Aníbal no puede burlarse de mí – 10 de noviembre 2020

Pobre Aníbal Fernández. Quiso burlarse de mí y no le dio el cuero. Armó una noticia falsa disfrazada de Meme que sugiere que yo tengo una obsesión con Cristina porque la responsabilizo de todo lo malo que ocurre. Es una foto de la pantalla, durante mi columna editorial en TN a la que le agregó un video graph, zócalo diría Cristina, que quiso ser irónico. Decía “Ganó Biden, pero gobernará Cristina”.
Pobre Aníbal Fernández. Ya no sabe que hacer para que el gobierno le tire un puestito un poco más importante que ser interventor en Yacimientos Carboníferos de Rio Turbio. Se reúne con Sergio Massa y nada. Habla con Santiago Cafiero y nada. Incluso hoy se vistió de gaucho y nada. No se le cae la cara de vergüenza al confesar que está listo para colaborar cuando lo llamen y nadie lo llama. Se arrastró tanto que dijo “no me quieren en el gobierno. Alguien me baja el pulgar”. Lo dijo él y lo publicó el diario La Nación.
Pobre Aníbal, no lo quieren, alguien le baja el pulgar. Está tan desesperado que se muestra ofendido. Hace puchero como un nene que quiere un juguete y los padres no se lo compran porque todo lo que toca lo rompe. No se conforma con el conchabo que le tiraron lejos, allá en el Sur y eso que llevó un montón de ñoquis a fingir que trabajan allá, pese a que todavía no producen absolutamente nada y que se lleva una pequeña fortuna de sueldo todos los meses.
“Olvidáte que yo integre este gobierno. No me quieren. Alguien me baja el pulgar y creo saber quién es”, dijo en una entrevista en radio Rivadavia. Se hace el guapo, pero no se atreve a nombrar al que le baja el pulgar.
Más allá de quien sea el que no lo quiere, la realidad indica que hay millones de argentinos que en las encuestas, dicen que es uno de los argentinos con mayor desprestigio. Por más lenguaraz que sea, por más vivillo que se crea. Cada vez que se somete a las encuestas está en el podio de los más rechazados, incluso por los kirchneristas. Cada vez que se somete a elecciones pierde por escándalo.
El disfrazó una mentira como Meme para intentar burlarse. Pero yo no necesito mentir para mostrar las cosas que hizo o dijo Aníbal. Le doy solamente algunos ejemplos. Hay algunas barbaridades que son de antología para hacer video graph reales y bien picantes.
• En Alemania hay más pobres que en Argentina.
• La inseguridad es una sensación.
• Este es un país de paso de la droga.
• Aníbal Fernández: “Alberto es un traidor, se cagó en la amistad de Néstor”.
• Aníbal Fernández: “Alberto, cerrá el pico y andante a tu casa”.
• Alberto Fernández:” Aníbal es un energúmeno verbal”.
• Alberto Fernández:” Aníbal se disfrazó de progresista para agradar a la Cámpora”
• Pino Solanas: “Aníbal es el narco estado”.
Hay una media verdad en la mentira que me atribuye Aníbal. No tengo una obsesión, con Cristina, es un análisis político. Estoy convencido que Cristina es quién más daño le produjo a esta democracia y la que más daño le puede seguir produciendo. Ya lo dije varias veces.
Aníbal Domingo Fernández a los 63 años, ocupa su cargo número 20 en el estado. Aníbal fue funcionario de Carlos Ruckauf, Eduardo Duhalde, Néstor y Cristina y ahora, de Alberto. Pero es junto a Guillermo Moreno, Hugo Moyano y Luis D’Elía, uno de los cristinistas de peor imagen pública. Es un perdedor serial y por eso en los últimos 6 años estuvo en el llano. Cayó derrotado por María Eugenia Vidal, por 5 puntos, con un record de corte de boleta en su contra. Perdió en 7 de las 8 secciones electorales, incluido en Quilmes, su patria chica, donde supo ser intendente. Fue caracterizado como el mariscal de la derrota al igual que Cristina porque ella lo designó.
Y en los últimos comicios, completó el papelón, porque perdió la interna del justicialismo en Pinamar a manos del surfista Gregorio Estonga.
Eso lo condenó al desierto del enojo y a algunas declaraciones que expusieron su lado más salvaje. Un spot de Vidal le preguntaba a los bonaerenses con quien dejarían a sus hijos: si con Aníbal o con ella. Aníbal declaró que prefería dejar sus hijos con Ricardo Barreda, un múltiple femicida que asesinó a escopetazos a su esposa, su suegra y sus dos hijas en 1992. Fue repudiado, hasta por sus propios compañeros como Facundo Moyano, Matías Lammens y el mismísimo Axel Kicillof. El colectivo “Ni una menos”, copado en su conducción por el kirchnerismo, no emitió opinión.
Hace unos meses, aumentó su volumen machirulo. La diputada Elisa Carrió le había dicho a Jorge Lanata que ella, después de hacer denuncias sobre el asesinato de Nisman, pidió públicamente que “Milani no la matara” y que “Aníbal no la mandara a matar”. Fernández reclamó que mediquen o internen a Carrió que “está muy enferma” y finalizó su tuit agrediendo así: “Por su condición de sucia, ruego abstenerse, no tiene solución”. El colectivo “Ni una menos”, copado en su conducción por el kirchnerismo, esta vez, tampoco emitió opinión. Imaginen el escándalo que se generaría entre el feminismo K si algún legislador de Cambiemos tratara de sucia a Cristina.
En aquel momento, ella ordenó demoler el prestigio de Nisman y matar nuevamente al muerto, pero esta vez con mentiras de su vida privada. Aníbal Fernández fue el jefe del “Operativo basura” de toda la maquinaria estatal que incluyó el pedido de que metieran presa a la madre del fiscal Nisman.
Graciela Ocaña cree que con Aníbal, se confirmó que volvió lo peor, los de la omertá, y apeló a la ironía: “Parece que para tener un cargo en este gobierno, tenes que tener antecedentes penales” y recordó que Aníbal tiene dos procesamientos firmes con elevación a juicio en dos causas que inició ella: Fútbol para todos, donde la presidencia de Cristina le compró a la AFA, insólitamente los derechos de televisación del fútbol para recuperar “los goles que habían sido secuestrados”. Bendijeron esa locura dos enemigos íntimos unidos por los negocios: Julio Grondona y Diego Maradona.
La otra causa que impacta en Aníbal es el Plan Qunitas, una repartija de cunas y ropas para bebes que se compraron a precio vil y cuya calidad hacía que las cunas se rompieran como si fueran cartón pintado. Hubo sobreprecios fenomenales por 140 mil kits para embarazadas. La empresa que fue la proveedora y la forma en que le adjudicaron este negocio es para el record mundial de bajezas y truchadas.
Dejaron los dedos pegados por todos lados y perjudicaron a mujeres pobres y a punto de parir. Todo muy nacional y popular.
Pero los fuertes cuestionamientos no son solamente de la oposición. El actual presidente, Alberto y Aníbal, tuvieron encontronazos feroces que no entiendo, cómo pueden olvidar. Se tiraron munición de las más pesadas después de ser socios en el “Ministerio de la Intimidación a los que piensan distinto”. Algunos no se acuerdan pero los archivos dicen que Aníbal, como vocero de la presidenta le dijo lo peor: que Alberto se cagó en la amistad de Néstor Kirchner, que durmió en la cama de Máximo y comió en la mesa familiar y que ahora se la pasa criticando como si fuera Macaya Márquez. Le ordenó que cerrara el pico y se fuera a su casa como hace un caballero y que dejara tirar piedras de la vereda de enfrente.
Tanta ferocidad tuvo una respuesta en los mismos términos. Alberto le dijo “energúmeno verbal” que sufre complejo de inferioridad y le enrostró que ahora se disfrace de progresista para agradar a La Cámpora, y le recordó que cuando era intendente de Quilmes tuvo que salir escondido en el baúl de un auto.
¿Qué me cuenta?
Hay un documento histórico del 28 de julio del 2011. Una carta abierta publicada en La Nación en la que Aníbal repitiendo conceptos de Cristina, acusa a Alberto de ser un traidor, vocero de Héctor Magnetto, el CEO de Clarin y de las corporaciones.
Muchos no se acuerdan. Pero este era el tono de los palazos que se pegaban Alberto, Cristina y Aníbal. Hoy volvieron a ser todos compañeros y hacen borrón y cuenta nueva, aunque le siguen bajando el pulgar.
Y algo más grave todavía: el actual canciller, Felipe es Felipe, lo acusó de “ser más droga” y eso no es broma. Y en un spot de campaña en el que aparece con Daniel Arroyo, se comparó con Aníbal con la consigna “Droga si o droga no. En aquel tiempo Solá y Arroyo expresaban la postura de la Iglesia católica en ese tema.
Sería bueno que Sola diga que se arrepiente de haber dicho eso o que explique si lo designaron en Rio Turbio por ser un especialista, en cuestiones turbias, con perdón del chiste fácil.
Y ni hablar del embajador ante la Unesco, el recientemente fallecido Pino Solanas, que dijo que “Aníbal es el narco estado”. Solo hay que saber googlear.
El archivo no miente y es riguroso. Para burlarse de otro, hay que tener la cola limpia. Y no es el caso de Aníbal, “un energúmeno verbal y resentido”, según dijo el actual Presidente de la Nación. Y acá no hay mentira ni meme que valga. Todo está documentado. Insisto: solo hay que saber googlear.