El fracaso de la libertad – 6 de octubre 2022

La casualidad, o no tanto, juntó en estos días a Mauricio Macri con Mario Vargas Llosa. Se viralizaron declaraciones del ex presidente que dijo que “la sociedad argentina debe ser la más fracasada en los últimos 70 años” y que, el responsable de semejante drama, es el populismo nacido con Perón que está por terminarse en las elecciones del año que viene. Ese encuentro ocurrió en la sede madrileña de la Fundación Internacional para la Libertad que preside el premio Nobel de Literatura. Muchas veces ambos han concluido que el triunfo del populismo en la Argentina es el motivo del fracaso de la libertad y el responsable de esta decadencia sin límites. Mañana se cumplen 12 años desde que el brillante intelectual peruano fue galardonado con el Nobel. Es una buena ocasión para recorrer una vez más su trayectoria y tratar de aprender algo de eso.
Vargas Llosa fue distinguido
por su «cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo», anunció a primera hora Peter Englud, secretario de la Academia Sueca.
Vargas Llosa es el primer autor de habla hispana premiado en los últimos veinte años, desde que en 1990 el galardón recayera en el mexicano Octavio Paz, un año después que el español Camilo José Cela.
Los medios de comunicación del mundo pusieron en tapa esta noticia.
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, cumplirá 87 años dentro de 5 meses. Su columna titulada “Ideologías que labraron la ruina de América Latina” es una valiente y renovada toma de posición sobre su lucha contra todo tipo de dictaduras. Dice textualmente: “Un manto de tinieblas y de sangre ha caído sobre la tierra de Bolívar” en obvia condena a la tiranía chavista en Venezuela.
Indomable, como buen intelectual, Vargas Llosa es uno de los que mejor trata al idioma que hablamos más de 570 millones de personas en el planeta.
Mario, desde 1993, también tiene la nacionalidad española y el título de Marqués que le otorgó el rey Juan Carlos. Dice que lo más importante que le ocurrió en la vida fue aprender a leer a los 5 años, en la clase del hermano Justiniano en el colegio Lasalle de Cochabamba, Bolivia. Su madre, Dora Llosa Ureta que lloraba con los poemas de Amado Nervo y Pablo Neruda, le contó que sus primeros escritos eran una continuación de los libros de aventuras que había leído. Ya sea para prolongarlos en el tiempo o para cambiarle los finales a Los Tres Mosqueteros o al viaje del capitán Nemo, por ejemplo.
Pero si tuviéramos que asociar a Vargas Llosa con una sola palabra, esa palabra sería libertad. Es que su lucha política siempre ha sido contra todo tipo de dictaduras y autoritarismo. Eso solo, más el genio literario que lo llevó a ser Premio Nobel, lo coloca en un altar de admiración. Pero lo que más me impacta de Vargas Llosa es su insobornable y feroz pelea por su propia libertad individual. No hablo solamente de condenar asesinos jurásicos como Hugo Chávez o Jorge Rafael Videla. Hablo de sus libertades personales. Dijo que su fórmula para disfrutar es tratar de que la muerte lo encuentre vivo. Que lo sorprenda lleno de proyectos, de ilusiones, de batallas, de amores y esperanzas. Jamás hay que entregarse mansamente a la muerte ni esperar sentado que la parca llegue. Eso habla de su amor a la vida y a la libertad. Pero como es un francotirador que no tiene patrones ni dogmas no tuvo problemas en tener varias definiciones políticamente incorrectas. Hay que tener coraje para meter los dedos en todas las llagas. O para utilizar calientes escenas de sexo explícito para describir el clima de época del final de Fujimori y en muchos de sus grandes libros.
Esa libertad y ese combate contra todos los prejuicios, fanatismos y las pacaterías de catedrales, contrasta con muchos de sus enemigos que no le llegan ni al tobillo. Recuerdo que en el 2011, varios fascistas de izquierda, en aquellos tiempos cólera, quiso evitar que Mario Vargas Llosa, inaugurara la Feria del Libro con su discurso. El que primero levantó la bandera de la censura fue el fallecido Horacio González que era sociólogo, docente, integrante de Carta Abierta y en ese momento era director de la Biblioteca Nacional. González les envió un mail a los organizadores donde acusaba Vargas Llosa de ser “un mesiánico autoritario que expresa a la derecha más agresiva y un militante que no deja de atacar a los gobiernos populares” de la región.
Fue otro momento de intensa vergüenza ajena. Era la primera vez que un premio Nobel y encima latinoamericano, iba a abrir nuestra querida Feria del Libro.
El talentoso peruano recordó amargamente aquel trago amargo. “En algún momento soñé con vivir un tiempo en Buenos Aires. Pero tengo un triste recuerdo de las últimas veces que fui. Un grupo de escritores encabezados por el director de la Biblioteca Nacional me quiso prohibir que hablara por mis ideas políticas. ¡Escritores! ¡El director de la biblioteca en donde estuvo Borges!”, dijo con asombro, Vargas Llosa. Parecen salidos de la Inquisición. Insisto con el concepto: fachos de izquierda.
No quiero ni acordarme de su paso por Rosario, cuando un grupo de vándalos auto titulados militantes K atacaron a pedradas la camioneta en la que se desplazaba Vargas Llosa. Mario Vargas Llosa es un combatiente a favor de todas las libertades en su máxima expresión y está en contra de todas las censuras y dictaduras. Desde las de la izquierda stalinista como la de la dinastía Castro en Cuba hasta las de la derecha fascista como las de Pinochet en Chile.
No me gustan las posturas sectarias, militantistas, enfermas de ideologitis que son capaces de apoyar gobiernos corruptos y patoteros como vemos a estas horas en este cristinato que se arrodilla ante el terrorismo de estado de Nicolás Maduro, o las dictaduras de Cuba y Nicaragua, entre otras.
Es verdad que Vargas Llosa fue un duro crítico del matrimonio Kirchner. Eso lo hace más interesante todavía. Si el intelectual no tiene una cuota de provocación a contra corriente suele convertirse en un funcionario del montón que apela a la obsecuencia para mantener sus privilegios.
El gran escritor peruano dijo que Trump es “populista, demagogo e inculto”.
Para aportar otra mirada vale la pena escuchar lo que dijo Joaquín Sabina sobre Vargas Llosa: “Me alegré mucho con su Nobel; es un magnifico escritor. Soy amigo de él, no soy sectario y no les pido carnet a mis amigos. Mis amigos son de izquierda, pero no tienen la obligación de serlo. Me enfado con mis amigos cuando son sectarios y dicen que él es de derechas. Pero los progres deberían leer sus libros”. Alguno, aunque sea uno de sus 59 libros.
Esto es lo que dijo Joaquín Sabina sobre Vargas Llosa. Y solo un fanático podría acusarlo de derechista.
Vargas Llosa desprecia por igual a los carniceros que industrializaron la muerte tanto en nombre de Hitler como de Stalin. Para que no queden dudas hay que decir que la dictadura de Videla lo censuró y por decreto de un general genocida e ignorante llamado Albano Harguindeguy prohibió la circulación de su emblemático libro “La tía Julia y el escribidor”. Vargas Llosa contó que guarda aquel texto oscurantista y medieval y todavía no entiende lo que quiere decir.
Además, Vargas Llosa en el plano de los derechos individuales y la cultura dinamita todos los dogmas. Abre todas las cabezas. Francotira ideas para provocar e incomodar a los pensadores perezosos. Está a favor del matrimonio igualitario, del aborto, defiende a rajatabla los derechos humanos. Mario Vargas Llosa es un hombre libre en el más amplio sentido de la palabra. Hace doce años le daban el premio Nobel de Literatura. Brindo por eso.

¿Macri será candidato a presidente? – 5 de octubre 2022

Una de las grandes incógnitas que presenta la elección que se viene es si Mauricio Macri va a competir para volver a ser presidente. Hasta ahora, Macri no definió esa situación pero viene dando algunas pistas porque cada día tiene mayor protagonismo. Hoy dio a conocer la tapa y contratapa de su libro titulado “Para qué”. Saldrá el 18 de octubre. Es un dato. Veinticuatro horas después del día de la lealtad peronista y de un posible acto donde la CGT presentará un espacio político independiente de Alberto y de Cristina. En la bajada explicativa del libro, Macri dice y «Aprendizaje sobre liderazgo y poder ganar el segundo tiempo». Otro dato.
Habla de liderazgo y de volver al poder. Le recuerdo que su anterior libro se llamó primer tiempo.
Como si esto fuera poco en la contratapa asegura lo siguiente: «Uno nunca sabe en qué momento va a encontrar su verdadera vocación. Pero si hay algo que aprendí es a no aceptar lo dado y estar siempre abierto. Es como el amor, se trata de una vibración que sólo se siente en el corazón. No hay que resignarse a vivir sin amor o no encontrar la vocación. Están allí, esperándonos en algún lugar. Se trata de encontrarnos. Son nuestro para qué».
Macri habla de vocación de lo que siente en el corazón y sobre todo de la no resignación.
A la hora de comentar el contenido del libro, el ex presidente manifiesta que:
Trata sobre este misterioso camino hacia la felicidad. Es sobre mi viaje personal y lo que aprendí en él. Es el para qué de tantas cosas hechas y vividas y de tantas que aún quedan por hacer».
Hay señales. No asegura que se va a presentar en las elecciones primarias como precandidato pero, de ninguna manera lo descarta. La deja picando frente al arco, para continuar con el lenguaje futbolero que tanto le gusta.
Habla de toda su trayectoria. De cómo pasó de ser un espectador, alguien que opinaba desde la tribuna, a ponerse la camiseta y salir a jugar en primera con la idea de transformar esta Argentina del atraso kirchnerista, la corrupción, el autoritarismo y la pobreza extrema.
Hay una recorrida por su primera experiencia de poder exitosa que fue en Boca Juniors. Campeonatos y equilibro económico. Modernización y vueltas olímpicas. Los hinchas de Boca jamás lo olvidarán aunque sean cristinistas.
Fundó un partido político que lo llevó a gobernar durante 8 años la ciudad de Buenos Aires y a convertirla en la cuna de una agrupación que creció y se desarrolló en todo el país. El resultado fue tan satisfactorio que su jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, terminó gobernando también ese distrito que suele funcionar como vidriera nacional.
Ante las insólitas críticas de Facundo Manes de los últimos días, muchos se encargaron de recordar los éxitos más trascendentes de su presidencia. Se fue del poder, en medio de dificultades, pero con el apoyo del 41% de los votos, más de diez millones de argentinos. Logró una especie de milagro cívico a la hora de entregar el poder en tiempo y forma, algo que no había conseguido ningún presidente no peronista en los últimos 90 años. El primer gesto antidemocrático, autoritario y provocador de Cristina fue negarse a entregarle los atributos de mando. Estaba envenenada de bronca por el traspié que habían sufrido y del que ella fue, sin dudas, la mariscal de la derrota.
Macri tuvo luces y sombras como todos los gobiernos. Algunos ministros y funcionarios que no dieron la talla y otros que fueron ejemplares como Patricia Bullrich, Jorge Faurie, Rogelio Frigerio, Javier Iguacel, Guillermo Dietrich, Andrés Ibarra, Esteban Bullrich, Alfonso Prat Gay y Gustavo Santos, entre otros. Nunca hay que olvidar que reconstruyó las mejores relaciones internacionales con los países más democráticos y desarrollados del mundo. Me animaría a decir que su liderazgo presidencial fue más reconocido afuera que adentro. En las encuestas en las que creo poco y nada, todavía aparece con un importante nivel de rechazo, pero el clamor para que vuelva a ser presidente, es cada vez más masivo. De hecho, hasta quien fue su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto, acaba de decir que las elecciones se juegan con los titulares y dijo que deberían confrontar Cristina y Macri.
Si no le importara el futuro de la Argentina y si no estuviera predispuesto a seguir jugando en primera, no hubiese publicado este nuevo libro que explica los motivos por los que se dedicó y se seguirá dedicando a la política y para que debería volver Juntos por el Cambio al poder. Intenta argumentar cómo van a hacer lo que no pudieron hacer, como van a mejorar lo que hicieron mal y cómo van a consolidar y multiplicar lo que hicieron bien.
Manes le hizo varias acusaciones incomprobables a Macri. Pero yo le dije que el peor error de diagnóstico que cometió fue poner al mismo nivel a Macri con Cristina porque son el día y la noche. Representan valores absolutamente antagónicos. Democracia vs Autoritarismo, República vs despotismo, honradez vs corrupción y libertad vs censura.
Las declaraciones de Manes produjeron algunas reacciones interesantes para el análisis. Hasta el Comité Nacional de su partido tomó distancia. Y las autoridades provinciales, contuvieron a Manes pero no repitieron sus mamarrachos conceptuales. No hubo un solo dirigente de Juntos por el Cambio que respaldara cada una de las palabras de Manes. Todo lo contrario, varios radicales salieron a elogiar a Macri como el caso de Rodrigo de Loredo, Martín Tetaz, Alvaro de Lamadrid o Luis Petri. Y en el PRO, el apoyo fue absoluto. Incluso logró que cerraran filas quienes tienen la intención de ser candidatos presidentes como Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal. Ahí no hubo diferencias ni fisuras. Todos reconocen a Macri como el fundador y el líder natural del Pro. Eso no significa que no estén dispuesto a enfrentarlo en una interna si Macri finalmente se decide a someterse al voto popular. Falta mucho. Veremos cómo evolucionan las cosas. Hay una sola cosa segura: Macri no se jubila ni deja que lo jubilen. Y jugará fuerte. Ya veremos en cual puesto.

¿A quién se comió Manes? – 4 de octubre 2022

El Comité Nacional de la Unión Cívica Radical tomó distancia de las críticas de Facundo Manes contra Mauricio Macri. No lo nombraron, pero en un comunicado formal, aseguraron que ese partido “trabaja cotidianamente para fortalecer Juntos por el Cambio” y que “cualquier manifestación que se aparte de ese rumbo, no importa de dónde provenga, lesiona la esperanza que venimos construyendo”.
En otro párrafo, las máximas autoridades
del radicalismo plantearon que la coalición opositora “es la única herramienta para terminar este ciclo de kirchnerismo que llevó a más inflación, más pobreza y más degradación institucional”.
El diputado radical cordobés Rodrigo de
Loredo respaldó a Macri: “es un dirigente con cualidades e ideas claras de lo que Argentina necesita para su desarrollo. Su aporte es fundamental y su experiencia es necesaria. Nuestra prioridad es frenar la agenda del atraso y estancamiento que nos proponen los K”.
De Loredo es radical como Manes, pero
no come vidrio. Sabe que Córdoba, a la que se propone gobernar junto a Luis Juez, es masivamente macrista o anti kirchnerista, si usted prefiere. Sus postura fue doctrinaria, pero también, en defensa propia.
Manes con su embate contra Macri, desató una fuerte tormenta que todavía continúa. ¿Qué dijo Manes? En pocas palabras:
El gobierno de Macri tuvo populismo institucional. No está muy claro que significa eso. Incluso al principio dijo, “populismo constitucional” pero tal vez fue solo un furcio.
Es una acusación extraña, porque el gobierno de Macri y puso límites al populismo en la Argentina. Se pueden criticar muchas medidas de Macri. Pero acusarlo de populista es por lo menos insólito.
Manes dijo que Macri tuvo operadores que manejaban la justicia y datos y evidencias que deja en claro que espió a gente de su propio gobierno. Esta imputación es gravísima. Primero porque son delitos y segundo porque fueron inventos del kirchnerismo.
Y finalmente, Manes planteó que “tanto el ex presidente como la vice presidenta Cristina Kirchner no nos permiten pensar en un país. Ambos representan a dos minorías”.
Esto es lo más peligroso e inquietante. No es la primera vez que Manes habla de dos extremos en donde no hay dos extremos y que coloca a la misma altura a Macri con Cristina. Como mínimo es un error de diagnóstico gigantesco. Si Manes cree que Macri es igual a Cristina debería irse a otro espacio y no precisamente en el que Macri fue cofundador con Elisa Carrió y Ernesto Sanz. Suelen decir los integrantes del Pro que “Macri cometió errores y que Cristina cometió delitos”. Esa sola es una diferencia abismal. Cristina se hizo cargo de la jefatura política cuando murió Néstor, pero también lideró la asociación ilícita que se dedicó a saquear al estado. Cristina condujo la cleptocracia que hizo mega millonaria a su familia, a sus testaferros y a una parte de sus funcionarios. En el caso de Macri no hay una sola acusación realmente fundamentada de corrupción en el ejercicio del gobierno.
Pero no hay solamente diferencias de honestidad y ética. Con Cristina establecimos relaciones carnales con los países que más violan los derechos humanos en el mundo. Putin, Raúl Castro, Nicolás Maduro y Daniel Ortega están primeros en la lista. Con Macri se fortalecieron los vínculos con los países más democráticos y desarrollados. Los que con sus inversiones podrían ayudar a dar vuelta la ecuación de la pobreza y la desocupación en la Argentina.
Cristina conspira contra la democracia republicana e intenta dominar la justicia y a los medios de comunicación. Macri respetó la división de poderes y siempre se sometió a la justicia. La única excepción, absolutamente repudiable, es la de Pepín Rodríguez Simón que, a esta altura, debería ponerse a derecho y regresar de Uruguay.
Los intentos de Cristina de voltear a la actual Corte Suprema y de reemplazarla por una más amiga y de 15 miembros y los amagues de cambiar las reglas del juego a menos de un años de las elecciones PASO, hablan por sí mismas.
En lo económico tal vez haya distintas situaciones que por error, mal diagnóstico u omisión, el gobierno de Macri debe pagar sus costos por problemas que no pudieron resolver. Ese si es un debate aunque el kirchnerismo actual profundizó la hecatombe económica y no solucionó ninguno de los inconvenientes. Macri terminó con una locura inflacionaria del 53,8 % Hoy llegaremos al 100% anual. La pobreza y la indigencia, también son más graves ahora. Todo esto es criticable, opinable y admite matices en las posibles soluciones.
Pero nada puede igualar a Macri con Cristina. Es una lectura política absolutamente equivocada. Tampoco se puede confundir la firmeza para denunciar la corrupción o los atropellos autoritarios con tener posturas extremas. En Juntos por el Cambio no hay posiciones extremas. Y Macri, hasta que se demuestre lo contrario, no representa como dijo Manes la posición de una minoría. Después de gobernar en momentos muy complejos, logró más de 10 millones de votos y finalizó su mandato en tiempo y forma como ningún presidente no peronista lo había logrado en los últimos 90 años.
La Coalición Cívica prefirió no meterse en esta discusión.
Alejandro Finocchiaro escribió sobre Manes que “No tiene obligación de quedarse en Juntos por el Cambio. Para criticar a quién luchó, hay que haber luchado. Aunque sea una vez… una sola”.
Laura Alonso fue más a fondo:” Facundo, con todo respeto, infórmate. Y dejá de inventar cosas que no existen”.
Fernando Iglesias fue irónico, filoso y provocador intelectual, como siempre: “El que trajo al neurocoso que se lo lleve”.
Pero fue Darío Nieto, colaborador muy cercano a Macri y actual legislador quien le contestó a Manes en forma más desafiante: “Macri armó un partido de la nada y en 15 años ganó la Ciudad, la Nación, fue el único capaz de frenar al kirchnerismo y cambió la Argentina para siempre. Manes, a quien te comiste?