¿Qué significa cerrar la grieta?
¿Evitar todo tipo de insultos y
descalificaciones? ¿Buscar consensos
mínimos y administrar con racionalidad y sin agresiones los disensos? En eso estoy de acuerdo.
Ninguna familia, ninguna empresa o país
puede crecer sin cohesión. Para
desarrollar con inclusión y en forma
igualitaria a la Argentina, necesitamos
tirar todos para un mismo lado y no
ventear la energía en peleas fraticidas.
En eso estoy de acuerdo.
Son necesarios los acuerdos de estado.
Pero no todos pueden participar de ese
proceso de reparación de las heridas. La
condición previa es que queden afuera los corruptos y los golpistas. El cierre de la grieta no puede hacerse sobre la base
de la impunidad. No se puede hacer
borrón y cuenta nueva sobre los que
cometieron graves delitos. Eso sería
edificar la realidad sobre pilares de barro.
Eso sería un engaño para que una vez
más no haya verdad, juicio, castigo ni condena
para los ladrones de estado y los
autoritarios que no respetan la ley ni la
Constitución. ¿Se entiende? Le doy un
ejemplo.
¿Se puede cerrar la grieta con quienes se hicieron ultra millonarios en la función pública como los Kirchner y los Báez?
Yo no quiero cerrar ninguna grieta con ellos. No hay nada que hablar con los integrantes del Cártel de los Pingüinos Millonarios. Los corruptos y golpistas no
pueden tener un lugar en la mesa junto a
los dirigentes honrados y los que
proponen fortalecer una democracia republicana e inclusiva.
Cerrar la grieta con los ladrones de estado es igual a
impunidad y a libertad para robar y
enriquecerse ilícitamente. La señal sería
nefasta para la sociedad. Si no hay
premios ni castigos no hay país posible.
Con estos delincuentes no hay grieta que cerrar. Hay que cerrar bien las puertas del calabozo para que paguen por
sus delitos.
Son los responsables del robo del siglo. De la mayor corrupción de la historia democrática. Son culpables de crímenes de lesa indignidad.
Fue tanto el océano de dólares sucios
que robaron que alcanzó para todos y
todas. Todos robaron para ellos y para la corona.
Yo con ellos no cierro la grieta. Cierro la puerta y me cuido los bolsillos.
Hablo de los funcionarios, amigos, socios y testaferros de Cristina y de Cristina también. No dejaron delito por cometer. No hay
acuerdo posible. Solo que se sometan a
la justicia. Eso es lo que corresponde. Esa grieta es moral.
Nos separa un abismo de
honradez y ética republicana.
Con Amado Boudou no quiero cerrar ninguna grieta. No tengo nada que hablar con semejante atorrante de estado. Con Julio de Vido y Milagro Sala, tampoco.
¿Hay que cerrar alguna grieta con delincuentes condenados y de esa calaña? Repito: cerrar bien la puerta del calabozo para que no se escapen.
¿Hay que cerrar alguna grieta con los magnates sindicales mafiosos? Los que bloquean y los que extorsionan.
Esa gente está fuera de la ley y la democracia los debe castigar con todo el peso de la ley. Es una grieta para siempre con estos tipos. Entre estos tipos y yo hay algo personal, diría Joan Manuel Serrat.
Con los fanáticos autoritarios e integrantes del Ministerio de la Venganza no quiero cerrar ninguna grieta. Rodolfo Tailhade, Gregorio Dalbón,Tristán Bauer y Luis D’Elía, entre otros, se cansaron de insultar y amenazar a muchos jueces, fiscales, opositores y periodistas independientes.
¿Hay diálogo posible con los que quieren cambiar la Constitución y la Corte Suprema para ponerlas al servicio de una camiseta partidaria pingüina y de la impunidad para Cristina y su banda? ¿Se puede dialogar con los que se sublevan contra la división de poderes? ¿Y con los que quieren censurar periodistas y someterlos a la esclavitud como intentaron hacerlo durante tantos años? ¿Se puede llegar a algún acuerdo con los que armaron el régimen de Santa Cruz y sueñan con convertirnos en Venezuela?
¿Y con los empresarios que se enriquecieron con el dinero del pueblo, las coimas y los sobreprecios que hacemos? Ni olvido ni perdón. Verdad, justicia y condena.
Le recuerdo que varios de estos empresarios dicen que fueron obligados, extorsionados, pero en muchos casos, ellos estaban felices de participar en esa cartelización nefasta. No estaban obligados a competir, ponían el precio que más le gustaba y le cargaban sobreprecios de hasta el 50% o más en algunos casos y de allí, salían las coimas, el retorno, o como usted las quiera llamar. ¿Se entiende? Los empresarios no pagaban las coimas de sus ganancias. De ninguna manera. La sacaban de los sobreprecios. Por lo tanto todos los argentinos pagamos esas malditas coimas.
La cantidad de información y documentación que aportaron los arrepentidos ante la justicia dejaron desnuda a Cristina. La tienen acorralada. Ya nadie puede dudar que fue la “jefa” que sucedió a Néstor, el jefe.
Está claro que cuando Néstor se murió, ella asumió la conducción política de su espacio pero también la gerencia administrativa de coimas, lavado y mega corrupción de estado.
La Argentina se debe reconstruir sobre la base del respeto a la Constitución, la división de poderes y la ética republicana. Hay lugar para todos en el diálogo institucional. Menos para los corruptos y golpistas. Con ellos no hay ninguna grieta que cerrar.
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Bonafini cosechó su siembra – 21 de noviembre 2022
La muerte de Hebe de Bonafini confirmó que ella se convirtió en uno de los símbolos máximos de la grieta que produjeron los Kirchner en la Argentina. La profanación de la lucha por los derechos humanos y su utilización oportunista por parte de Néstor y Cristina, le puso la camiseta del fanatismo a quien había empezado con su valiente lucha por la aparición con vida de los desaparecidos. Falleció a los 93 años en el hospital Italiano de La Plata y el gobierno nacional decretó 3 días de duelo.
En los últimos 100 días convocó dos veces a una pueblada contra la Corte Suprema de Justicia. Fueron dos zarpazos de extrema gravedad institucional.
Nadie se atrevió a llamar a una pueblada para evitar que Cristina sea condenada. Es una propuesta violenta y autoritaria que atenta contra el estado de derecho y la democracia. Ni Bonafini, ni Cristina ni sus referentes chavistas y castristas respetan la división de poderes. En Cuba y Venezuela, los tiranos son los dueños de la libertad y de la justicia. Pero Bonafini y Cristina deberían saber que en Argentina, por lo menos por ahora, vivimos en una República donde la justicia es un pilar independiente que hay que respetar religiosamente. Y si el tribunal que funciona en el juicio oral con todas las garantías, condena a la cárcel a Cristina, solo pueden apelar ese fallo. Pero de ninguna manera romper el orden institucional ni caer en un golpismo explícito al levantarse contra uno de los poderes del estado.
Al lado de Bonafini aplaudía como una foca Tristón Bauer, el ministro de propaganda y venganza. Su propuesta completa fue que no pueden permitir “que Cristina vaya presa o que sea condenada. Hay que hacer una pueblada que es lo único que la va a salvar y está en manos de nosotros. Una pueblada no es fácil, pero hay que ir armándola, hay que pensarla muy bien”.
¿Con quién pensaba armar, como ella dijo? ¿Con los piqueteros y los gremios? ¿Hubieran sido movilizaciones pacíficas o proponía que la gente vaya armada?
En su momento, Bonafini fue convocada por la justicia y se negó a comparecer y se atrincheró en el local de su agrupación. Se sentía por arriba de los ciudadanos comunes y que por lo tanto era intocable. De hecho, se salió con la suya y no fue a declarar.
Pero estas últimas provocaciones fueron en contra de la ley de defensa de la democracia. Y no fue un enojo del momento. Hace 100 días había dicho lo mismo. “El enemigo viene con todo y viene de la mano de los yankys y por eso es peligroso. Porque los yankys roban y matan en todos lados. Y los jueces son una manga de ladrones, la Corte Suprema es una basura, un tarro de mierda. No va a haber justicia posible si el pueblo no sale a la calle”.
Bonafini hablaba por boca de Cristina, y siempre redobló peligrosamente su apuesta destituyente. Ya en su momento llamó a tomar el palacio de los Tribunales. Nunca ni Cristina, ni Alberto ni Sergio Massa salieron a tomar distancia de sus dichos.
Pocas personas han planteado tantas barbaridades con palabras cargadas de pólvora. Extorsiona a la democracia. Comparó en su momento a Mauricio Macri con Adolf Hitler.
Sus palabras fueron un escupitajo a la justicia digno de alguien que no cree y nunca creyó en la democracia republicana y si apostó a los juicios musolinianos en la plaza pública y a agraviar a todo los que pensaran distinto.
No se sentía igual a todos ante la ley. Sentía que tiene coronita, que debía tener privilegios, que su condición de familiar de víctimas la transforma en una persona intocable. Y el asesinato o desaparición de un familiar te transforma en víctima de los genocidas. Pero no te transforma en un monumento a la ética. Y mucho menos ahora que se sabe que Hebe cometió o toleró por los menos dos delitos graves. La estafa de más de 200 millones de pesos en la Fundación Sueños Compartidos y en la universidad de las Madres. Manejaron dinero que según Sergio Schocklender se lo fumaron, entre otros, Julio de Vido, José López y Amado Boudou con la complacencia de Hebe y la jefatura de Néstor y Cristina.
Hebe insultó varias veces al Papa Francisco hasta que finalmente Bergoglio la recibió y puso la otra mejilla. Y después la lleno de rosarios, cartitas y afecto. Acaba de mandar una carta desde El Vaticano donde que quiere “estar cerca de todos los que lloran la partida de Hebe”. Bonafini se la pasó elogiando al General Milani y maltrató a la madre del soldado desparecido Agapito Ledo que era una madre de plaza de Mayo en La Rioja. Cocinó en la ESMA con otro malandra de estado, con condena firme y que debería volver a la cárcel como Amado Boudou. Celebró el atentado de los terroristas de estado de Bin Laden contra las Torres Gemelas que asesinaron 5 mil personas en un segundo, las acciones del narcoterrorismo de las FARC, o los homicidios de la ETA, los del tiro en la nuca como dice Serrat. Y así podría seguir la larga lista de actitudes estalinistas y agresivas. Pidió que probaran las pistolas Taser con la hija de Macri. Solo hay que preguntarle a Las Madres de Plaza de Mayo –Línea Fundadora porque tuvieron que hacer rancho aparte. Durante una discusión con Horacio Verbitsky, Bonafini cayó en un antisemitismo despreciable y lo acusó de ser “judío y además sirviente de los Estados Unidos y estar a sueldo de la Fundación Ford”. Después, Hebe insultó hasta a Adolfo Pérez Esquivel, el Premio Nóbel de la Paz, aunque ahora ambos juegan en el equipo de Cristina.Yo entiendo que tuvo que sufrir el más terrible dolor al que puede someterse a un ser humano: la desaparición de sus dos hijos. Soy consciente de que muchos, por mucho menos, enloquecerían. Pero la tragedia no puede ser un certificado de impunidad ni de inmunidad. El desgarro no da fueros. La impunidad es como la muerte. No hay ninguna buena. Bonafini cosechó su siembra. El amor del cristinismo chavista y el desprecio de los que defienden la democracia y la república. Hebe dividió taxativamente a la sociedad. De aquella lucha contra los asesinos de ayer, a la intolerancia y el dogmatismo blindado de hoy. Aquellos Sueños compartidos se transformaron en pesadillas. De aquella mujer golpeada por el golpe a esta mujer golpista.
El festival de las mentiras de Cristina – 18 de noviembre 2022
Le confieso que me cuesta identificar cual fue la mentira más grave del festival de Cristina. Fue un show de falsedades. De movida, a cargo de la presidencia de la Nación, llegó a un acto partidario en el helicóptero oficial y todo el tiempo dijo que van a volver al poder a solucionar todos los problemas cuando, en realidad, hace tres años que están en el poder y son los responsables de agravar todos los problemas. Hay que ser muy tonto para creer que Cristina tiene los bolsillos llenos de soluciones. Si fuera cierto, sería bueno que las aplique ahora. Maneja el 70% de las cajas más suculentas. Además Cristina tiene sus bolsillos llenos del dinero sucio que le robó al pueblo argentino. Y por eso será condenada antes de fin de año a prisión, a inhabilitación perpetua y a que devuelva los millones de dólares que no son de ella.
Cristina dijo que “nunca estuvimos con la violencia”. ¿Creerá que somos descerebrados? Pensará que puede subestimar así a todos los argentinos. El peronismo ha sido violento desde su nacimiento. ¿Es necesario recordar la quema de las iglesias, de los locales del socialismo, la persecución con cárcel y tortura a los opositores, el llamado de Perón a dar leña o el grito del 5 por uno no va a quedar ninguno? Es verdad que también hubo violencia criminal contra el peronismo. Pero el peronismo parió grupos armados que utilizaron el asesinato como instrumento político. ¿O la tenebrosa triple A de López Rega o el terrorismo de los Montoneros de Firmenich no eran peronistas? ¿Y las toneladas de piedras que le tiraron al Congreso y la promesa de tirar el doble de piedras?
Cristina altanera descalificó las privatizaciones de los 90 y a Domingo Cavallo. ¿Qué pastillas tomó para borrar su memoria? ¿Cuándo le agarró la amnesia segmentada? Le recuerdo a Cristina y tengo videos para probarlo, que ella y Néstor fueron los alumnos preferidos de Cavallo. Fue Cavallo el que les dio ese camión de dólares que luego se robaron por las regalías mal liquidadas de YPF. Fue Oscar Parrilli el miembro informante de esa privatización. Cavallo y José Luis Manzano fueron los padrinos del desembarco de los Kirchner en el escenario nacional. Y de la década neo liberal menemista que ella ahora critica, fueron partícipes necesarios. Acompañaron a Carlos Menem en 7 boletas electorales. Y fue Néstor el que habló de Menem como el gran presidente después de Perón.
Los focus group le dicen que tiene que hablar de inseguridad porque los más pobres son robados y asesinados todos los días. Algo que todo el mundo sabe y padece. Pero Cristina jamás en su vida mencionó el tema. Siempre estuvieron del lado de los delincuentes y contra todas las víctimas. Con Zaffaroni como bandera se cansaron de liberar criminales y barras bravas. Y al que manifestaba lo que ella ahora dice lo acusaban de facho. Cristina no tiene la menor idea de cómo se combate al delito. Llamó a inundar de gendarmes el conurbano y sacarlos de la Patagonia. No entiende nada y encima le quita gravedad al terrorismo seudo mapuche apoyado por tres ex dirigentes montoneros.
Cómo será el delirio de ignorancia y de recién llegada al tema, que hasta Aníbal Fernández tuvo que salirle al cruce. Y eso que Aníbal la definió como el cuadro político más importante de los últimos 50 años. Dijo que no era cierto lo que dijo Cristina. Y eso que Aníbal fue el autor de la frase fundacional de la subestimación de este drama: “La inseguridad es una sensación”.
También le dijeron que tiene que ensayar un discurso más moderado y planteó un nuevo acuerdo democrático. La hipocresía llevada a la estratósfera. Nadie hizo más en la Argentina democrática por fabricar la grieta y el odio que el kirchnerismo. Antes de la llegada de Néstor, no existía ese abismo que divide a nuestro pueblo. Kirchner lo hizo. No fue magia, fue mafia. Cristina, muy suelta de cuerpo llamó a un acuerdo democrático, horas después de su golpismo de palacio que violó la Constitución y la división de poderes al no acatar un fallo de la Corte Suprema. Mientras tanto, en las tribunas, los democráticos cantaban: “Che gorila, no te lo decimos mas/ si la tocan a Cristina, que kilombo se va a armar”. Todo muy democrático.
Volvió con el verso de que los jueces deben ser elegidos por el voto popular. Eso dinamita la base de equilibrios que tiene la República. Pero su búsqueda desesperada de la impunidad la lleva a cualquier lado.
Uno de los símbolos más infantiles fue la imagen de Máximo Kirchner con bermudas y gorrito arengando arriba del para avalanchas, como si fuera un barra brava. Pobre muchachote millonario, parecía un elefante parado sobre cristales. No tuvo infancia. Corresponde la frase de Perón: de todos lados se vuelve, menos del ridículo. Mayra Mendoza, la intendenta de un Quilmes que desborda pobreza, marginalidad e inseguridad, acompañó al príncipe heredero en el papelón.
Cristina llegó a decir que la inflación era culpa de los jueces que no habían permitido que las telecomunicaciones fueran declaradas servicio público para poder regular los precios. Dijo que la inflación fue del 6,3 pero la de las comunicaciones, fue el doble.
No se privó de elogiar a Hugo Chávez, otro emblema de la democracia que ella pregona y en el colmo de sus históricas falsificaciones de la historia se disfrazó de admiradora de Perón al que siempre llamó “viejo de mierda”, como le conté ayer.
Nunca hubo tanta hipocresía como cuando Cristina dijo que las jubilaciones no alcanzan y ella hizo trampas para cobrar casi seis millones y medio de pesos por mes.
Nunca se dijeron tantas falacias juntas en tan poco tiempo. Nunca se robó tanto en tan poco tiempo. Nunca se hundió tanto al país en tan poco tiempo. Fue un patético show populista. La pornografía de la decadencia.