Maduro, golpe a golpe – 6 de enero 2020

Una de las ideas más nefastas de Cristina, es que lo que no se nombra, no existe. Todo el tiempo está apelando a eufemismos y a ocultamientos. Su omnipotencia es tan grande que cree que puede tapar el sol con las manos y no llamar dictadura o narco dictadura al régimen que encabeza Nicolás Maduro. Los militantes cristinistas, hacen malabarismos con el lenguaje para disfrazar lo que no se puede disfrazar. La narco dictadura ha generado una verdadera hecatombe social en Venezuela. Más de 7 mil asesinados, denunciados, no por Donald Trump ni por Jair Bolsonaro. Crímenes de lesa humanidad o terrorismo de estado revelados por Michel Bachellet, la ex presidenta chilena del partido socialista de Salvador Allende. No la pueden acusar de pro imperialista o de derechista. Hay presos políticos en todas las cárceles, torturas, el nivel más alto del mundo en inflación y en inseguridad callejera, falta nafta (si, repito, falta nafta en la tierra del petróleo), faltan alimentos, faltan medicamentos, faltan casi 4 millones y medios de venezolanos que huyeron del totalitarismo y sobre todo, falta libertad y justicia.
Pero los ladri progesistas que todavía aman a Cuba e incluso justifican a Irán, se niegan a utilizar el término dictadura como si eso los alejara del demonio.
Alberto Fernández, planteó que lo sucedido en Caracas, “generó un nuevo obstáculo para el pleno funcionamiento del estado de derecho”. Eso dijo nuestra cancillería. Así de liviano fue el comunicado oficial firmado por Felipe Solá que avanzó diciendo que “resulta inadmisible para la convivencia democrática los actos de hostigamiento padecidos ayer por diputados y periodistas”. Eso fue todo.
Cristina no los deja utilizar el término que hay que utilizar. Y la verdad es que, a esta altura, es mucho más que un capricho ideológico. Es una forma de manifestar su afecto y cercanía por la feroz tiranía chavista. Está claro que Cristina y los suyos, se sienten compañeros bolivarianos de Maduro y de Evo Morales (que produjo un fenomenal fraude electoral) o de Rafael Correa, que está prófugo de la justicia de su país porque no puede explicar las coimas que cobró en el caso Odebrecht.
Lo de ayer en Caracas fue un golpe sobre el golpe. Voltearon el último pulmón que era el Congreso. Eso es totalitarismo. No tiene otro nombre. Soldados armados y antidemocráticos no les permitieron la entrada a diputados republicanos y pacíficos. No los dejaron votar en la elección de autoridades. Y en forma absolutamente ilegal, sin quorum, eligieron a un delincuente, diputado corrupto que recibió coimas para darse vuelta que se llama Luis Parra. El presidente interino, Juan Guaidó, con su traje azul y su corbata celeste, armado solamente con su coraje, intentó saltar las rejas, pero los uniformados armados hasta los dientes lo bajaron violentamente. Un ataque furibundo a todos los valores democráticos. Un golpe dentro del golpe. La fuerza bruta con ametralladoras contra las ideas y la razón. Maduro se sostiene solamente con las bayonetas y los fusiles de sus generales corruptos que ganan fortunas y con el apoyo de dólares y armamento de Rusia, la hinchada de Raúl Castro que aporta sus espías y comandos y con el respaldo algo más distante de China. Maduro sigue usurpando el cargo también por la complicidad de los líderes chavistas como Cristina Fernández de Kirchner, por ejemplo.
La militarización del Parlamento demuestra la desesperación y la falta de apoyo popular de un fantoche con ideas podridas, pero que se cae de Maduro.
Guaidó reunió la asamblea de legisladores en la redacción del diario “El Nacional”, como un nuevo símbolo de resistencia. Veremos cómo repercute esto en las Fuerzas Armadas que tienen una cúpula de comandantes magnates y una mayoría obligada a reprimir que cada tanto amaga con no aceptar más esa obediencia debida.
Argentina abandonó el Grupo de Lima que condenó sin medias tintas a la dictadura chavista. La Argentina en su cuarto gobierno kirchnerista se abrió de países como Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana Holandesa, Panamá, Paraguay, Perú y la OEA.
Hace algunos meses, 20 ex presidentes democráticos, emitieron un documento para criticar al Papa Francisco por ser cómplice con su silencio de la sistemática violación a los derechos humanos en Venezuela y en Nicaragua. Le recuerdo que todos esos ex jefes de estado latinoamericanos fueron elegidos en las urnas, en su mayoría son socialdemócratas o socialcristianos y que su líder, es Oscar Arias un hombre tan prestigioso que hasta recibió el Premio Nobel de la Paz.
Fue cuando el Sumo Pontífice llamó a una genérica “concordia y reconciliación” en esos países como si quisiera que se pusieran de acuerdo los asesinados y los asesinos. Esto le generó a Jorge Bergoglio una serie de críticas muy duras y hasta la propia iglesia venezolanza salió duramente al cruce ya que padece cotidianamente la violencia estatal de Nicolás Maduro en particular y del chavismo en general. Por segunda vez la Conferencia Episcopal denunció que Maduro “buscar perpetuarse en su mandato en forma ilegítima, ilegal e inmoral”.
Según el FMI, la inflación va a trepar a 10.000.000 % en este año. Si escuchó bien. El chavismo dejó al país sin moneda y un sueldo alcanza para comprar apenas una gaseosa y un pedazo de pan. Una tiranía feroz en nombre de los pobres y de la revolución bolivariana. En lugar de combatir la pobreza, combatieron a los pobres que escapan como pueden de Venezuela.
Ya fallecieron, pero está claro históricamente, que Hugo Chávez fue el heredero de Fidel Castro.
De hecho, en los tres gobiernos K anteriores, las relaciones carnales que establecieron con Venezuela fueron muy intensas y por supuesto, sazonadas con negociados sucios y delictivos de todo tipo.
Hoy en Venezuela se instaló un modelo jurásicamente estalinista, donde está prohibido pensar distinto. O mejor dicho, está prohibido pensar.
Es bueno que los argentinos nos miremos en el espejo de Venezuela porque hacia allí nos quisieron llevar e insisto, aún nos quiere llevar Cristina y su banda de ladrones.
Luis D’Elía, en su momento, incluso, llegó a decir que Maduro, debía fusilar a los opositores. Esa es la democracia en la que creen. La de los tiros para silenciar la palabra.
Nunca vamos a olvidar lo que el chavismo y el kirchnerismo hicieron para estafar a ambos pueblos: Prestamos de dinero a tasas del 15 % que nos perjudicaron muchísimo. Bicicletas con el dólar en el mercado negro. La valija de dólares sucios de Antonini Wilson que llegó para la campaña de Cristina. Los negociados de Julio de Vido con el tema petrolero y los barcos que nadie sabe cuántos fueron ni cuanto nos costaron. Los 50 millones de dólares físicos que se repartieron Néstor y Chávez, según denunció Claudio Uberti Y las coimas que hubo que pagar con la maquinaria agrícola.
La rebeldía pacífica siempre es sana. Nadie debería rendirse frente a un ejército opresor interno. Hay que ponerse de pié y no dejarse arrodillar por los autoritarios.
También los tres capos del Frente Amplio definieron al gobierno de Maduro como una dictadura. Primero el ícono y ex presidente Pepe Mujica, segundo el candidato a presidente Daniel Martínez, derrotado en las elecciones y después el ministro de economía, Danilo Astori. Otra vez doctora: ¿Usted diría que Bachellet y Pepe Mujica mienten por orden de los yankys o están describiendo la realidad? Sin embargo usted mantiene su silencio cómplice.
Jean Paul Sartre dijo que “a todo puede renunciar el hombre, sin dejar de ser hombre. A todo, menos a la libertad”. Y está todo dicho.
Las fuerzas democráticas y republicanas deben frenar la hecatombe dictatorial y la tragedia humanitaria. Condenar al régimen en todos los foros y apoyar el regreso de las instituciones y la libertad.
Ayer Venezuela podría haber resumido su crisis, cantando un himno de Serrat.
Golpe a golpe, verso a verso. El republicano Antonio Machado lo dijo con claridad: caminante no hay camino, se hace camino al andar.