El lúcido humor editorial de Alejandro Borensztein definió con un estilete lingüístico a un personaje siniestro llamado Aníbal Domingo Fernández. En su columna, el heredero de Tato Bores, en todo el sentido de la palabra heredero, escribió que “Aníbal es el mejor de todos a la hora de arruinar el peronismo”. Y luego se preguntó chicanero, “cuantos ceros tendrá el cheque que Jaime Durán Barba” le pasa a Aníbal por semejante ayuda.
Por supuesto que Aníbal hace ese trabajo absolutamente gratis. Esa actitud perversa y misógina le sale del alma. Es parte de su ADN. No es casual que integre el podio de los argentinos con mayor imagen negativa y se haya convertido el mariscal de la derrota de 2015 junto a Cristina tanto en la provincia como en su propio distrito de Quilmes. Menos presidente o vice ocupó todos los cargos habidos y por haber en el kirchnerato. Ahora intentará ser consejal por Pinamar. Es todo un desafío y demuestra el nivel de su decadencia. Los más informados dicen que pateó el avispero a propósito, de bronca y como venganza porque el día que Máximo cerró las listas de candidatos lo tuvo hasta las dos de la mañana teniendo la vela junto a Felipe Solá y al final, le dijeron: “Para ustedes no hay nada muchachos”.
Todos apuntan contra María Eugenia Vidal, la persona con mayor imagen positiva de la Argentina. Pero solo Cristina y Aníbal se animaron a tanto. Ambos se metieron con su condición de mujer de la peor manera. Ejerciendo de machirula y machirulo. Todavía no ocurrió pero estoy seguro que en las próximas horas habrá algún comunicado repudiando esto por parte del colectivo de mujeres que organiza la extraordinaria marcha del “Ni una menos”. Salvo que como la conducción fue copada por mujeres K, solamente protesten cuando la agredida es una mujer del palo y no una de la “derecha oligárquica patriarcal” como suelen definir al gobierno de Macri. Sospecho que la misma ex presidenta debería repudiar lo que dijo Aníbal. Pero tengo mis dudas porque en su libro y en una presentación habló del “hada virginal que está divorciada” reclamando que los medios se metieran con su vida privada. Un verdadero despropósito que no se le escapó de casualidad en una charla de café: está escrito en su libro.
Ahora, Cristina tiene la gran oportunidad de pedir disculpas por lo que dijo ella y por lo que dijo Aníbal que es mucho más grave.
Existe un ejercicio para comprobar la profundidad de la violencia verbal ejercida: consiste en cambiar los protagonistas.
Supongamos que Mauricio Macri o Rogelio Frigerio hubieran dicho que prefieren dejar sus hijos con Ricardo Barreda antes que con Cristina. ¿Se imaginan ustedes el escándalo nacional que se hubiera armado? Los artistas K movilizando a Plaza de Mayo, por lo menos. La Cámpora se quedaría calladita porque tiene la cola muy sucia. Son varios los casos de violencia de género que se produjeron en sus filas y ninguno fue lo suficientemente condenado. Y sus culpables todavía andan por ahí, escondidos en los pliegues del estado o de la agrupación que funciona como guardia pretoriana de Cristina.
Insisto: ¿Qué terremoto se hubiera producido en Argentina si Macri o alguno de sus ministros cometiera la locura de comparar a la dos veces ex presidenta con un múltiple femicida que además es filicida porque asesinó a sus hijas. No debe haber símbolo más perfecto del criminal de mujeres como Barreda.
¿Se armó esa protesta colectiva para castigar socialmente a Aníbal? No, la verdad que no. De parte de sus compañeros y compañeras de ruta hubo silencio o tibias críticas o incluso, justificaciones, como la de Graciana Peñafort, la abogada de Amado Boudou. Para defender a Aníbal le contestó a la precandidata a legisladora, Ofelia Fernández. La militante estudiantil había caracterizado muy tibiamente al ex jefe de gabinete de Cristina como “salame”. Fue casi un elogio. Salame en un tonto. Y Aníbal no tiene un pelo de sonso. Hasta la propia iglesia católica militó en su contra en el 2015. Las parroquias tenían orden de frenar todo lo que tuviera tufillo a narcotráfico y triple crimen.
Pero a la doctora Peñafort no le pareció suave el mote de “salame”. Y salió en su defensa con un lenguaje más soez: “Los propios y ajenos, me tienen las bolas al plato con discutir lo que dijo Aníbal. Lo que dijo es una pelotudez, que con un eufemismo se podría traducir a “expresión desafortunada”. Aníbal no es ningún imbécil, es alguien que se equivocó.” Hasta ahí lo que dijo la defensora de Amado Boudou. Pregunta: ¿Y Boudou también se equivocó al robarse la fábrica de billetes, tema por el que ya tiene condena firme por la justicia? ¿Es machirulo Boudou por haberle pirateado a la mitad de su auto a su esposa cuando se divorciaron?
Pobre Ofelia, que se llama como la madre de Cristina y tiene el apellido del padre de Cristina. Le tiró casi una caricia a Aníbal y fue ella la que recibió los repudios. Además de Peñafort, la senadora provincial K, María Teresa García, fue bien a fondo. Escuche bien por favor porque no tiene desperdicio: García le escribió: “Mire Ofelia Fernández, en el peronismo no nos tratamos de imbéciles. Hágalo en persona si tiene que decirle algo a Aníbal. Nuestro enemigo es otro. Yo sé que a usted, Perón no la completa, pero hágase un favor: milite”.
No tiene desperdicio esto. Primero una verdad a medias: es verdad que en el peronismo no se tratan de imbécil ni de salame. Directamente se tratan de facho asqueroso o de Monto falopero o de asesinos en los casos de López Rega y la Triple A y de los que acribillaron a José Ignacio Rucci, uno de los mejores amigos de Perón, tal vez porque Perón tampoco los completaba.
El preso por corrupción, Julio de Vido, desde la cárcel y como candidato a diputado de un nazi, fue por el mismo lado. Cristina lo dejó afuera de todo y jamás dijo una palabra solidaria sobre él pero aseguró que “A nosotros Perón si nos completa”. Don Julio, ya que los tiene cerca, Por favor, le podría preguntar a Lázaro Báez, José López, el corrupto confeso Ricardo Jaime y al terrorista de estado Cesar Milani si Perón también los completa? Gracias y disculpe por la molestia.
Pobre Ofelia Fernández, fue más castigada por sus propios compañeros cristinistas que Aníbal. La experta en leyes Peñafort dijo que Aníbal apenas es alguien que se equivocó. Insisto: También se equivocó cuando dijo que en Alemania había más pobres que en Argentina o que la inseguridad era solo una sensación o que este, era un país de paso del narcotráfico?
Suele pasar en el kirchnerismo, que resucitó lo peor del peronismo. Al amigo todo. Protección e impunidad. Si es de los nuestros hay que ocultar lo que hizo. Ya sea que haya torturado gente o robado como Milani, o haya robado como Lázaro o que haya estado 12 años contra el aborto, como Cristina.
Esta es la lección que tal vez aprendió muy rápido Ofelia Fernández. En el cristinismo no hay demasiado espacio para el debate. Verticalismo y disciplina partidaria. Subordinación y valor para defender a Cristina. Ella dijo que “para eso estamos las feministas, para ubicar a estos salames y pedirles, poco amablemente, que nos dejen la política a nosotras”.
Kicillof dijo que le pareció “penoso”, el ataque de Aníbal. Matías Lammens, el cuestionado presidente de San Lorenzo que se propone ser jefe de gobierno de la ciudad por el kirchnerismo calificó los insultos de Aníbal como “una locura, algo demencial, porque María Eugenia es una buena persona” y Facundo Moyano aseguró que Aníbal “dañó la excelente campaña de Kicillof”.
La gran novedad es que reapareció con fuerza el fantasma piantavotos de Aníbal cuando Macri y Vidal más lo necesitaban. Puso las cosas en claro: hay que elegir entre Vidal o Barreda. Cristina y Alberto no dijeron una sola palabra. Aníbal eligió a Barreda. ¿Usted señora oyente, a quien elige?