La dignidad es el pan más dulce – 2 de diciembre 2022

Todos los años, casi como un rito, como una cábala, me gusta hablar sobre la cooperativa La Juanita con la excusa de su pan dulce, que es el más dulce de todos porque es el pan de la solidaridad y la dignidad.
Este año, piensan vender 50 mil kilos de pan dulce. Mucha gente compra para su familia o para regalar. Y hay empresas que los adquieren para sus empleados.
Este grupo heroico de compatriotas, se cayó cuando la Argentina se derrumbó, pero decidió levantarse con su propio esfuerzo, militando en la cultura del trabajo cooperativo. Hoy La Juanita es un faro de luz. Muchos creen que allí se producen remeras, guardapolvos, los mejores pan dulces del mundo o que se reciclan computadoras y que, con la idea y dirección de Juan José Campanella, se capacitan jóvenes en el maravilloso “Potrero Digital” para que tengan una salida laboral en el mundo tecnológico que se viene. Si muchos creen eso, en parte, tienen razón. Solo en parte. Porque es cierto que todas las manos todas generan esos productos. Pero la edificación más grande que han levantado es la capacidad de juntarse y avanzar colectivamente.
Con un objetivo de libertad absoluta que solo se consigue cuando todos se convierten en uno y uno se transforma en todos. En la Juanita nada se pierde, todo se transforma y se multiplica como los panes y los peces. Amanece que no es poco. Es el milagro de la dignidad.
Venga conmigo. Lo quiero invitar a un viaje a la esperanza. Vamos juntos al corazón pobre de La Matanza, a Gregorio de Laferrere. Allí donde se fabrica la dignidad. Allí donde no hay resentimientos y se combaten los prejuicios. Donde un grupo de argentinos patriotas levantaron con sus propias manos y con el sudor de su frente la cooperativa La Juanita. Tienen una energía renovable y perfumada porque su motor funciona a Flores. A Toty Flores, la génesis del fundador y a Silvia Flores, la utopía en marcha. El padre y la hija son el eje de una comunidad que resolvió pelearle a las injusticias con las mejores armas de la integración y la educación.
En pleno terremoto del sálvese quien pueda, los piqueteros del MTD (Movimiento de Trabajadores Desocupados) de la Matanza hicieron un gesto revolucionario y pacífico: le dijeron no a los planes asistenciales y al clientelismo que los encarcela. Decidieron no rendirse jamás, no bajar los brazos pero no cambiar dignidad por votos. Cada uno se la arreglaba como podía para darle de comer a sus hijos y para subsistir. Los del MTD del Toty Flores eligieron otro camino más largo tal vez, mas sacrificado seguro, pero infinitamente más profundo y definitivo. El camino de los valores.
De la revalorización de los mejores sentimientos y comportamientos que tenemos los seres humanos. Decidieron actuar en defensa propia ayudándose ayudando a los demás. Crecer como seres humanos y dejar de depender de los humores, los caprichos y la arbitrariedad de los punteros políticos de los Kirchner. Saltaron el abismo y se pusieron a reconstruir los lazos solidarios. Desde abajo, ladrillo por ladrillo, tomados de la mano, afrontando con alegría y coraje todas las dificultades. Y no pararon nunca de crecer.
Por algo el logotipo que los identifica en su orgullo es una mano tendida que florece. La tarea cotidiana que realizaron se convirtió en un espejo donde mirarse. En un imán que incita a integrarse y a participar.
Es el milagro de la dignidad. Por eso Martín Churba se empeñó en capacitarlos en el arte del diseño. Por eso Maru Botana les reveló los secretos de sus mejores manjares y le enseño el oficio de amasar el mejor de los “pan dulces”, el de la solidaridad. Hoy le agregaron al envoltorio obras de artes, entre otros, del genio de Milo Lockett.
Por eso el maestro, Oscar Alvarado, antes de morir les dejó lo mejor que tenía. Y solo estoy nombrando a algunos pero son cientos los que se sintieron convocados por la potencia que transforma gente con necesidades básicas insatisfechas en ciudadanos plenos. Solo hay que darse una vuelta por la cooperativa para sentirse contagiado por esa experiencia. Los cimientos son los valores. Nada se regala. Todo se logra por esfuerzo propio.
Vale la pena emocionarse con ese jardín de infantes donde nacen los arcos iris que no cobra un centavo a nadie pero obliga a que los padres y las madres participen del proceso pedagógico de sus hijos. Potencian el aprendizaje. Le dan solidez a la familia.
Se plantan con su identidad en la tierra como las mejores raíces. Como ese árbol de eucaliptus que les dio sombra desde siempre y que ahora les da aliento y les abre los pulmones. Con esas ramas eternas que mezclan sus hojas para convertirse en techo de las mejores asambleas.
Por eso la más grande de las utopías que tenían se hizo realidad y nosotros pudimos acompañarlos en esa marcha contra la dependencia y la sumisión. Y así surgió después de grandes esfuerzos y manos callosas y espaldas partidas, la escuela primaria, “Crecer en Libertad”, que es un verdadero modelo de como la solidaridad puede transformarse en cemento. Ese edificio escolar se llenó de sol y sabiduría y un día nació el mayor de los tesoros que es la igualdad de oportunidades para todos.
Hoy que la economía solo trae malas noticias, hoy que la desocupación y la pobreza están creciendo, hoy que estamos transitando un túnel muy complicado hasta ver la luz de un país mejor, vale la pena multiplicar el ejemplo de La Juanita.
Los argentinos estamos hartos del roba pero hace. Eso tiene patas cortas como la mentira. Igual que el clientelismo que te deja cautivo del que te da un plan cuando quiere. Hay otra Argentina posible. Por eso es tiempo de levantar la bandera de La Juanita. Son hombres y mujeres que luchan toda la vida y por eso son imprescindibles. Ellos no roban pero hacen. Son lo mejor de una patria que viene.
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El teléfono de la cooperativa es
4698-2581.
Mail: lajuanitapandulce@gmail.com

Cristina fusiló al tribunal y a la justicia – 29 de noviembre 2022

Cristina fusiló al tribunal que la juzga.
Los acusó de ser un “pelotón de fusilamiento”. Según el diccionario, “fusilar” es “ejecutar a una persona con una descarga de fusiles”. Los sinónimos son más terribles todavía. Impensables de utilizar en democracia y con paz social. Fusilar es “matar, ajusticiar, ametrallar”.
La propia acusada dijo que se había sido muy generosa cuando los caracterizó como un tribunal del Lawfare. Al comienzo de esta causa ella había dicho que la historia la había absuelto y hoy reafirmó que esa historia los va a condenar a los jueces y a los fiscales.
El nivel de cinismo e hipocresía de Cristina superó todos los límites. Nadie, nunca antes, se había atrevido a acusar de pelotón de fusilamientos a los jueces. Cristina no respondió jamás con pruebas, ninguna de las serias acusaciones y encima argumentó sobre otros temas que no tienen nada que ver con el juicio. Por ejemplo, dijo que un gobierno que ganó las elecciones no puede ser caracterizado de asociación ilícita. Nadie acusó al gobierno. La asociación ilícita es la imputación hacia algunos integrantes del Cartel de los Pingüinos Millonarios cuya jefatura ejerció primero Néstor y luego Cristina.
Dijo que siempre vivió en el mismo departamento pese a que no puede justificar la fortuna colosal que hicieron en forma ilegal toda su familia, varios de sus funcionarios más cercanos como sus secretarios privados, algunos ministros y empresarios amigos, empleados y testaferros.
A esta altura creo que Cristina padece “bovarismo”. Se trata de una dolencia que sufre Emma Bovary, la heroína de la novela de Flaubert que consiste en construir su visión del mundo a partir de la lectura de novelas. Algo así como creerse sus propias mentiras. Inventarse un universo paralelo. Vivir fuera de la realidad.
Todo el tiempo buscó, pero no logró, vincular el intento de asesinado que sufrió con esta causa por mega corrupción de estado. Tuvo un comentario que fue directamente delirante: “Brenda Uliarte, creo que lo seguía en Facebook o en Twitter al fiscal Luciani. Curiosa coincidencia”. Creo, dice Cristina, curiosa coincidencia, dice Cristina que inventó el delito de seguimiento en Facebook o en Twitter. Tragicómico papel.
En el colmo de su auto engaño acusó a los fiscales de seguir un guion de Clarín y La Nación y dijo que esos diarios no dijeron nada durante la dictadura. Se metió en su propio barro. Ni ella ni Néstor dijeron una palabra sobre la violación de los derechos humanos durante la dictadura y tampoco bien entrada la democracia. Se tiró un tiro en los pies cuando habló de los habeas corpus de aquella época. Pocos rechazaron tantas habeas corpus como Eugenio Zaffaroni, mentor judicial de Cristina y el estudio jurídico que ella integraba con su marido, jamás presentó uno. Lo dijo hasta el propio Julio César Strassera.
Cristina dijo una sola verdad cuando manifestó que otros habían cometido delitos pero que “la ladrona y la chorra soy yo”. A confesión de partes, relevo de pruebas.
La diputada cívica Paula Oliveto fue contundente en sus redes: “En el estrado, todos los delincuentes mienten y se dicen inocentes. Eso lo hemos visto siempre. Pero lo que nunca vimos es a una persona amenazar en vivo a jueces, llamar a la violencia y llevar a más peleas entre los argentinos. Más allá de la sentencia, el pueblo sabe que robó”.
Insistió con su teoría floja de papeles de que el Partido Judicial ahora reemplazó el rol del Partido Militar a la hora de perseguir a los dirigentes populares y condicionar a la democracia. Y de inmediato vino lo que Oliveto calificó como “llamar a la violencia”. Cristina dijo que cuando las sociedades advierten estas trampas, “eclosionan las instituciones”. ¿Será la pueblada contra la justicia que tanto reclamaba Hebe de Bonafini antes de morir?
Tuvo palabras elegidas para fustigar a la figura de asociación ilícita. Algunas fuentes judiciales dicen que la sentencia que se conocerá la semana que viene, será condenatoria, pero no por el delito de ser la jefa de una asociación ilícita sino por mal desempeño o malversación que tienen penas menores. Veremos. Por ahora son versiones. Lo cierto es que la acusación de los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola se hizo con tres toneladas de pruebas irrefutables, con rigurosidad técnica y con un coraje a prueba de balas. Y cuando digo a prueba de balas, lo digo en todo el sentido de la palabra. Otro fiscal valiente, Carlos Stornelli no anduvo con vueltas y expresó su preocupación por la seguridad de Luciani: “Van a venir los vueltos y esperemos que no sea un tiro, como con Nisman”, el fiscal asesinado.
Diego Sebastián Luciani entró en la historia porque fue el principal protagonista del juicio más importante de todos los tiempos después del juicio a las juntas militares que condenaron al terrorismo de estado. Su temple y su carisma comunicacional impactaron muy fuerte a la hora de pedir semejante condena para Cristina Fernández de Kirchner, la dos veces presidenta y actual vice. No solamente solicitó al tribunal 12 años de cárcel para la reina del Calafate, también pidió su inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos y que devuelvan la montaña de dinero que robaron desde el estado.
Los más prudentes hablan de que, solo en esta causa, se llevaron a su casa más de 2.500 millones de dólares. No fue magia, fue mafia.
Se cumplieron con todos los pasos y con todas las garantías del juicio oral y público. Fueron las últimas palabras de Cristina. Las últimas palabras antes de su condena. Cristina si se mancha.

La Cámpora contra el estado de derecho – 28 de noviembre 2022

Cristina y La Cámpora engañaron a mucha gente cuando se pusieron el disfraz de corderitos patagónicos. ¿Cuántas mentiras dijo la reina del Calafate? ¿Se acuerda cuando prometió que su modelo de país era la Alemania de Angela Merkel? Después hizo todo lo posible por transformar a la Argentina en un feudo, mezcla de Santa Cruz y Venezuela.
Hubo muchos dirigentes de corporaciones y también ciudadanos comunes que le creyeron. Ahora, la gran mayoría del pueblo, sabe que la principal producción del kirchnerismo son los relatos falsamente heroicos.
El príncipe heredero, Máximo tiene el mismo ADN de sus padres y lo colocó como columna vertebral de su guardia de hierro, La Cámpora. “Volvimos mejores”, decían. Varios empresarios y periodistas cómplices compraron ese buzón. Wado de Pedro era ofrecido como una suerte de nuevo Winston Churchill y un sector de la sociedad y de las cancillerías extranjeras, creyeron esa falsedad. O mejor dicho, quisieron creerla.
Máximo, antes de subirse con sus bermudas de fierita al para avalancha, renunció a la presidencia del bloque para no firmar un acuerdo con el Fondo.
Son fuegos artificiales de quien finge ser revolucionario pese a que es un millonario que nunca trabajó.
El Cuervo Larroque fue un engranaje clave en aquel día nefasto, casi golpista, cuando piqueteros kirchneristas y de izquierda quisieron lapidar el Congreso con 14 toneladas de piedras.
Como están tan bajos en las encuestas, y no tienen un solo dirigente taquillero para las elecciones, están inventando un giro hacia la racionalidad democrática. Otra vez sopa. Apoyan la sublevación de Cristina contra un fallo de la Corte, pero dicen que ahora son respetuosos de las reglas.
Hay un sabio proverbio árabe que dice “La primera vez que me engañes, será culpa tuya. La segunda vez, será culpa mía”. Es lo mismo que preguntarse cuantos son los sapos que diversos sectores políticos están dispuestos a tragarse.
Una editorial del diario La Nación registró que La Cámpora, otra vez, está fabricando un embuste, un ardid, diría la Corte. El título dice mucho: “Asedio al mercado, política de estado”. Allí se asegura que los muchachotes camporistas no tienen como objetivo sacar al país de la debacle, sino mantener el control de las cajas del estado en beneficio propio y someter a la justicia para lograr la impunidad de Cristina”.
Pero eso no es todo. El texto de fondo del diario los caracteriza como “una militancia hueca, de consignas setentistas” y con voluntarismo en lugar de ideas o planes. “Hay que poner coraje, hay que militar con más fuerza”, es la única cuestión que plantean. La Nación dice que quieren enfrentar al poder económico “que su camarilla aún no pudo someter”.
Pero lo más grave está en el último párrafo porque asegura que esta gente “quiere acabar con el estado de derecho, como lo hicieron Xi Jinping y Vladirmir Putin”.
Son los gerentes que manejan a su antojo el 70% del dinero del estado a través de las cajas más suculentas. Han metido miles de militantes en todos los ministerios. El propósito es doble. Que todos les paguemos un sueldo para que militen y que, si llega a ganar la oposición el año próximo, tengan la posibilidad de sabotear desde adentro cualquier intento de cambio.
Todas las encuestas muestran a Cristina, Alberto, Massa y los dirigentes camporistas empezando por Máximo con un alto nivel de imagen negativa. Gran parte de los gobernadores e intendentes les tienen pánico y no se atreven a darles una batalla electoral interna.
Todo el cristinismo levanta la bandera falsa del Lawfare, para hacer arrodillar y colonizar a la justicia y amordazar al periodismo a los que consideran sus enemigos y una amenaza para el pueblo peronista.
También ayer, Jorge Fernández Díaz escribió que: “la infección populista… de la violenta oligarquía peronista … propone ideas grises en una sociedad al rojo vivo”
Abraham Lincoln, el ex presidente de los Estados Unidos marcó este tipo de actitudes con una frase: “Pueden engañar a todo el mundo algún tiempo; pueden engañar a alguien todo el tiempo. Pero no pueden engañar a todo el mundo todo el tiempo”.
Quien quiera oír que oiga. Quien quiera dejarse engañar otra vez, que no se queje ni utilice el escudo de la ingenuidad. Eso se llama complicidad.