Cristina, atrapada y sin salida – 9 de noviembre 2022

¿Será el fin de ciclo de Cristina?
¿Estaremos asistiendo al ocaso de su liderazgo corrupto, verticalista y autoritario? Es muy difícil asegurar eso. La única forma de extender el certificado de defunción política de cualquier dirigente es una paliza electoral que la reduzca a una expresión testimonial. Es muy probable que eso pase el año que viene, pero todavía no pasó. Cristina no se rinde. Da pelea y dispara con todo lo que tiene. El problema para ella es que lanza misiles y llegan fuegos artificiales. Perdió potencia. Perdió capacidad de daño. Si estamos en condiciones de decir, que es el peor momento político de Cristina y por varios motivos, está atrapada y sin salida. El cristinismo camporista la empuja a ser candidata a presidenta porque es la única carta que les mide más del 20 %, pero también, es la figura que les garantiza una derrota contundente en las urnas. Fue tan mandona y maltratadora que su jefatura política no permitió que creciera ningún dirigente con futuro. Si Cristina no es candidata, no tienen a nadie que ocupe ese lugar y sea competitivo. Massa y Máximo están en la cumbre de la imagen negativa. Alberto también, pero parece que iría con una lista propia sin el apoyo K.
Una derrota estrepitosa transformaría a Cristina en la mariscal de la derrota definitiva del proyecto autocrático y chavista que armaron con Néstor y que todavía subsiste en Santa Cruz.
Cristina no tiene logros ni éxitos para exhibir. Por eso su discurso, siempre se apoya en el pasado. La hecatombe económica es responsabilidad de este cuarto gobierno kirchnerista. La inseguridad galopante ni siquiera figura en la agenda del oficialismo. Y como si esto fuera poco, ex cristinistas fanáticos y leales se animan a criticar las movidas que su hijo ejecuta. Hablo de Agustín Rossi, Aníbal Fernández y Emilio Pérsico, por ejemplo. No reciben más órdenes de Cristina que en la intimidad los acusa de traidores.
En lo político, el cristinismo no pudo lograr ni siquiera la eliminación de las elecciones primarias. Nada pasó con las PASO.
La justicia para Cristina, se parece cada día más a una cárcel que va cerrando sus rejas. Y lo digo por varios motivos:
• Falta muy pocos días para que el Tribunal se expida sobre el pedido de los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola de 12 años de prisión e inhabilitación perpetua. Acusaron a Cristina, en la causa “Vialidad” de ser la jefa de una asociación ilícita, una organización criminal que se dedicó a la sustracción de fondos públicos”. La montaña de pruebas de la mega corrupción es tan contundente que Cristina con todas sus maniobras no pudo lograr su impunidad.
• Están en estudio la reapertura de dos causas que se habían cerrado sin que se desarrollara el juicio correspondiente. Por un lado Los Sauces- Hotesur y por el otro, la del tenebroso pacto firmado con Irán. Los familiares de las víctimas de la AMIA y la DAIA reclamaron que se llevara adelante el juicio.
• Y el gran revés que sufrió ayer. La Corte Suprema desarmó la trampa que Cristina armó en el Senado para robarle un lugar a Luis Juez en el Consejo de la Magistratura. Dividió en forma ficticia, fuera de término y entre gallos y medianoche a su bloque de senadores. Los K festejaron ese ardid como si fuera una genial picardía táctica. Pero la máxima autoridad judicial de la Argentina consideró que fue un fraude de gravedad institucional.
• Las amenazas de hacerle juicio político a la Corte para lo cual no tienen número, o de desobedecer el fallo son profundizar el conflicto de poderes y poner al estado de derecho al borde del abismo. No les queda otra posibilidad que acatar el fallo por más veces que insistan en designar al senador Martín Doñate. Acusaron al doctor Horacio Rosatti de ser juez y parte pero eso no lo afecta porque actuó ajustado a la ley.
Cristina nunca tuvo tan poco poder. Está en su peor momento, atrapada y sin salida. De nada vale que corra, el incendio va con ella.

Delmira, la madre de Malvinas – 8 de noviembre 2022

El querido Esteban Tries, héroe y veterano de guerra, me dio la dolorosa noticia: “murió Delmira, la madre de Malvinas”. Desde el día que Delmira se enteró que su hijo, el soldado maestro Julio Rubén Cao había caído en combate, ella se transformó en la madre de todos sus compañeros. De los 649 que dejaron su vida en nuestras islas y de los que volvieron. Abrazó a todos los ex combatientes y convirtió a todos en sus hijos. Siempre llevó la bandera de las necesidades y del reconocimiento que todavía siguen reclamando nuestros héroes desde abril de 1982. Esa fue la manera que Delmira encontró para transformar su luto y su odio en amor.
Delmira Hasenclever de Cao nació en un inquilinato cerca de la cancha de Atlanta. Eran muy pobres, pero pudo terminar el primario lavando veredas para ganarse unos pesos. A los 14 años ya estaba trabajando en una fábrica textil. En Lomas del Mirador, en La Matanza, conoció a su marido que murió de un maldito cáncer de páncreas a los 56 años. Todos laburantes esforzados y solidarios. Su hijo, Julio Rubén, disfrutaba de cebarle mates sentado al pié de la cama. Julio se anotó como voluntario para ir a Malvinas y fue acribillado a los 21 años. Nunca más volvió a cebarle mates a Delmira. En homenaje a ella quiero volver a contar la conmovedora historia de su hijo. Recién hace casi 5 años, identificaron los restos de Julio que resistió como pudo el avance de las tropas enemigas. Literalmente, le puso el pecho a las balas para proteger a sus compañeros como lo hizo desde el primer minuto que llegó a Puerto Rivero, como se bautizó primero a Puerto Argentino. Hace más de 40 años que Julio entregó su vida por la patria y es desgarrador recordar que ni siquiera pudo conocer a su hijita, Julia que nació un par de meses después de su muerte.
Julio Cao acarició a Julia en la panza de Clara Barrios, el día que se despidió. Delmira, la abuela de Julia y la madre de Julio casi le rogó que se quedara: “Julito, no vayas. Si no te llamaron. Tengo miedo”. Julio, el maestro, le respondió como un maestro de la patria: “No me pidas eso mamá. ¿Con que cara yo podría dar clases sobre San Martín o Belgrano si me escondo debajo del pupitre?”. Fue uno de los pocos soldados voluntarios. Fue un apoyo permanente de sus compañeros de colimba del regimiento de Infantería Motorizada de La Tablada. Siempre con la misma alegría que tenía al frente del grado en su escuela. Siempre ayudando a escribir y a leer cartas el resto de los soldados. Siempre con optimismo.
La humedad criminal de los pozos de zorro, el viento que helaba el alma, el hambre que agujereaba por dentro y los bombardeos que destruían por fuera eran solo excusas para reforzar el coraje y para seguir yendo al frente. Así era el soldado maestro Julio Rubén Cao. Solidario, guapo, así en la paz como en la guerra. En las aulas se convertía en albañil para reparar los techos, o en carpintero para arreglar los viejos bancos de escuela. Hizo un profesorado en Literatura porque amaba a Serrat. Siempre soñó con ser docente porque admiraba a Ghandi y a la paz. Antes de embarcarse a Malvinas y después de besar el ombligo de su esposa, Julio plantó un árbol en el patio de la casa de su madre. Quiso respetar aquello de tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. El libro no pudo concretarlo. Pero escribió cartas conmovedoras desde Malvinas. Una de ellas debería leerse en todos los colegios y dice así:
“A mis queridos alumnos de 3ro D:
No hemos tenido tiempo para despedirnos y eso me ha tenido preocupado muchas noches aquí en Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi labor de soldado: Defender la Bandera. Espero que ustedes no se preocupen mucho por mí porque muy pronto vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso Cóndor y le vamos a decir que nos lleve a todos al país de los cuentos que como ustedes saben queda muy cerca de las Malvinas.
Y ahora como el maestro conoce muy bien las islas no nos vamos a perder. Chicos, quiero que sepan que a las noches cuando me acuesto cierro los ojos y veo cada una de sus caritas riendo y jugando; cuando me duermo sueño que estoy con ustedes .Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un soldado que los quiere y los extraña.
Ahora sólo le pido a Dios volver pronto con ustedes.
Muchos cariños de su maestro que nunca se olvida de ustedes”.
……………………………………………
Es desgarrador comprobar que solo le pidió a Dios volver y fue lo único que no pudo lograr. Hace más de 40 años que comenzó aquella guerra, su hija Julia, tiene 40 años. Su madre, doña Delmira murió ayer, coronada de gloria.
Cuando Julia cumplió 9 años, viajó con su abuela a Malvinas. En el cementerio de Darwin adoptaron una tumba y le dejaron una flor y muchas lágrimas. Hoy una tumba contiene sus restos identificados y la escuela Nro 32 de Lafferrere donde daba clases con su impecable guardapolvo blanco lleva su nombre: “Soldado maestro Julio Rubén Cao”. El árbol que plantó, ya tiene 10 metros de altura. Tras un manto de neblina no los hemos de olvidar. Ni a nuestras Malvinas ni a nuestros héroes.
Las escarapelas en el pecho sobre un guardapolvo duro de almidón tembloroso, el pelo engominado, los zapatos bien lustrados y la celeste y blanca que sube flameando segura…
Segura de que algún día dejaran ser nuestras hermanitas perdidas.
Se lo juro por la memoria de Julio, el soldado maestro y de Delmira, la madre de Malvinas. Por ellos vale la pena decir en voz baja, que en paz descansen y por ellos, vale la pena gritar, viva la patria.

Cristina, es tu gobierno – 7 de noviembre 2022

Cristina y Máximo le soltaron la mano a Alberto. En estos últimos días le dijeron de todo, lo castigaron con una dureza tremenda como si fuera el responsable de todos los males y los Kirchner no tuvieran nada que ver. Cristina y Máximo parecían opositores implacables. Se lavaron las manos más que Poncio Pilatos. Nos tratan de tontos. Se creen que la gente no se da cuenta que el fracaso estrepitoso del gobierno es culpa de Alberto, Cristina, Massa y Máximo. Ese es el Frente de Todos los culpables. Hicieron un desastre social y produjeron una hecatombe económica que todavía no terminó. No solucionaron ni uno solo de los problemas que heredaron y multiplicaron hasta el infinito los dramas de la pobreza y la inseguridad.
Cristina, en el acto de la UOM responsabilizó a Alberto de la tristeza de la sociedad. Dijo claramente que ella iba a hacer todo lo que hiciera falta para que volviera la alegría a la Argentina.
¿Perdón? ¿Quién instaló esa desilusión? Alberto, dicen los K. Todos los desastres, los produjo Alberto. Es increíble. Una estrategia suicida de Cristina. Nadie ignora que ella es la vice presidenta de este gobierno y que fue la que bendijo a Alberto como candidato a presidente mediante un tuit. Cristina es la madre de este desgobierno. El fuego amigo con el que erosionaron a Alberto fue como hacerle agujeros al barco del oficialismo en el que estaban todos. Pero ahora, Cristina y Máximo quieren que Alberto pague los costos y se ahogue el solo. Ellos buscan un salvavidas insólito y se pintan la cara de opositores. “Vamos a volver, vamos a volver”, cantan como un mantra sus fanáticos. ¿A dónde van a volver? Al llano van a volver si pierden las elecciones del año que viene. Porque en el poder están ahora. Metieron miles y miles de militantes en el estado, manejan las cajas millonarias y nos quieren hacer creer que no están.
El príncipe Máximo castigó a Alberto al calificarlo de aventurero individualista y lo mandó a hacer turismo. Este muchacho millonario que nunca ganó una elección y que nunca trabajó en la actividad privada, nos quiere hacer creer que está gobernando la derecha albertista y que los verdaderos revolucionarios son ellos. Que vayan a
otro con ese cuento. No se lo cree nadie.
Alberto, el peor presidente del peor gobierno de la historia democrática, le contestó que no va a haber suma fija, que no va a voltear las elecciones primarias y citando a Perón, que el compañero que critica a otro compañero, deja de ser peronista.
En su momento, Fernanda Vallejos se había anticipado a estas críticas. ¿Se acuerda cuando le dijo al Presidente mequetrefe, ocupa y enfermo? Nadie insultó tanto al presidente como sus propios compañeros de ruta. Es una suerte de venganza porque nadie había insultado tanto a Cristina como Alberto cuando ambos estaban en el llano?
¿Se acuerda cuando le dijo que su gobierno era deplorable y que ella era cínicamente delirante?
Pero por tuit ya había traspasado la línea del buen gusto, cuando escribió que su gobierno era psicótico y ella también actúa como una psicópata.
¿Fuerte no? Agresiones de alto calibre.
Otro tuit decía: “No estoy a la altura de Cristina. No suelo vivir en la fantasía de los soberbios. Es penoso como ella somete a las instituciones. A Néstor lo acompañé pero con Cristina es imposible”.
La principal mariscal de la derrota de la gestión de este gobierno, sin dudas, es Cristina. Ella fue la que tomó las decisiones más nefastas y contraproducentes. Pero el rosario de fracasos hizo que intentara diferenciarse de Alberto. En el acto de Pilar ordenó que sacaran del palco vip a Amado Boudou, delincuente con condena firme de la Corte Suprema.
Fue tan evidente que Luis D’Elía en las redes salió a defender al ex vicepresidente de Cristina: “Toda mi solidaridad con Boudou a quien hoy le pidieron que se retire del palco Vip en un escenario plagado de gente sin ninguna historia”.
En su modesto acto, Máximo dijo una verdad y también metió la pata. Primero un mensaje a Alberto: que deje de jugar a los tristes y ofendidos. Así están los argentinos que no llegan a fin de mes”.
Tiene razón. Tristes y ofendidos están los millones de argentinos que no llegan a fin de mes por culpa del zafarrancho económico que hizo tu gobierno Máximo.
Después, le dio pasto a las fieras de las redes al utilizar la palabra polenta en su discurso. Se burlaron con una ferocidad increíble. Del asado prometido a la polenta recibida.
Cristina no puede soportar que el despreciable intento de asesinato haya sido perpetrado por una banda de marginales impresentables que pusieron en riesgo la paz social y estuvieron a punto de producir un terremoto institucional. Todo el peso de la ley debe caer sobre esos criminales. Pero a Cristina no solamente la impacto saber que tuvo una pistola a centímetros de su cabeza. Ella quiere instalar que fue Mauricio Macri el que la mandó a matar. Y si puede, tratará de enganchar también a la CIA y al imperialismo yanky.
Delirios alimentados por la militancia que la empuja a que vuelva a ser candidata a presidenta. ¿Se animará? Es un tema complejo. En el peronismo no hay otra persona que tenga más apoyo electoral. Pero si pierde, cosa bastante probable, se quedará sin fueros y las posibilidades de que la justicia avance y sea condenada a prisión, se multiplican. En ese dilema está. En ese proyecto aventurero e individualista de salvar su pellejo de una sentencia por mega corrupción. En su desesperación intenta una táctica condenada al fracaso. No puede convencer a nadie que Alberto es el único culpable del peor gobierno de la historia. Este es el cuarto gobierno kirchnerista. Todos sabemos que este es Tugo, es tu gobierno, Cristina.