Alfonsín, un apellido que no se mancha – 11 de octubre 2022

A esta altura, Ricardito Alfonsín se ha convertido en un ariete del cristinismo para dinamitar la unidad de Juntos por el Cambio. Mientras el Frente de Todos tiene una crisis monumental y su gobierno es el peor de la historia, el embajador en España declaró que “el radicalismo no tiene nada que ver con el pensamiento liberal del PRO”. Habló con una radio kirchnerista que, por supuesto, no le preguntó si el radicalismo tiene algo que ver con la mega corrupción de estado y con las relaciones carnales con los países que más violan los derechos humanos como Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Desde el privilegio de vivir en una mansión en Madrid con sueldos de alrededor de 20 mil dólares, Ricardito tiene la fe de los conversos y cada vez que puede demuestra que está al servicio del cristinismo. Salió a respaldar las críticas de Facundo Manes a Macri pero nadie le preguntó si está de acuerdo en poner a Macri al mismo nivel que Cristina como hizo el diputado médico.
En las redes hace tiempo que están muy enojados. Lo llaman “Ricarguito Alfombrín” y lo consideran un traidor al radicalismo. Sin que nadie le pidiera tanto, viene sobreactuando elogios al gobierno de los los Fernández. Y exigió que el radicalismo rompa Cambiemos. Tal vez quiere que, con la oposición dividida, “el Cristina eterna” sea una realidad.
No hay que olvidar que el lunes posterior a las elecciones dijo que “han obtenido apoyos mayoritarios las fuerzas neoliberales de la oposición”.
En su hilo de Twitter, agregó: “Pero no ocurrió lo que algunos temían y otros, la derecha neoliberal, ansiaba, un triunfo electoral que le permita a la oposición hacer lo que hasta ahora había hecho la COVID: bloquear o inmovilizar la acción del gobierno e impedir que se aplicara su plan económico y social.”
Hace casi once meses renunció al cargo el doctor Federico Polak, el segundo de la embajada. Argumentó que “no es ético percibir una remuneración sin ser útil al estado”. Trascendió que está muy disconforme con la tarea casi nula que lleva adelante Ricardo Alfonsín.
Es increíble que a esta altura, Alfonsín no registre que la hecatombe económica, la catástrofe sanitaria, la inmoralidad de las vacunas vip y de la búsqueda de impunidad para Cristina y su banda o la inseguridad galopante, es una consecuencia del gobierno de Alberto y Cristina que él representa y del partido que gobernó por más años la Argentina.

¿Qué le pasa a Ricardito? ¿Estará “percibiendo una remuneración sin ser útil al estado”, como dijo Polak.
Nadie sabe si le piden tanta subordinación y valor para defender a Cristina, o lo hace de puro sumiso a cambio del conchabo que le dieron como embajador en España.
En su momento, Ricardito, defendió a Aníbal Fernández en vivo y en directo en el canal de Cristóbal López donde es entrevistado con asiduidad. El colmo fue cuando dijo que Juntos por el Cambio “quiere que el gobierno haga las cosas mal y, si eso no ocurre, la inventan. Las marchas son por cualquier excusa pero en verdad, es que protestan porque perdieron las elecciones. El radicalismo y el Pro se disputan el liderazgo de la derecha”.
Increíble, pero cierto.
Ricardito presidió el radicalismo bonaerense durante diez años y tenían apenas 9 concejales en toda la provincia. Fracaso total. Después llegaron Daniel Salvador y Maxi Abad y hoy el radicalismo tiene 6 diputados nacionales, 19 legisladores provinciales, 31intendentes y 500 concejales. Un partido renovado generacionalmente que se puso de pie y es nuevamente competitivo.
La conducción de Ricardito llevaba al radicalismo a la extinción. Y tal vez ese es el mérito que le encuentran los cristinistas.
Se habrán dado cuenta que propongo que por ahora, en esta columna, lo llamemos simplemente, Ricardito. Así es conocido en el mundillo político. Ahora, su nueva jefa política es Cristina. ¿O alguien duda de eso? Semejante decisión levantó una gran polvareda y un debate muy caliente en su partido que como lema de Leandro Alem, supo tener aquello de que “se rompa pero que no se doble”. Eso habla de firmeza de las convicciones. De no transar con ladrones, populistas autoritarios ni golpistas.
La principal tarea de Ricardito es tirar centros para que cabecee Alberto. Algunos dicen que estaba buscando un trabajo, pero yo no lo creo. El tema que me parece grave es que Ricardito es el hijo de don Raúl Alfonsín y ese apellido, a esta altura de la historia, es un patrimonio de todos los argentinos. Salvo los extremistas que no quieren a nadie, la inmensa mayoría de nuestro pueblo tiene a Alfonsín en un pedestal porque representa cuestiones sagradas: es el padre de la democracia y la libertad recuperada después de la noche tenebrosa del terrorismo de estado y también, como la mayoría de su partido, expresa a quienes creen en la honradez, en las manos limpias y las uñas cortas, en la austeridad republicana y en el diálogo democrático que evite cualquier tipo de tiranías violentas. Eso representa ese apellido. Los valores de Alfonsín son casi la contra cara de los disvalores del cristinismo.
Cristina, sus hijos y su cartel de los pingüinos millonarios, en el mundo y, por lo menos para diez millones de argentinos, son sinónimo de cleptocracia y de la corrupción más colosal de la historia democrática, y de una apuesta al chavismo criollo, hegemónico y generador de la grieta más profunda que vivimos en este país después de la pelea entre los seguidores de Perón y sus opositores.
¿Es positivo para nuestro futuro político que alguien que tiene como apellido Alfonsín sea la cara ante España de los Lázaro Báez, los Cristóbal López, los José López, los Luis D’Elía, los Boudou y los Esteches.
¿Lo hizo por la patria? ¿O por un interés personal acomodaticio?
Entonces, ¿Por qué lo eligió Alberto? Por portación de apellido. Seamos sinceros. Si Ricardito se llamara Pérez, o González, hoy no sería embajador en España. El apellido Alfonsín, es un patrimonio de todos los argentinos. A esta altura define mucho más que una familia. Por suerte y a pesar de todo, el apellido Alfonsín, no se mancha.

El chavismo K se cae de Maduro – 10 de octubre 2022

Elisa Trotta, la representante de la Asamblea de Venezuela en nuestro país, fue demoledora al criticar a Oscar Laborde y al gobierno kirchnerista. Aseguró que el embajador argentino en Caracas “pareciera hablar en nombre de un dictador investigado por crímenes de lesa humanidad en La Haya, como es Nicolás Maduro”. Defensora de la libertad y la democracia en Venezuela, Trotta dijo sobre Laborde que “es una vergüenza su defensa a un régimen responsable de muertes, torturas y desapariciones forzadas”.
Elisa Trotta explicó que la Misión Independiente “no ha podido entrar al país porque la dictadura no se lo ha permitido” y que “incluso así, sus contundentes y minuciosos informes han sido elaborados de acuerdo a los estándares del Estatuto de Roma. Suponemos que usted los conoce”.
Nos dio vergüenza ajena que una vez más el gobierno de Cristina, Alberto y Sergio Massa se haya puesto del lado de una tiranía chavista que está en emergencia humanitaria y donde los presos políticos son torturados diariamente”.
El ex embajador argentino en Estados Unidos y en China, Diego Guelar fue directo al hueso. “Pese al cobarde voto de la delegación argentina (deshonrando a la representación que detentan), las Naciones Unidas mantiene la misión evaluadora de las violaciones a los derechos humanos que se cometen en Venezuela”.
El Foro Argentino por la Democracia en la Región que, entre otros, integran Alfredo Cornejo, Patricia Bullrich, Graciela Fernández Meijide y Santiago Kovadloff emitió un comunicado donde condenan “que el gobierno argentino haya decidido abstenerse en la votación para la extensión del mandato” de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU”.
Allí se detalla que el régimen de Maduro, es la cabeza de la cadena de mando cuya política de estado es la violación de los derechos humanos. Allí se cometen crímenes de lesa humanidad y la justicia forma parte de esa maquinaria orientada a desaparecer, encarcelar y perseguir a la disidencia. Nuestro deseo es escuchar al hermano pueblo de Venezuela gritar, como nosotros “Nunca Más”.
Este gobierno nefasto ya había cruzado todos los límites. Le recuerdo que Cristina, Alberto y Massa, defendieron y expresaron su admiración por la dictadura chavista de Maduro. Ese es un peligroso mamarracho ideológico que nos coloca al lado del eje del mal. Pero no conformes con semejante complicidad en la violación de los derechos humanos, hace poco se arrodillaron ante el tirano de Nicolás Maduro y permiteron que humille a todos los argentinos. Ni Cristina ni Alberto se respetan a sí mismos y permiten que diversos jerarcas del régimen venezolano insulten a este país y sus autoridades.
Por conveniencia ideológica o por dinero, son capaces de sellarse la boca y rendirse cuando Nicolás Maduro a los gritos se mostró “indignado” por lo que calificó del robo de ese avión iraní tan sospechoso. Le pidió ayuda para recuperar la aeronave a lo que llamó “la Argentina peronista”, como si el presidente y la vice fueran macristas. Pobre autoritario ignorante. “Ya basta de abusos contra Venezuela, pretenden robarnos descaradamente el avión”, disparó al exigirle a los movimientos sociales que les dieran una mano.
¿Qué pretenden? Que los piqueteros chavistas de argentina, se trepen al avión retenido en Ezeiza y despeguen hacia Caracas? ¿Qué hagan algún atentado?
Este energúmeno tiene poca consistencia intelectual. Pero el que aporta la materia gris y la mayor crueldad se llama Diosdado Cabello. Ambos caracterizaron de “secuestro” por parte de Argentina del avión y su tripulación.
Recuerdo que el FBI confirmó que el piloto principal, el iraní Gholamreza Ghasemi tiene vinculaciones con el terrorismo de Hezbollah y Al Quds, la guardia sanguinaria de Irán.
Un juez de los Estados Unidos le pidió a su par argentino, Federico Villena la “incautación” del avión. Eso le dio pie a Diosdado Cabello, para que tuviera una grosera intromisión en los asuntos internos de nuestro país. Castigó a Alberto. Dijo que no había ninguna diferencia entre él y Macri. Y denunció que durante su gobierno se activó el juicio a Cristina y como si esto fuera poco, pidió la libertad de una delincuente como Milagro Sala.
Cabello dijo que Alberto recibe y ejecuta órdenes del imperialismo. Se olvida que fue su amada Cristina la que lo eligió para encabezar la fórmula presidencial.
Los muchachos chavistas no tienen división de poderes ni estado de derecho en su país y creen que así debe ser en todos lados. Como en Cuba, en Nicaragua o Irán. Allá, un capanga da una orden y se cumple. Exprópiese, decía Chávez y se expropiaba al instante. Metan preso o torturen a aquel y eso se hace. En Argentina avanzó mucho el autoritarismo K, pero, por ahora eso no se hace. La sociedad democrática no lo permite. Acá no hay militares armados hasta los dientes en la calle sojuzgando al pueblo como allá.
Pedro Carreño es otro esbirro de Maduro y fue el más agresivo e irrespetuoso con el presidente Fernández. Parecía la ex diputada Fernanda Vallejos. Lo llamó “pelele y títere del imperio y jalabolas con actitudes rastreras”
Hasta Jorge Rodríguez, el titular de la Asamblea Legislativa trucha, llamó “productores de mentira” al diario Clarín y al portal Infobae por la cobertura del tema del avión. No tienen límites ni vergüenza.
Las relaciones carnales que han tenido los Kirchner con el chavismo, produjeron negocios sucios, valijas con dólares corruptos y todo tipo de operaciones ilegales. Pero la máxima provocación tal vez haya sido cuando el aparato de propaganda de la dictadura criminal aseguró que el atentado terrorista a la AMIA fue “un falso positivo”. Es una forma de decir “auto atentado” o tragedia simulada. Es una burla, una falta de respeto gravísima a la memoria de las 85 víctimas y al dolor de sus familiares. Hoy Venezuela es el centro de las operaciones y ejercicios militares de Irán y Rusia en América Latina. Están fabricando y probando drones artillados.
Frente a semejante afrenta inaceptable el gobierno argentino no dijo nada. Nadie abrió la boca. Ni el Presidente, ni la vice, ni el canciller. Daniel Sabsay, tal vez nuestro constitucionalista más encumbrado, en su momento, reaccionó en Twitter. “Realmente escandaloso. Increíble que nuestra cancillería no haya reaccionado frente a semejante atropello. El silencio importa la aceptación de tan monstruosa declaración. Una humillación más para las víctimas y sus familiares”.
Si Cristina y Alberto agachan la cabeza y prefieren dejarse manosear es un tema de ellos. Pagarán sus costos políticos por ser tan genuflexos. Pero deben saber que a la mayoría de los argentinos no nos gusta que nos ultrajen ni que nos injurien. Tenemos la dignidad que ustedes no tienen. Y mucho menos nos bancamos que esas agresiones vengan de parte de una narco dictadura criminal que goza de la admiración del ladri progresismo argentino. Hay que tener la dignidad que el gobierno no tiene. Un chavismo kirchnerista que se cae de Maduro.

El peor gobierno, cada vez peor – 7 de octubre 2022

No descubro nada si digo que para una gran mayoría de los argentinos, este es el peor gobierno de la historia democrática. Hay cientos de razones para agregar que, cada día que pasa, la mala praxis, las peleas internas y las ideas jurásicas hunden un poco más a la cuarta administración kirchnerista. Hoy es un día especialmente negro. Cuesta encontrar cual es la situación más dramática. Si ponemos la lupa en el ciudadano de a pié, la actualidad dice que la emboscada y la represión en el bosque de La Plata ilumina los costados más nefastos. “El peronismo no reprime”, mintió Cristina hace poco. Yo le diría que todo lo contrario. El peronismo es el partido que mayores responsabilidades tuvo en los crímenes atroces de la ultra izquierda montonera de Firmenich y la ultra derecha de la tripe A de López Rega. Pero anoche, en la cancha de Gimnasia y Esgrima todos pudimos ver, en vivo y en directo, como la policía de Axel Kicillof se cansó de meter balazos de goma, gases lacrimógenos y palazos a los ciudadanos indefensos, atrapados y sin salida en estadio. Hubo un muerto, mucos heridos, familias enteras en pánico por un operativo represivo de una ferocidad y descontrol inédito. El gobernador que no gobierna no tuvo más remedio que echar de su cargo al responsable de ese operativo. Pero la oposición citó al ministro Sergio Berni para ser interpelado en el Congreso. Responsabilizan a Berni por esa pesadilla y le piden la renuncia. Hasta La Cámpora y el cristinismo duro quieren que Berni se vaya pero a él lo sostiene Cristina. Hay una versión dice que todo esto empezó con barras bravas y delincuentes que son apañados por el falso progresismo K y que se potenció por una factura que los policías le pasaron al gobernador. Hace varios días que sectores de la policía se vienen quejando por los bajos salarios y el alto nivel de carga horaria en el trabajo. Hubo acuartelamientos parciales después de la muerte de dos policías en un accidente mientras tripulaban sus motocicletas. Sus compañeros, indignados dijeron que hacía muchas horas que no dormían producto de la mala organización policial y de los adicionales que tienen que hacer para juntar un sueldo digno. La versión es que esa bronca contenida, en forma repudiable e irresponsable, la desplegaron anoche con el salvajismo represivo. Hay mucho que investigar todavía. Un delirante como Jorge Rachid, asesor de Kicillof, le echó la culpa al PRO y dijo que “le tiraron un muerto a Kicillof” como parte de una avanzada golpista. Es el mismo irresponsable que dijo que el laboratorio Pfizer pedía los recursos naturales argentinos. Un desquiciado ideológico.
Si seguimos mirando la pésima gestión del gobierno desde el llano del ciudadano común, hay que decir que la inseguridad es un fantasma que los aterra y que sigue creciendo sin parar. Sobre todo en el conurbano bonaerense. Pero el otro enemigo brutal es la inflación galopante. Tritura los salarios y desespera a mucha gente que padece el 100% de inflación para este año que duplica a la que dejó el gobierno de Macri.
Como si esto fuera poco, el poder, además de no solucionar ninguno de los problemas, complica más las cosas con sus enfrentamientos internos. El mamarracho de coalición que inventó Cristina para ganar la elección hace que su gestión sea una máquina de cometer errores y de expulsar ministros y funcionarios. Todavía tienen más de un año de gobierno por delante y la lista es asombrosa. Se fueron de sus carteras María Eugenia Bielsa que denunció que el gobierno kirchnerista había robado, Ginés González García, Marcela Losardo, Roberto Salvarezza, Sabina Fréderic, Nicolás Trotta, Daniel Arroyo, Felipe Solá, Luis Basterra, Matías Kulfas, Daniel Scioli, Martín Guzmán, Silvina Batakis y Santiago Cafiero, que pasó de la jefatura de gabinete a la cancillería. Ahora hay que sumarle a Elizabeth Gómez Alcorta y a dos que están en capilla: Claudio Moroni porque la Cámpora dice que su gestión es mala y Juanchi Zabaleta que necesita volver a su distrito para recuperar el poder que le está comiendo, también La Cámpora.
Gómez Alcorta es una de las peores funcionarias que tuvo este gobierno. Apadrinada por Horacio Verbitsky y Juan Grabois, no generó un solo hecho concreto para evitar y combatir los femicidios. Gastó fortunas en seminarios de discusión teórica e ideológica y en empleados militantes innecesarios. Fue abogada de dos delincuentes condenados por la justicia como Facundo Jones Huala y Milagro Sala. Y sigue apoyando sus actos de violencia y corrupción. Sigue militando a estos sectores extremos que se esconden entre los pliegues del peronismo tradicional. Un caso muy parecido es el de Sabina Fréderic, la ex ministra y actual funcionaria de “Cascos Blancos”. Ambas defienden a los victimarios y no les importan las víctimas. Zaffaroni al palo. Fréderic responsabilizó del operativo para desalojar a los usurpadores en Villa Mascardi a los propietarios legítimos de esas tierras. Los acusó de “ser racistas y tener intereses rentistas inmobiliarios”. Ni una palabra contra los que violaron la ley y fueron detenidos en forma in fraganti en medio de la toma. ¿También renunciará Fréderic? El día que instalen el socialismo chavista que tanto admiran, van a poder multiplicar esas expropiaciones. Por ahora, Argentina se mantiene en un régimen capitalista, democrático y republicano y se respeta la ley y la propiedad privada y se condena todo hecho de violencia o de justicia por mano propia. Y los que cometen delitos son delincuentes. No importa su camiseta partidaria, su religión ni su raza. Es simple: el que delinque es delincuente. Pero miran todo a través de la estrechez de su ideologitis. Están inflamados de consignas que no les permiten ver la realidad con ambos ojos. Por eso son incapaces de condenar las violaciones a los derechos humanos en Venezuela o Nicaragua y la persecución feroz a los homosexuales en Cuba o los crímenes que se cometen con las mujeres en Irán. Da vergüenza ajena. Los colectivos feministas copados por el cristinismo y la izquierda y las funcionarias del gobierno, fueron incapaces de decir una sola palabra de apoyo a la gran revolución femenina crece en Irán. Las matan, las castigan latigazos en las calles por no usar correctamente el velo, las encarcelan la policía de la Moral y para ellas no pasa nada. Es inmoral que decidan ser cómplices de los asesinos y torturadores. Pierden todo tipo de autoridad para denunciar cualquier violencia contra la mujer. Ni siquiera fueron capaces de nombrar al ex gobernador tucumano José Alperovich. Es la persona con mayor poder en la Argentina en pleno juicio por violación y abuso sexual a su sobrina. Pero, ya se sabe. El cristinismo potenció lo peor del peronismo. A los amigos, todo y a los enemigos, ni justicia. Y eso hace que el peor gobierno, sea cada vez peor.