que “hay un aparato de persecución liderado por el presidente Macri” porque Cristina “no era una enferma de poder. Le ponía límites a las corporaciones como AEA, la Unión Industrial, la Sociedad Rural, o el Poder judicial para defender al pueblo”.
A final dijo que tanto Fernando de la Rua como Macri gobernaron para las 40 manzanas porteñas donde están los dueños del dinero, del poder y de los medios y levantó el grito de “Volveremos” cuando dijo que “Néstor dejó una Argentina en crecimiento y dejó una compañera como Cristina capaz de resistir todas las presiones.” Pero eso no es todo.
Como si fuera el guardaespaldas patotero de todo ese grupo estaba con lentes oscuros Hugo Moyano. No lo dejaron hablar porque es piantavotos y asusta a los sectores medios, igual que Baradel. Pero ya había insultado antes al presidente de la Nación tratándolo de burro y a la conducción de la CGT, acusándolos de cobardes.
Ya se sabe que Cristina y Moyano tienen una alianza de acero para evitar ir a la cárcel. Trabajan espalda contra espalda y desconocen o presionan a la justicia. Nadie se atreve a llamar a un juzgado a Moyano, ni para tomar un café: le tienen pánico. Nadie se atreve a llevar a cabo los juicios orales a Cristina que tiene 11 procesamientos, 5 pedidos de prisión preventiva y uno de ellos confirmado por la Corte Suprema de Justicia. Nadie se anima a citar ni a declaración a Hebe de Bonafini que resiste hasta el mínimo procedimiento de la justicia y se enorgullece de eso con las groserías de siempre.
Por eso Juan Grabois se mete en los shopings y va a la puerta de los supermercados o countries a pedir comida. Es una forma de intimidar.
Por eso Susana Giménez dice que le tiene miedo a la zurda y a la violencia
Y por eso Julio Bárbaro dice en su columa que ya es tiempo de entrar en pánico
Yo no creo que sea tiempo de entrar en pánico. Todo lo contrario, es un momento histórico muy delicado donde es hora de entrar en razones y comprender que no hay más espacio para divisiones menores y para malas noticias. Hay una pelea de fondo, definitiva, que es entre una democracia imperfecta pero republicana y federal y un chavismo mafioso, autoritario y cleptocrático. La voz del pueblo es la única que vale. Y eso se escuchará el día que se abran las urnas. Por ahora, los K vienen por todo. Quien quiera oír que oiga…